—Toc toc... —Ya había un sonido de golpeteo desde afuera, ella sabía que era Qin Ziye llegando.
Tang Yuxin caminó hacia la puerta, la abrió y luego trajo todo lo de afuera hacia adentro.
—Traje las cosas que me pediste —indicó Qin Ziye, señalando la bolsa rosa dentro de la otra bolsa, sintiéndose algo incómodo. Para ese momento, la cara de Tang Yuxin ya había sanado. Había que decirlo, su capacidad de recuperación era extraordinaria.
Las lesiones de hace unos días casi habían desaparecido.
Dejó las cosas que llevaba y no sintió nada extraño.
—Gracias —cerró la puerta, luego sacó las cosas que quería del interior. De la marca Always, Sofy y un gran paquete de pañales para niños. Parecía que era la primera vez que el señor Qin compraba tales cosas para una mujer.
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