Song Fengwan aún no se había recuperado del impacto de escuchar la palabra novio, y cuando escuchó lo que dijo Fu Chen, se sorprendió tanto que tardó unos segundos antes de poder decir algo.
—¿Uno de cada uno? —La asistente de la tienda no pudo contener su alegría.
—No, está bien. Solo tomaré este. ¡No quiero el resto! —Song Fengwan dijo apresuradamente. ¿Quién sería capaz de terminarlos todos? Este hombre es realmente derrochador.
—¿Solo uno? —Preguntó Fu Chen.
Song Fengwan se mordió el labio. —¿Qué tal dos?
Quería todos los que estaba viendo, pero no se atrevía a cogerlos.
Fu Chen rió entre dientes. —Tómate tu tiempo.
Shi Fang y Qian Jiang estaban parados no muy lejos. Qian Jiang permanecía inmóvil como una montaña, mientras que Shi Fang sostenía un panqueque relleno de huevo y lo comía a grandes mordiscos. Con manchas viejas en sus manos y manchas de salsa en las comisuras de su boca, se veía un poco indecente.
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