Todos giraron la cabeza para ver quién era y vieron al diablo con un mini diablo sentado casualmente en su brazo izquierdo. Se veía apuesto y elegante en su traje. Tenía su cabello negro y espeso peinado hacia atrás, permitiendo que la gente viera su rostro claramente.
Sus ojos de obsidiana eran misteriosos y cautivadores al mismo tiempo. Su rostro era fuerte y definido, sus rasgos parecían haber sido moldeados de granito. Tenía cejas oscuras que se inclinaban hacia abajo en una expresión seria.
En su mano derecha, sostenía su bastón, manteniendo el equilibrio sobre sus pies. Era imposible para la gente a su alrededor ignorar esta deslumbrante escena. El gran bun y el pequeño bun iban a salvar a la emperatriz de quienquiera que se atreviera a acosarla.
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