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Al escuchar esto, una mueca de preocupación apareció en el rostro de Lin Caisang. Porque había varios tipos de ruedas de agua: grandes, pequeñas, del tipo que se pedaleaba como escaleras y aquellas equipadas con tuberías de bambú para riego que canalizaban el agua desde la altura del molino de viento colina abajo.
Esa era la adivinanza que ella le había impuesto a su hermano mayor. Si Lin Changhong lograba perfeccionarlas todas, sin duda lo llevaría al espacio de Ji Zhaokong para entender completamente el arte de crear mecanismos.
—Haré que mi hermano mayor suba a la montaña mañana.
—Eh, tú...
—La chica Sang, la chica Sang, mejor ve a ver, alguien ha venido a tu casa.
Ya Molian quería preguntar algo, pero una voz jadeante llamó desde afuera, haciendo que fruncieran el ceño al mismo tiempo.
—Han pasado tres días, la corte del condado debería haber concluido incluso los casos más grandes, ¿cierto? —preguntó ella con una mirada perpleja a Ya Molian.
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