—¡Pah! —Frente al feroz avance de Cooper Ridge, Julio Reed escupió con delicadeza el hueso de la cereza de su boca.
El hueso dio en el blanco sin desviarse, golpeando directamente la rodilla de Cooper Ridge.
—¡Pum! —El desprevenido Cooper Ridge de repente se arrodilló frente a Julio Reed, con la cabeza golpeando el suelo.
—¡Vaya! ¿De qué va esto? Con el Año Nuevo a la vuelta de la esquina, ¿estás pidiendo dinero? —Julio Reed dio un paso hacia atrás "sorprendido", buscó en su persona y sacó un billete de diez yuanes.
—¡Ay! ¡Mi pierna! —Cooper Ridge levantó la vista, con el rostro torcido de dolor.
Viendo los diez yuanes en el suelo, ¡los rompió en pedazos al instante! Ese golpe no había sido leve, y ya se podía ver un moretón en la cabeza de Cooper Ridge.
Los pisos en la casa de Knox Ridge estaban hechos de mármol sólido, duro como ninguna otra cosa. Con la cabeza golpeando eso, no podía ser algo bueno.
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