—Profesor, ¿de verdad se va?
Las dos chicas preguntaron con lágrimas en los ojos cuando Yale habló sobre sus intenciones de abandonar la ciudad para continuar con su viaje.
—Sí. Todavía tengo muchas cosas que hacer, y no puedo perder el tiempo en esta ciudad.
Yale ya había pasado mucho tiempo ayudando a esas chicas y a los demás en el grupo debido a la relación que tuvieron con Shirk en el pasado, pero él quería seguir buscando a sus amigos.
—Entonces, ¡llévenos con usted! ¡Queremos ir con usted! Obedeceremos cualquier orden y no le causaremos ningún problema, profesor. ¡Por favor, permítanos seguirlo!
Esas dos chicas no podían soportar estar separadas de Yale después de esos meses de estar junto a él. No les importaba dejar atrás a sus familias, sólo querían seguir a Yale.
—No.
La respuesta de Yale fue como echarles agua fría a las dos chicas, pero Yale fue firme en su decisión.
—¿Por qué?
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