Zhou Wei levantó su barbilla orgullosamente, incapaz de comprender su amable gesto. —Vamos a ver. La Señorita Qiao dijo que ha resuelto nuestro problema. Quiero ver cómo lo ha conseguido. Quizás hasta pueda aprender de ella.
—Después de todo, no importa cuán bueno sea alguien, siempre habrá alguien mejor.
Aunque las palabras que utilizaba pretendían significar cosas buenas, estaba siendo irónica.
Luo Qing ya no se molestó en rechazarla más. Estiró su mano y dijo:
—Está bien, puedes echar un vistazo por ti misma. Dame el portátil. Yo revisaré el USB primero.
Zhou Wei le pasó el portátil.
Estaban en el coche, así que ella no estaba preocupada de que Luo Qing deliberadamente hiciera algo para ayudar a Qiao Nian.
Luo Qing tomó el portátil de ella y lo encendió frente a todos.
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