Jiang Moyuan no pudo levantarse después de ser golpeado, pero aún estaba muy consciente.
Cuando Ying Zijin lo golpeó, se concentró en sus extremidades, así que su rostro estaba bien y sus ojos aún podían ver.
Jiang Moyuan vio que la chica se detenía una vez más, apenas recuperó el aliento.
Justo esta mañana, Ye Suhe le había dicho específicamente que el saquito sería útil.
Así que, Jiang Moyuan finalmente cedió, no le importó usar algunos métodos despreciables para mantener cerca a Ying Zijin.
Incluso en este momento, cuando ella estaba mirando el rostro de alguien más.
Una belleza que anhelaba poseer.
Los dedos de Jiang Moyuan temblaron, intentando apoyarse para sentarse.
Pero al segundo siguiente, su visión se oscureció.
La chica se inclinó de nuevo, preparando su codo derecho.
—¡Bang!
Un fuerte golpe de codo impactó directamente en su esternón.
—Crack.
El sonido crujiente de los huesos rompiéndose fue excepcionalmente claro en el callejón tranquilo.
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