En el Castillo de Cordon
Gedeón sacudió la cabeza cuando recibió telepáticamente un informe de que Bartos llegaría al castillo dos días más tarde. Eran dos días más de lo acordado, y honestamente ya le estaba enfureciendo.
—Supongo que debo entenderlo un poco más —Gedeón se burló—. Definitivamente me la cobraré más tarde.
Al entrar en su bañera, suspiró y dejó que las aguas lo limpiaran después de ensuciarse entrenando a los nuevos reclutas en el campo de entrenamiento más temprano.
—Ah, esto se siente tan bien —murmuró al sumergirse en el agua caliente. Lamentablemente, no pudo ver a Freya hoy ya que había salido del castillo antes de que saliera el sol. Solo ahora había regresado para poder verla después de todo este tiempo.
—La extraño tanto ya —gruñó con un suspiro profundo.
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