Gedeón contuvo la respiración mientras guiaba a su ejército hacia el área neutral entre las fronteras de Cordon y Ebodía. Tener la tarea de rastrear tanto a los ejércitos de Helion como a Calipso y Aurelia, los había llevado en una dirección bastante particular.
Actualmente, estaban parados en una colina con vista a un trozo particular del bosque justo en medio de los dos reinos. Observando el paisaje, Gedeón no pudo evitar notar la nube de polvo que se levantaba en medio de los árboles.
—Eso no es natural, ¿verdad? —Gedeón comentó hacia uno de sus hombres que estaba de pie a su lado. Era uno de sus rastreadores más experimentados, a quien el señor había encomendado la tarea de encontrar dónde exactamente esta fracción de Helion estaba causando estragos.
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