—Espera un minuto Edgar, ve más despacio —dijo ella, retirando su mano de la de él—. Tengo algunas cosas que quisiera recoger de mi habitación. Y no me moveré ni un paso más hasta que me expliques qué está pasando.
Suspiró exasperado. —Entonces déjame darte la versión corta. Hay una turba en camino aquí para quemar la mansión Wintershold.
—¿Q-qué? ¿Por qué harían eso?
Porque saben sobre la muerte del Barón y no tienen intención de dejar que su hijo tome el poder y repita los mismos horrores otra vez.
Los ciudadanos se están rebelando. Se dice que alguien también vio a Aaron matar a tres hombres hoy.
El aliento de Hildie se cortó al escuchar las noticias. Ahora entendía las palabras de Sonya y por qué la había alejado del centro del pueblo.
—Por favor, Señorita Hildie, debemos apresurarnos y cambiarte de ropa. Esa multitud que se acerca está llena de ira y podrían dirigirla hacia nosotros también. Es mejor no arriesgarse a averiguarlo.
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