La ventana del carruaje estaba cubierta de niebla. La nieve había caído, haciendo que el clima se volviera más frío con los días que pasaban. Elisa seguía pensando en Maroon. El mayordomo siempre había estado rodeado de misterio, tanto como Ian. Elisa estaba especialmente interesada en Maroon porque era la única persona que conocía a Ian durante muchos años y posiblemente la persona que más sabía sobre él.
—¿Por qué Maroon aceptó convertirse en demonio? —no preguntó si Ian había sido quien obligó a Maroon a convertirse en demonio como uno pensaría al escuchar la explicación de Ian, y él sonrió a esta pregunta de ella.
—Para responder a esta pregunta tuya, tendría que ir al pasado. ¿Te he dicho que Maroon era un esclavo, no es así? —Ian movió su mano de la cintura de Elisa, esta vez para arreglar su postura para que pudiera sentarse mientras lo miraba.
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