Después de lo que parecía una eternidad, James encontró algo que parecía aceptable decir para que Cornelia escuchara. —¿Qué tal si pasamos el día juntos y vemos a dónde nos lleva?
El corazón de Cornelia dio un salto. No por lo que él dijo, sino por cómo lo dijo. Podía sentir que lo decía en serio. Realmente quería estar con ella, y eso la hizo feliz.
—¿No tienes cosas que hacer con el Alfa Damon? —La pregunta de Cornelia sorprendió gratamente a James. El hecho de que ella supiera esto significaba que estaba prestando atención a él.
—Sí, así es. Debería terminar en aproximadamente una hora. ¿Esperarás conmigo? —¿CONMIGO?—James confirmó. —Mi hermana hará una declaración pública, y después de eso estoy libre. ¿Esperarás conmigo? Cuando eso termine, podemos ir a donde tú quieras.
«¿A donde ella quiera?», se preguntó Cornelia. No tenía idea aparte de... —¿Podemos ir al acuario?
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