Entre las sesiones de entrenamiento, Damon se comunicaba con Maya a través del enlace mental, recordándole que tenía que llevar a Talia de compras, pero Maya le dijo que Talia estaba durmiendo y que no debería ser molestada.
—Talia está durmiendo. Teniendo en cuenta sus heridas, es importante que descanse. Podemos salir de compras mañana —intentó razonar Maya con Damon.
—No. Háganlo hoy —Damon no cedía.
La verdad es que se sentía culpable.
Sabía que Talia se había ido por el incidente en la cocina, y pensó que si Maya la llevaba de compras, Talia se sentiría mejor y no intentaría irse de nuevo.
La idea de que Talia se fuera le estaba creando nudos en el estómago.
Casi había escapado, y a la próxima, podría no tener tanta suerte de encontrarla durmiendo en el bosque.
Fue a última hora de la tarde cuando Damon terminó de entrenar y regresó a la casa de la manada.
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