18: A Wild Chibi Hyuga Appeared!

"¿Crees que le guste la comida que le estoy preparando?" - preguntó Mikoto mientras miraba a su mejor amiga con un ligero sonrojo sobre sus mejillas.

"Claro" - respondió Kushina con ligera irritación porque había estado durante los últimos días escuchando cómo su mejor amiga se preocupaba de su hijo de Kurama, aunque una parte de ella sentía celos de que Mikoto tuviera ese tipo de emociones.

Sí, era incómodo en un principio, pero luego de ver lo feliz que era la madre de Sasuke con los sentimientos, ella estaba sintiendo que también era un buen momento para iniciar una nueva relación, el problema estaba en que no había nadie en Konoha que le interesara porque los conocía como la palma de su mano.

"En serio" - murmuró Kushina con celos al ver la actitud apasionada de su mejor amiga - "¿Cómo es posible que tenga celos de Kuro-chan y Mikoto-chan"

"¿Te encuentras bien?" - preguntó Mikoto mientras fruncía el ceño.

"No es nada" - murmuró Kushina mientras negaba con la cabeza, aunque por dentro ella estaba pensando que tal vez debería beber algo para calmarse, aprovechando de que Hiruzen le había pedido a Mikoto que fuera a la torre en la tarde.

*****

Luego de separarse de su grupo, y de que Kiba se ofreciera a llevar a Haku y Zabuza hacia el hotel más cercano, Kurama estaba caminando hacia su hogar con una expresión pensativa, después de todo, el joven del clan Inuzuka estaba actuando extraño desde que regresaron a Konoha.

"¿Debería de ir a pasar el rato a Ichiraku Ramen?" - pensó Kurama, solo para fruncir el ceño cuando sintió una mirada siguiéndolo en silencio - ". . ."

El joven de cabello rojo rápidamente extendió el alcance de sus sentidos, solo para fruncir aún más el ceño porque esto parecía ser inefectivo.

"¿A caso estoy equivocado?" - murmuró Kurama antes de caminar hacia un callejón cercano, solo para que una pequeña silueta apareciera detrás de él, sorprendida porque su 'presa' había desaparecido.

"¿Eh?" - la pequeña espía observó los alrededores, confundida porque juraba que el chico de cabello rojo había escapado en esta dirección - "¿A caso me equivoqué?"

"¿A quién estás buscando, pequeña?" - preguntó una voz masculina detrás de ella.

"Estoy hablando de un chico de cabello rojo que juré verlo entrar..." - respondió la niña de forma inconsciente, solo para soltar un grito de sorpresa al ver que su 'presa' estaba delante de ella - "H-Hola..."

"¿Qué haces aquí, Hanabi-chan?" - preguntó Kurama mientras levantaba una ceja ante la pequeña niña de cabello largo de color castaño oscuro, cejas finas y ojos blancos como perlas, quien no era otra que la hermana menor de Hinata.

"¿Cómo sabes mi nombre?" - preguntó Hanabi con sorpresa mientras se ponía en guardia.

"Porque eres igual a Hinata-chan" - respondió Kurama mientras le giraba los ojos - "O al menos tal como ella mencionó que eras, aunque lo que nunca me dijo, fue que eras un poco tonta por seguir a un desconocido a un lugar tan alejado y sin seguridad"

"Ugh... Onee-chan me dará unas nalgadas si escucha la tontería que hice" - murmuró Hanabi mientras sentía un escalofrío recorrer su espalda - "¿Puedes no decirle sobre esto, por favor?"

"Depende" - respondió Kurama mientras levantaba una ceja - "¿Por qué me estabas siguiendo?"

"Te pareces a la persona que Onee-chan mencionó cuando estábamos entrenando, es por eso que quería ver si eras tan bueno como ella había dicho" - respondió Hanabi con honestidad - "Lo siento"

"Entiendo, aunque te pido que no hagas algo tan tonto como eso" - dijo Kurama mientras fruncía el ceño - "Es posible que te pase algo malo si sigues siguiendo a personas desconocidas"

"Lo siento" - Hanabi se disculpó por segunda vez mientras agachaba la cabeza con vergüenza, después de todo, Kurama tenía razón, ella se había equivocado de la peor manera posible.

"Es bueno ver que aceptas tu culpa" - asintió Kurama con una sonrisa - "Como sea, supongo que es mejor que te lleve a casa, a menos que primero quieras un helado como celebración por nuestro primer encuentro"

"¿Estás tratando de ganarme con dulces?" - preguntó Hanabi mientras fruncía el ceño.

"¿Quieres o no?" - murmuró Kurama mientras le daba una mirada en blanco.

"De frutilla por favor" - respondió Hanabi con una sonrisa infantil.

"Deberías seguir sonriendo..." - dijo Kurama mientras caminaba con la niña a un puesto de helados cercano y le compraba uno de frutilla a la pequeña - "Una niña no debería tener una expresión amarga en su rostro a tan temprana edad"

Hanabi simplemente guardó silencio mientras comía su helado.

"Lo siento" - dijo Kurama al notar cómo la niña parecía estar hundida en sus pensamientos.

"No te disculpes" - murmuró Hanabi mientras negaba con la cabeza - "Me gustaría, pero no puedo..."

Kurama frunció el ceño cuando escuchó esto, después de todo, Hanabi parecía estar cargando algo demasiado pesado sobre sus pequeños hombros, así que decidió hablar con Hinata la próxima vez que se encontraran, después de todo, Hanabi parecía ser una niña inteligente y amable.

Los dos rápidamente caminaron por las calles transitadas de Konoha hasta que llegaron a la residencia del clan Hyuga, lugar donde Hanabi agradeció al joven de cabello rojo antes de entrar corriendo hacia el interior.

Kurama simplemente negó con la cabeza mientras decidía que era mejor volver a casa, aunque su expresión cambió cuando vio cómo Mikoto parecía ir corriendo hacia la torre Hokage junto a Sasuke - "¿Qué fue eso?"

"No tengo la más mínima idea" - respondió una voz femenina.

"¡Ayame-san!" - exclamó Kurama con una sonrisa al ver cómo la hija del cocinero de Ramen estaba detrás de él con bolsas pesadas a su lado, así que sin pensarlo dos veces, él las tomó para alivio de la chica.

"Gracias" - dijo Ayame mientras acariciaba sus brazos porque esas cosas eran más pesadas de lo que aparentaban - "Veo que ya regresaste de tu misión"

"Sí, fue más rápido de lo que pensábamos, aunque estoy agradecido de ellos" - respondió Kurama con una sonrisa - "Y veo que ustedes también han estado ocupados"

"Bueno, gracias a la inversión de Kushina-san, nuestro restaurante se ha ampliado, así que sí, tenemos mucho más trabajo que antes" - respondió Ayame mientras soltaba un suspiro pesado - "Creo que tenemos que contratar a más gente, pero honestamente no podemos confiar en que no intenten robar el secreto de nuestro Ramen"

Ayame no estaba mintiendo en esto, el Ramen de Ichiraku era el mejor de todo Konoha, o incluso de las aldeas cercanas gracias a la receta que su padre había creado junto a su madre. Se podría decir que el éxito actual de Ichiraku, era el trabajo final que su madre había dejado antes de partir al más allá, es por eso que estos secretos eran cuidados como huesos de santos.

"Entiendo" - asintió Kurama mientras los dos continuaban charlando - "Por cierto... ¿No te han ido a molestar esos idiotas de nuevo?"

"Después de la paliza que les diste, es imposible que ellos volvieran a intentar llevarme con ellos" - respondió Ayame mientras le daba un pequeño golpe en el brazo - "Gracias por salvarme"

"Es lo menos que puedo hacer por la mejor cocinera de Ramen de todas las [Naciones Elementales]" - dijo Kurama con un tono serio, sacándole una pequeña risa a la chica de cabello castaño oscuro-

"Eres gracioso" - sonrió Ayame mientras negaba con la cabeza.

"Estoy hablando en serio" - murmuró Kurama mientras sacudía la cabeza en resignación.

Luego de dejar a Ayame en Ichiraku junto a los suministros que había comprado, y de asegurarse de que Zabuza estuviera cómodo, porque Haku había salido junto a Kiba, Kurama había decidido que era el mejor momento para regresar a casa, después de todo, él todavía no había hablado con Kushina.

"¿Por qué siento un escalofrío recorrer mi espalda?" - murmuró Kurama mientras fruncía el ceño.

El joven de cabello rojo se detuvo unos segundos antes de soltar una risa tonta."Creo que estoy cansado, porque estoy pensando puras estupideces" - dijo Kurama con una sonrisa forzada sobre su rostro mientras reanudaba su caminata hacia su hogar, sin saber que no solo su presentimiento estaba en lo correcto, sino que pronto su vida daría un salto de 180°.*****

"¿Hay alguien?" - dijo Kurama mientras levantaba una ceja al mirar alrededor de su silencioso hogar, solo para escuchar a la distancia el sonido de alguien bebiendo algo, así que rápidamente caminó en esa dirección, solo para verse con una escena que no pensaría que vería - "¿Qué estás haciendo, Kushina-san?"

"¡Kuro-chan ~!" - dijo Kushina con el rostro rojo por beber más de la cuenta, aunque ese no era el detalle más grave, sino que ella estaba completamente desnuda - "¿Cómo estás ~?"

Kurama no supo qué decir en esta situación, después de todo, él era un chico adolescente con las hormonas alborotadas, y no ayudaba que con cada movimiento, la hermosa mujer de cabello rojo meciera sus deliciosas curvas.

Kushina sonrió cuando notó la mirada del joven que había visto crecer sobre sus pechos y entrepierna, a la par de que su sangre Uzumaki parecía estar hirviendo con un intenso fuego abrazador, algo que el joven también parecía estar despertando porque su rostro estaba rojo y su respiración era cada vez más irregular.