Tras la llegada de sus palabras, una tumultuosa y sofocante ráfaga entró en acción.
En medio de la oscuridad, se escucharon amargos gritos de súplica y de dolor. Era como si una enorme bandera ondeara rápidamente, emitiendo estruendosos sonidos de viento dentro de esa estrecha cabaña.
Un alboroto tan ensordecedor naturalmente asustó a los piratas a bordo del Perla Negra.
Se reunieron en la cubierta mientras levantaban sables y hachas; algunos se aferraban a antorchas mientras maldijeron en voz alta y entraban en tropel.
Días antes, el todopoderoso Perla Negra había sufrido un enorme revés que los dejó incomparablemente sombríos. En ese momento, los piratas naturalmente saltaron con esa excusa para ventilar su frustración.
Mientras tanto, los claros sonidos del hielo que se rompía continuaban resonando ante Sheyan.
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