En un área en los bordes del Realverso del Dragón Llama donde innumerables rayos crepitaban, de repente aparecieron tres humanoides de ónix.
—Hegemón Trueno Estrella —gritó el humanoide de ónix flaco.
Whoosh. Los innumerables rayos se fusionaron en una forma humanoide hasta convertirse en un hombre con túnica violeta: era Hegemón Trueno Estrella, el Hegemón que los había llevado ahí en su buque.
—¿Tienen el buque? —dijo Hegemón Trueno Estrella y les sonrió.
Los tres humanoides de ónix no tenían buena cara. Antes habían hablado con mucha confianza, pero ¿quién hubiera pensado que regresarían tan cabizbajos? Tuvieron que pedirle a Hegemón Trueno Estrella que los llevara de vuelta.
En realidad, Hegemón Trueno Estrella les había hecho esa pregunta a propósito. ¡Notó a la primera que no tenían el buque! Estaba bastante complacido de poder burlarse de algunos Emperadores Negros del Ejército Pico de Hielo.
El flaco humanoide de ónix dijo fríamente:
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