La tribu se congregó en un claro soleado para celebrar la Ceremonia Principal, el tan esperado momento en que Ruyo y Mia unirían sus vidas en matrimonio. La música resonaba en el ambiente festivo, una combinación de tambores, quenas y flautas, y los colores vibrantes llenaban el espacio.
Los hombres y mujeres de la tribu comenzaron a bailar, los hombres en el lado derecho y las mujeres en la izquierda, moviéndose al ritmo de las melodías que alababan a la tierra, la fertilidad y el sol. Los movimientos fluidos y coordinados evocaban una antigua tradición llena de significado.
En medio del baile, Mia buscaba con la mirada a su esposo, quién debería llevar unas plumas en su cabeza. Finalmente, un par de ojos se encontraron, y en ese instante, una mezcla de sorpresa y conmoción se apoderó de ella. Ruyo estaba allí, frente a ella, convertido en su esposo. Las palabras se desvanecieron en su mente mientras observaba a Ruyo, procesando la realidad de aquel momento.
La confusión se instaló en el corazón de Mia. Su mente se llenó de preguntas y dudas sobre el futuro que les esperaba juntos. "¿Él sabe que me refería a nuestro matrimonio? ¿Seré capaz de mirarlo a los ojos?". Sus pensamientos se agitaban, no sabía lo que él pensaba al respecto de ella.
Sin embargo, a medida que el baile continuaba y los demás miembros de la tribu se retiraban, Mia sintió que el mundo exterior se desvanecía y solo quedaba ella y Ruyo, danzando en un espacio lleno de energía y complicidad. La música resonaba en sus cuerpos, guiándolos en cada movimiento, y Mia comenzó a dejarse llevar por la magia del momento.
Los diálogos internos de Mia reflejaban su proceso interno de aceptación y comprensión. Mientras se entregaba al baile, una calma gradual la envolvía. El contacto con Ruyo, su cercanía y la forma en que sus movimientos se sincronizaban, comenzaron a disipar sus dudas y temores. Cada paso en la pista de baile parecía revelar una conexión especial entre ellos.
Mia se permitió sentir la emoción y la felicidad que emanaban del baile. Las palabras perdieron importancia en ese momento, y las expresiones en sus rostros hablaban más que cualquier diálogo. Ruyo la abrazaba con ternura, transmitiéndole una confianza silenciosa. Los conflictos internos se desvanecían mientras se sumergían en el fluir del baile.
A medida que el baile llegaba a su fin, Mia miró a Ruyo con una mezcla de gratitud y aceptación. En ese instante, su corazón se abrió a la posibilidad de un futuro juntos. Aunque aún quedaban incertidumbres, se dio cuenta de que no necesitaba tener todas las respuestas en ese momento.
La ceremonia continuó con otros rituales y celebraciones en honor a la pareja, pero Mia llevaba consigo el sentimiento interna que había experimentado en el baile. Aceptó a Ruyo como su esposo, abrazando la aventura incierta, pero llena de promesas que se desplegaba ante ellos.
El futuro seguía siendo un misterio, pero Mia estaba lista para caminar ese camino junto a Ruyo, enfrentando los desafíos y descubriendo las maravillas que les esperaban en su vida en común.
¡Hola, aquí el autor! Espero les guste este capítulo, espero su apoyo y sus comentarios. No olviden que si quieres apoyar a esta historia, compartela con otras persona o comenta en los comentarios.