O XL: ¡Dioses Salvajes!

Tres grandes serpientes salieron de entre los árboles, con su largos cuerpos podían derribar árboles y arbustos. Detrás de ellos estaba un grupo de chamanes o brujos, con vestiduras llamativas y con máscaras de hueso que les tapaba toda la cara, recitaban palabras muertas y con sus bastones controlaban a las tres grandes serpientes.

La tribu estaba asustada, lo podía sentir. Si nos hubieran atacado con una gran serpiente pudieras haber aguantado, pero tres eran demasiado. La tribu no sobreviviría a tal ataque.

Se escuchaba los tambores de retirada y se comenzó a cantar un canto triste.

Eso significaba que las mujeres y niños abandonarían la aldea, mientras que los guerreros ganarían tiempo con su vida, a esta canción se le llamaba canto del guerrero caído ¿Por qué del guerrero caído? Eso es por que es el guerrero quien lo canta, tratando de darse valor para su acto heroico,

¡Pero no me iré! A pesar que pueda ser sumamente peligro, no quiero abandonar esta tribu. He estado pensando mucho en eso, y ya sé por qué no me quiero ir, es por que me recuerda a mi hogar, a mi familia, es por que puedo hacer lo que yo quiero aquí. Aquí puedo luchar.

Entonces me lance hacia la cabeza de una de las gran serpientes, traté de que por inercia todo mi peso se concentre en mi lanza y poder penetras sus escamas, pero fui repelida por la cola de otra de las gran serpientes. El golpe hizo que mi lanza se partiera, y yo chocara contra el suelo fuertemente.

Mi cuerpo sentía tanto dolor, podía intuir que ciertas partes de mi cuerpo se habían roto.

¡La sangre se acumuló y tuve que vomitarla para que no me atorada, pero ya me costaba respirar, de hecho, cada respiración era un dolor inmenso!

Pero de repente el suelo tembló y el cielo comenzó a nublarse.

El temblor hizo que algunos chamanes cayeran y no pudieran controlar a las bestias, haciendo que un conjunto de guerreros de la tribu aprovechara la oportunidad para darle un golpe a una de las grandes serpientes.

—¡Refuerzos han llegado!¡Los Dioses Incas han respondido al llamado!¡Seguir luchando por la tribu! —era el jefe de la tribu, que había llegado al campo de batalla.

El jefe había traído refuerzos, que son los miembros de la tribu de elite.

El jefe se acercó a mi posición, revisó mi condición y me ayudó a colocarme vendas.

—Tuviste suerte, solo son algunas costillas. No creí que tuviera que decirlo, pero parece que tu amiga es útil después de todo —

—¿Ymac? —¿Qué estaba pasando?

—Si, tu amiga fue la que nos avisó del ataque. Corrimos tan rápido que pudimos para llegar —

Para mi sorpresa, Ymac estaba al lado de la abuela con un bastón, pronunciando ritos, de alguna manera esta contrarrestando el poder de los chamanes haciendo que nuestros guerreros pudieran asestar golpes a las grandes serpientes.