``` La historia de un hombre que trae la muerte y una chica que la niega. ---- En la montaña embrujada del reino, dicen que vivía una bruja. Ella nació princesa. Pero incluso antes de su nacimiento, el sacerdote la declaró maldita y exigió su muerte. Envenenaron a la madre para matar al bebé antes de que diese a luz, pero el bebé nació de la madre muerta —una niña maldita. Una y otra vez, intentaron matar al bebé pero ella milagrosamente sobrevivió cada intento. Dándose por vencidos, la abandonaron en la montaña embrujada para que muriera pero ella aún sobrevivió en esa tierra estéril —una bruja. —¿Por qué no muere? Años más tarde, la gente finalmente se hartó de la bruja y decidió quemar la montaña. Pero el Diablo llegó en su rescate y la llevó consigo de aquel lugar en llamas, porque morir no era su destino ni siquiera entonces. Draven Amaris. El Dragón Negro, que gobernaba sobre los seres sobrenaturales, el Diablo con quien nadie deseaba cruzarse en su camino. Odiaba a los humanos pero esta determinada chica humana lo atraía hacia ella cada vez que estaba en peligro. —¿Es realmente humana? Él se llevó a la humana con él y nombró a esta misteriosamente tenaz chica “Ember”, un pedazo de carbón ardiente en un fuego moribundo. Un alma manchada de venganza y la oscuridad del infierno, se levantaría de las cenizas y cumpliría su revancha. ------ Este es el segundo libro de la serie de Los Diablos y Las Brujas. El primer libro es - La hija de la bruja y el hijo del diablo. Ambos libros están conectados entre sí, pero puedes leerlos de manera independiente. ```
No estaba segura de que la magia hubiera funcionado, pero decidió esperar un rato para ver si Morpheus aparecería tras oír el silbato.
Varios minutos pasaron sin ninguna señal de su llegada. Eso la hizo cuestionarse si el silbato funcionaba o si Morpheus no podía venir porque estaba ocupado con otras cosas.
—Él dijo que vendría en cualquier momento siempre que lo llame. ¿Tal vez está ocupado? —decidió esperar un poco más. Después de un tiempo, jugueteó con el silbato en forma de pájaro. —¿Y si no lo hice bien? Debería intentar soplar más fuerte.
Estaba a punto de volver a llevarse el silbato a los labios
—¡No lo soples de nuevo o dañarás mis tímpanos! —escuchó la voz profunda y familiar, y aun antes de ver al hombre, sintió el viento girando alrededor del balcón debido a ese par de majestuosas alas grises.
Se giró para ver dónde había aterrizado Morpheus. Sonrió brillantemente, encontrando graciosa su expresión de impotencia. —Ah, así que realmente funcionó.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com