webnovel

Capitulo-6 Más allá del río

Después de realizar algunas actividades como lavar algunos harapos que teníamos puestos y bañarnos, estuvimos repasando lo que habíamos visto en el bosque que teníamos a nuestras espaldas. Emy dijo que para ella no era normal; No tenía miedo justo ahora, pero cuando estábamos en el bosque, sentía que la estaban observando. Sin embargo, no me dijo nada para no alarmarme. Por mi parte, no sentí nada de eso. Estaba todo tranquilo. Sí, era un poco sospechoso, pero no nos sucedió nada peligroso. Es más, parecía que el bosque nos estaba guiando a este punto. Le dije a Emy que se tranquilizara y terminamos la charla. Empezamos a preparar la comida con un poco de hongos que teníamos en la bolsa. Todo estaba controlado, pero la comida se nos estaba acabando, así que necesitábamos pensar en algo para conseguirla.

Después de esa larga charla, terminamos de cenar y empezamos a arreglar dónde pasaríamos la noche, ya que la mañana próxima seguiríamos con nuestro objetivo de llegar a Caelum.

En el momento que me desperté, sentí un olor familiar. Era como las especias que mi madre le colocaba al estofado que más me gustaba. Era Emy que estaba cocinando encima de un horno improvisado. Me miró con cara de sorprendida porque era la primera vez que la veía haciendo estofado. Me había dicho que no sabía hacerlo, que lo estuvo intentando pero no le salía. Pero estaba mintiendo.

—Jajajaja, ¿por qué te avergüenzas, Emy? —le dije con una risa burlona. Ella me miró enfadada por la burla y dejó escapar una bomba.

—Si te sigues burlando, no te daré estofado —soltó una burla también hacia donde estoy yo. Ella sabía que esa era mi comida favorita y que haría lo que fuera para comerla.

Terminamos de desayunar y nos preparamos para partir. Emy había guardado lo poco de comida que teníamos en la bolsa que nos había dado nuestra madre. Por mi parte, tenía un pomo de agua para que no nos faltara en el camino, ya que no sabíamos qué tan lejos estaba el Reino de Caelum. Dejamos despejado el lugar y seguimos el único camino que se marcaba al otro lado del río. Para nuestra buena suerte, el caudal estaba bajo, así que no tuvimos problema al cruzar el río.

Estando en el otro lado, nos dimos cuenta de que el paisaje frente a nosotros estaba cambiando. Ya no había árboles gigantes; ahora parecía como si el bosque no existiera aquí. Todo era diferente: el color del cielo, la vegetación, los animales no se parecían en nada al bosque en el que habíamos estado viviendo durante algunos días. Emy también estaba sorprendida, miraba a todos lados. En ese momento, me di cuenta de que la cordillera detrás de nosotros ya no estaba. Era lo más notorio, pero había desaparecido. No se lo dije a Emy porque no quería preocuparla. Ya entendía que uno de nosotros era especial en algo, pero no sabía en qué exactamente.

Avanzamos después de verificar que no había ningún problema cerca y llegamos al único lugar que teníamos frente a nosotros: una pequeña montaña de unos diez metros de alto. Tenía un agujero en el centro que la hacía parecer una cueva. -Por supuesto, yo iré primero-, le dije a Emy. -Está bien, ten cuidado-, dijo temerosamente.