Finalmente el fin semana se hace presente, el grupo de adolescentes de preparan para aventurarse en el pueblo que quizá los ayude a entender mejor este misterio, o para ser más precisos, que los ayude a Fanny y Kevin a entender su misterioso "Cambio de cuerpos"
Se adentran al pueblo por la carretera 87, no sin antes hacer una parada en la gasolinera donde ocurrió cerca el incidente de Jonathan.
Al llegar a la gasolinera se encuentran con que es justo el cambio de turno, el señor Andrés está por salir y se dirige al cuarto de trabajadores para cambiarse y tomar sus cosas para volver a casa. Fanny, Kevin, Lili y Lucero se acercan un poco a la gasolinera y esperan que el señor salga de la habitación.
—¡Hola! Señor Andrés... soy Fanny la chica que estuvo aquí hace un tiempo...—se pronuncia mientras se acerca a él.
El se sorprende un poco al verla ahí y saluda de igual forma. —Hola, Fanny. Si ya te recuerdo. Dime en qué puedo ayudarte—responde amablemente.
Los chicos se voltean a ver unos a otros. —Necesitamos un guía para que nos lleven al pueblo, nosotros podemos volver, solo quiero visitarlo y verificar algunos lugares—sonríe. —¿Es cierto qué es un pueblo fantasma?—pregunta con duda.
Andrés no hace ninguna expresión pero es notoria su duda de que los chicos quieran visitar su pueblo.
—Queremos conocer el pueblo, solo que hemos escuchado que casi no salen las personas y hay muy pocas que lo habitan. Es un pueblo grande, solo que con poca gente; no queremos sobre salir—agrega Kevin al ver la expresión dudosa de Andrés.
—Entiendo, los llevaré y les daré un recorrido—responde mientras toma su mochila y la sube a la camioneta.
—Le daremos $50 dlls por llevarnos y darnos un mini recorrido—agrega Fanny mientas saca su cartera.
Andrés se niega, pero Fanny insiste y finalmente el los toma.
Todos suben al vehículo y comienzan el viaje hacia un pueblo "fantasma" donde esperan encontrar respuestas y no salir de allí con más dudas de las actuales.
Durante el camino Fanny va al frente y aprovecha la oportunidad para interrogar a Andrés.
—Y si no es indiscreción, ¿como fue que usted llegó a ese pueblo?—pregunta mientras coloca el codo sobre su rodilla y en este apoya su cabeza en dirección a el.
—Mis padres tenían una casa en ese pueblo, nos mudamos cuando yo tenía 10 años. Desde entonces viví ahí, conocí una amiga del pueblo y pues allí hice mi vida. Quizá puede que seamos extraños, pero somos buenas personas; la gente nos ve raro solo por pertenecer a ese pueblo—responde sin quitar la vista de el camino y recordando sus viejos momentos de infancia y adolescencia.
—Es extraño vivir en un pueblo así, pero supongo que uno se acostumbra—recalca Dany con una sonrisa.
—Si con el tiempo te acosmbras. Pero desde luego si tiene alguna que otra leyenda, leyendas muy antiguas quizá de décadas atrás o incluso de hace más de un siglo...—dice el recordando las leyendas que le contaba su abuela y su abuelo.
Fanny gira su cabeza hacia Kevin, el solo sonríe y asiente.
—¿Leyendas sobre fantasmas?—ríe. —¿O sobre algo más real?—pregunta ella manifestando duda.
—Sobre fantasmas todos las conocemos. Pero de la que yo hablo son de brujas, quizá no es una historia de terror como tal pero tiene sus detalles—responde Andrés hundiendo los hombros.
—Cuéntenos, queremos escucharlo—agrega Lucero.
—De hecho sí, me quede sin señal así que quiero escuchar esa historia o leyenda—agrega Lili mientas guarda su teléfono en la mochila.
—Lastima que no tenemos palomitas, pero tendrás que conformarse—ríe él sarcásticamente. —Hace algunas décadas esto era un pueblo pequeño, no había muchos pueblerinos pero habían unos que se hacían destacar, los Kling. Y no por buenos méritos, un granjero discutió y peleó con el padre de la familia, los Kling tenían fama de "brujos" se cree que hacían magia negra y adoraban al diablo; no había pruebas sobre eso. A las semanas los cultivos del granjero comenzaron a pudrirse. Durante los meses continuó esta mala racha. Sumado a esto su hija enfermo, una simple "gripe" se volvió mortal para ella y acabó con su vida. Los bisabuelos del granjero parece que habían quemado algunos brujos décadas atrás; los Kling no olvidaban y aprovecharon este pequeño enredo y atacaron. No solo el tuvo mala racha, otros pueblerinos la tuvieron, era muy raro que afuera de la casa Kling hubiesen animales muertos, y de vez en cuando las aves chocaban en la casa. Una señora llamada Melanie Dimas encabezó un "asalto" a la casa y asesinaron al padre de la familia; la señora Kling fue quemada viva y sus hijos desaparecieron y jamás fueron encontrados—narra Andrés recordando las mismas palabras de su abuela.
Fanny no realizó ninguna expresión solo miraba por fuera de la ventana, sabía que el apellido "Dimas" no fue mencionado solo así por que sí. Su familia tuvo que ver ahí, y quizá no solo en eso.
Kevin solo ve a Fanny y suspira al entender un poco la situación.
—Me siento un poco mareada, paremos por favor—dice mientras se lleva un mano a su frente.
El auto se detiene y ella baja, Kevin la sigue y la alcanza en el barandal del lado de la carretera.
—¿Estás bien?—pregunta Kevin mientras coloca su brazo alrededor del cuello de Fanny.
—Tu abuela, o nuestra abuela, da igual, fue quien nos condenó a esto. Pero siento que no han terminado los hallazgos—voltea a ver a Kevin. —Tengo que descubrir que participación tuvo mi familia en eso. Así que sigamos el camino y volvamos después a la cuidad—responde firme y fuerte ante la situación.
Ambos suben de nuevo al auto y siguen el camino. Después de 15 minutos llegan al pueblo y se estacionan cerca de la casa.
—Fanny, ¿te puedo hacer una pregunta?—dice Andrés mientras apaga el vehículo.
Todos se quedan estáticos al escucharlo y toma a Fanny por sorpresa.
—Pues ya está haciendo una—agrega Lucero riendo y aliviando la tensión.
—Claro—responde Fanny antes de tomar la manija de la puerta.
—¿Tu vienes a la casa de los Kling? Buscas hallazgos de los brujos...—interroga el mirándola a los ojos.
—Sí—asiente ella mientras baja del auto.
Al bajar pueden ver la enorme mansión que pertenecía a los Kling. Y su enorme jardín que rodea a la casa.
—Parece la casa de un millonario—dice Lili.
—Era un millonario—responde Andrés mientras hace un ademán para que caminen por la calle.
En el camino por el pueblo ven a un señor vendiendo pan, y otra señora que se asoma por su ventana.
—Vaya que este pueblo si es extraño, no hay personas. Pareciera que todos están en sus casas por qué no pueden salir o algo por el estilo—dice Lucero mientras caminan y ve hacia las casas.
—Como si estuviesen en cuarentena... Espero que no nos violen aquí—agrega Lili riendo.
—Solo hay autos, pero no hay personas afuera ni en tiendas. Que extraño, o quizá esta es la avenida menos transitada—comenta Kevin mientras alcanza a ver la casa de los Kling.
Después de un pequeño recorrido que les dio Andrés los lleva a la mansión.
—Esta está la casa—dice Andrés cuando están a escasos metros de ella.
—¿Podemos entrar?—pregunta Fanny con inquietud.
—Sí, si se puede entrar. Pero yo aquí termino mi guía, ya que creemos que nos trae mala suerte el entrar ahí o siquiera husmear—responde rápidamente manteniéndose alejado de la casa.
—Descuide, no creo que me pueda suceder algo peor...—dice Fanny con una sonrisa.
—Fanny, ¿pero por qué tu deseo por venir a esta casa? ¿Por qué buscas pistas como si pretendieras resolver un misterio o caso?—pregunta Andrés antes de irse.
—Ya terminó su viaje. Y le agradecemos mucho todo; pero temo que no le puedo dar respuesta a eso. Es algo sumamente personal y difícil—responde ella mientras coloca su mano en el hombro de él.
—Lo entiendo. Suerte—responde antes de irse de vuelta a su auto e irse a su casa.
Lucero y Lili esperan a las afueras de la casa. Kevin y Fanny ingresan a ella.
Caminan por el jardín y encuentran algunos árboles, uno de ellos sostiene una soga demasiado vieja, casi logra hacerse polvo.
—Crees que...—es interrumpido por Kevin.
—Sí, aquí colgaron y quemaron a la bruja esa—responde Kevin.
En el suelo hay algunas marcas de algunas personas que participaron en el acto. Nada relevante.
Entran a la casa, la puerta no tiene seguro, ni siquiera las ventanas. Caminan por la casa y ven que la mayoría de los objetos son antiguos.
—¿No te parece extraño que en un pueblo como este, haya quemado a una bruja y matado a su esposo? O sea, está alejado del mundo exterior, y nadie se dio cuenta... supongo que...—se detienen ambos y se voltean a ver.
—Nunca nadie fuera del pueblo supo de esto...—dice Fanny rápidamente.
—Entonces los cuerpos están enterados aquí mismo...—dice Kevin.
Antes de subir las escaleras ven un baúl debajo de las mismas. Este contiene muchos papeles y fotos, algunas fotos en blanco y negro; demasiado antiguas incluso para la época donde fueron guardadas.
—Aquí algunos integrantes de tu familia se ve que quemaron brujas y mataron a sus hijos, quizá esto tenga relación con Amelia, puede que sean su familia o conocidos. Tu familia tuvo bastante que ver, y la mía ni se diga; le destruyeron su vida—Agrega Kevin mientras sostiene las fotos y algunos papeles.
—La mayoría de las fotos son de cazadores de brujas, quemándolas o matándolas. En algunas fotos están nuestros familiares, y de hecho aquí hay hojas arrancadas de sus libros; son hechizos—dice Fanny.
—Hay que llevarnos esto y esconderlo en algún lugar, quizá nos sirva. La información que queríamos saber ya la tenemos, Andrés nos la dio. Estamos pagando los actos de nuestros abuelos o bisa abuelos. Incluso ante pasados más viejos; por eso Amelia nos hizo esto, quizá sea la última que queda de su rama familiar—comenta Fanny mientras mete de nuevo las cosas y le pide a Kevin que coloque de nuevo las piezas.
—No podemos llevarnos el baúl, sabemos que Amelia vendrá. Nosotros sólo queríamos saber el por qué, ahora ya vámonos—dice Kevin.
Cierran el baúl y siguen revisando la casa pero todo está cubierto con mantas. Antes de salir ven qué hay una foto de la familia de Amelia.
—Parece que alguna vez llegó a ser una chica hermosa—ríe Kevin. Fanny solo lanza una pequeña risa.
—No puedo creer que recorrimos un buen tramo para que en una sola historia supiéramos que sucedió y cuál es la razón de todo esto...—dice Fanny mientras ambos salen por la puerta trasera.
—Las fotos, hechizos y pistas qué hay aquí también nos ayudaron a comprender que nuestra familias y antepasados eran cazadoras de brujas. Algo salido de ciencia ficción pero bueno... sabemos que Amelia nos jodera hasta que no rompamos el hechizo o la matemos a ella—agrega Kevin mientras regresan con las chicas.
—¿Encontraron lo que buscaban?—pregunta Lucero mientras se levanta de la banqueta.
—Algo así—responden sonriendo.
Se dirigen de nuevo a las afueras del pueblo para pedir un Uber. Pero Andrés los alcanza en su auto.
—Hola, Andrés. Creí que estabas ya en casa...—le dice Fanny al verlo ahí a media calle con el auto encendido.
—El servicio incluye ida y vuelta, los llevaré hasta su cuidad, suban—responde sonriendo.
Fanny solo sonríe y asiente.
•
Muchas gracias por leer y apoyar la historia. Cuídense.