Romance Carnival 1er Premio. TEN CUIDADO CON LA IRA DE UNA MUJER PACIENTE. Rosalind Lux murió después de enterarse de la traición de su esposo y su hermana. Y justo cuando pensó que finalmente había encontrado la paz, despertó cuarenta años antes de su muerte. Con los recuerdos de su vida pasada intactos, Rosalind juró venganza. Sus planes rápidamente la llevaron a los brazos de un Duque cuya mirada seductora contenía misterios que amenazaban no solo sus planes sino también su corazón y cuerpo. …. TEN CUIDADO CON EL AMOR DE UN HOMBRE MALDITO. Castigado por la Diosa por su avaricia, Lucas Benjamén Rothley había estado protegiendo el Norte durante todo el tiempo que podía recordar. Durante cientos de años, ninguna mujer había conmovido su corazón. Eso fue hasta que la temible Rosalind Lux se tropezó en su vida. Pronto, se dio cuenta de que Rosalind no era la dama en apuros que a ella le gustaba hacer creer a todos. Ella esconde un secreto tan oscuro que podría terminar con su maldición o poner su vida patas arriba. Etiquetas: Venganza, Protagonista femenina fuerte, sin violaciones ni abusos, romance a fuego lento. Otras novelas: El Pecado del Licántropo: COMPLETADO La portada es mía. Instagram: @b.mitchylle Discord: MitchyMitch#3750
—Pensé que habías muerto —dijo el hombre a su lado.
Rosalind lo miró. Sus ojos se ensancharon cuando se dio cuenta de que ella... ella había estado utilizando el regazo del hombre como almohada. Estaba cómodamente acostada en su regazo en el jardín, llevando puesto un abrigo que era seis veces más grande que su tamaño. Parpadeó hacia él.
—Tú...
—Ni siquiera una pizca de gratitud, veo —dijo él, interrumpiéndola.
—¿Qué pasó? —ignoró el sarcasmo en su voz.
—Intentaste hacer una hazaña y fallaste. No sé si eres simplemente afortunada o estúpida.
—¿Fallida? Si es así, entonces ¿por qué estoy aquí? ¿Con el Duque, no obstante?
—No he conocido a alguien que usara su Bendición tan imprudentemente como tú —reflexionó él, volviendo su mirada hacia las paredes de plantas frente a ellos.
—No tenía elección.
—¿No? —preguntó él.
En respuesta, ella apretó los labios.
—Gracias.
—No te escuché.
—Dije que... —se detuvo al hablar cuando él la miró.
—¿Qué?
—Estoy agradecida por tu ayuda.
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