Adrienne permaneció en silencio y eligió mirar al pequeño niño que dormía en su regazo. Noah tenía una leve sonrisa en su rostro, como si estuviera contento de estar donde estaba. Esta era su primera reunión, pero el niño ya había demostrado cariño hacia ella.
Noah le recordaba a Dylan constantemente. Ese pequeño había sido criado por ella, ¿cómo no iba a extrañarlo Adrienne, especialmente en momentos como este?
—Entiendo lo que quiere decir, señorita Qiu, y precisamente por eso Lennox y yo hemos considerado ofrecerle quedarse con Noah —ella respondió honestamente a Beatriz—. El que usted y Noah no sean parientes de sangre no significa que su preocupación por él sea menor.
—¿Usted me permite quedarme con Noah? —Beatriz inicialmente pensó que tenían la intención de llevarse a Noah, considerando que Lennox tendría su custodia.
—¿Por qué no? —Adrienne levantó una ceja con elegancia—. Usted es quien lo ha criado después de todo y no podemos simplemente llevárnoslo así.
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