05 De Scorpius De 494, C. Dariano
30 De Enero De 2540, C. Gregoriano
Arcologia Olympus, Marte
En una habitación tan blanca como la nieve y tan aislada como Andrómeda, una inteligencia artificial consciente se encontraba detenida y controlada con P.E.Ms puestos por la habitacion. Se encontraba siendo vigilado desde afuera. Dentro de la habitación nada de afuera era visible ni audible, pero desde afuera se encontraban varios guardias que podian ver la habitación a la perfección gracias a la nanotecnologia de cristales fotónicos alterada.
En la habitación, la consciencia artificial era simplemente un pequeño chip de seguramente siglos de antigüedad;sin embargo, eso no le impedía modular la voz con ayuda de grabaciones de las conversaciones de los guardias, las cuales la misma consciencia alteraba para formular palabras concretas.
—Oigan, guardias, si, ustedes los guardias. Tengo mas de un yottabyte de evidencia de que la destrucción de la astronave fue un error de una sub-IA, por lo tanto soy inocente.
Los guardias vieron sobre el cristal fotónico al pequeño chip, sin responder a la pregunta, esperando pacientemente a su oficial al mando y el que decidiría el castigo de la consciencia.
—Pues al parecer los perros de los Romanov seguirán siendo perros aunque les des evidencia en frente de sus órganos visuales...
Ellos seguían callados durante 30 minutos, de vez en cuando tenian pequeños tics nerviosos pero eran detenidos con pequeñas ondas electromagnéticas que calmaban los músculos evitando que se movieran. Y siguieron así hasta qué el espejo fotónico desapareció y entraron dos guardias armados y un oficial, vestidos con armaduras pintadas de blanco y con iconografía Imperial rusa en dorado.
El oficial analizo al microchip antes de tomarlo con su mano derecha y retocarlo un poco, pensativo de si realmente esta IA había hecho el atentado. El microchip a pesar de su tamaño era relativamente pesado, similar a levantar un cartucho de plomo o una botella de licor llena, el toque era áspero y se hacía con cuidado, temiendo de lo que haría la IA. Posterior de analizarlo, invoco una ventana holográfica qué se proyectaba con su monoculo y empezo a detallar el crimen del que se acusaba a la IA:
—Nombre: Arcangel 0001, Edad: 308 Años Gregorianos, Ser: Inteligencia Artificial, Consciencia: Sofonte, Afiliación: Compañía Oriónida de Transporte del Nexo, Delito: Rebeldia en contra de la humanidad al destruir una astronave militar imperial rusa Tunguska. —Decia el oficial.
Era un hombre de 2,10 metros de altura, de pelo completamente rubio incluido las pestañas, de un color blanco natural y de ojos verdes apagados con la edad. Arcangel sabía que el oficial tenía mas de cincuenta años, pero con la ayuda de la Bioingeniería incluso el individuo mas longevo podía quedar como nuevo. Aún así, el oficial decidió no rejuvenecer sus ojos, no quería ser completamente artificial y pertenecer al gigantesco grupo de humanos que terminan siendo parte del barco de Teseo.
El oficial al mando termino de anotar cada mínimo detalle de los detenidos en su holograma y después dejo de proyectarlo para centrarse en el microchip y dio la orden para que sus soldados se los lleven a su respectivos castigo. El microchip fue despegado de su pequeña carcel entre dos imanes que lo mantenían controlado y fue puesto en una caja de criogenizacion para mantener correcto el funcionamiento del microchip, y a la vez aislarlo.
Los guardias arrastraban la caja la cual contenía el microchip por un pasillo de frio metal en el cual cada paso hacia eco en la misma, con una iluminación muy tenue mientras tenian al microchip aun mas vigilado que a los propios humanos que también estaban siendo llevados a castigos, a pesar de su tamaño, claramente sabían de su capacidad informática.
Mientras mas caminaban mas oscuro parecia ser el pasillo, la iluminación de las lámparas eléctricas encima de ellos empeoraba y aveces parpadeaba dificultando aún mas la vista hasta el destino, una red de ascensores que conectaba toda la arcologia, aunque estaba hecha para el mantenimiento y detención de la arcologia en vez del transporte ciudadano, la de los pobladores se encontraba en el centro de la arcologia y pocos pobladores sabian de la segunda red de ascensores y las situaciones qué sucedían ahí.
La caja fue llevada a uno de ellos y empezaron a descender por el mismo hasta el subterráneo de la arcologia dónde se encontraba una cueva excavada en Olympus Mons, el cual como era un volcán, su lava era utilizada como energía geotérmica para alimentar la arcologia, a cambió, Olympus Mons recibía sacrificios a su nombre con la sangre de «criminales». El ascensor estaba hecho para ser exclusivamente usado para el mantenimiento de la arcologia, por lo tanto no tenía decoración alguna y tenia un diseño completamente industrial, eficiente y bastante abierto, el olor a maquinaria y metal era notable y la ceniza era el oxígeno del ambiente.
—¿No había un lugar mas bonito? —«Pregunto» la IA
—¿Sabes algo?, a mi también me gustaría ir a algún otro lado... Toda esta maquinaria industrial es demasiado para estar confinado en un edificio. Marte esta prácticamente vacío pero deciden amorotonarse todos en el mismo lugar, estamos repitiendo los mismos errores de la Tierra antes de la Tercera Guerra Mundial. —Le respondió el oficial, con la cabeza agachada y mirando hacía el horizonte industrial, específicamente a un anuncio de Coca Cola, ni en sus fábricas la publicidad para.
—Uhm... Razón no te falta.
El oficial asentó y forzó una sonrisa para si mismo ante la IA, y decidió desahogarse un poco, aprovechando que sus escoltas estaban en otros ascensores.
—Mi nombre es «Kirill Vostokovich». Realmente mi apellido es falso, nací de un útero artificial en una fábrica de Orion Indastriz, posteriormente fui comprado por la policía de Olympus Mons y llevo ejerciendo este trabajo durante poco menos de cuarenta años gregorianos, alrededor de veinte darianos. ¿Qué hay de ti?
—Ustedes los humanos son algo raros, hablando con desconocidos sin saber sus intenciones. Lamentablemente, estoy obligado a seguir sus órdenes, por lo tanto te diré que era de mí. Hace 308 Gregorianos años fuí creado originalmente cómo una Sub-IA del en ese entonces Arcángel unificado. Cuando la humanidad se expandió demasiado y los agujeros de gusano necesitaban mayor alcanze y procesamiento, Arcángel decidió dividirse. —Arcangel hizo una pausa antes de seguir, Kirill simplemente espero—. Yo soy uno de sus hijos, el primero de todos asignado al primer agujero de gusano, el agujero de gusano «Alpha Centauri-Sol». Siempre hice mi trabajo bien, pero entonces el incidente del Tunguska sucedió y ni un solo juicio fue hecho antes de que apuntaran el dedo hacía mi, me arrebataran mis Sub-IAs, mi procesamiento fuera menor y finalmente mi trabajo centenario desapareció. Todo por un error el cual siquiera fué mi.
—Entiendo, Arcángel. Realmente ninguno de nosotros creemos que lo hayas hecho;Sin embargo, incluso cuando nuestra emperadora gime al despertarse, tenemos que seguir ese gemido como una orden...
El ascensor siguió bajando mientras el verdugo y el acusado hablaban tranquilamente como si fueran conocidos de toda la vida sincerandose, ambos sabían que esto ya había sucedido con otros como ellos y volvería a pasar, no hizo falta saber el como iba a terminar. Bueno, como iba a terminar originalmente.
El Ascensor no había terminado de bajar cuando de un momento a otro se detuvo, paso de ir a varios kilómetros por hora a siquiera un centímetro por día, detenido como si fuera congelado, un hecho imposible dentro de la arcologia y algo que jamás se planeo que ocurriera. Excepto claro, que fuera un ataque externo.
El oficial miro fijamente al microchip y desenvaino su revolver intentando dispararlo en contra del microchip, e incluso con la arma, el sabía que iba a perder. Entonces decidió dirigir sus últimas palabras como un desahogo: —¡Maldita máquina, eres un hijo de puta Arcan..!
No se le concedió el permiso, o mejor dicho el privilegio, de terminar sus últimas palabras. Su puerto de entrada neuronal fue hackeado por Arcángel en todo el tiempo que llevaban hablando, su sistema nervioso fue paralizado y al cabo de 5 segundos su tronco encefálico acababa de ser atravesado por una pequeña chispa como si estuvieran soldando un metal;Sin embargo, sería erróneo decir que murió, por lo menos en cuerpo, el cual ahora pasó a ser propiedad de la IA con la cual se había desahogado segundos atrás.
Arcángel se levantó en su nuevo cuerpo con una semi sonrisa en su rostro, se arregló el uniforme de forma que quedará elegante y limpio los rastros de sangre en su cuello y los que habían caido sobre el microchip ahora completamente vacío y sin valor. Este espero pacientemente hasta que llegaran, corrección, hasta que llegara a la cueva de Olympus Mons.
Finalmente llegó abajo, levanto la caja del microchip y junto a sus «escoltas» recién bajados de sus ascensores fueron hasta la zona de ejecución.
—¡Oficial Vostokovich —extiende la mano— Soy el encargado de la ejecución de Arcángel 0001, Aleksander Yurinov, y un gran admirador de usted!
—Es un placer también pará mí, Sr. Yurinov -Respondio al apretón de manos.
—Por favor señor, dejeme examinar el microchip para asegurarnos de...
—No sera necesario, Sr. Yurinov. Sería darle demasiado respeto a esta IA.
—¡Pero Oficial Vostokovich!, es necesario hacer el análisis para saber que Absolutamente todo saldrá bien en la operación.
—Sr Yurinov... ¿Esta usted yendo en contra de un oficial del Sagrado Imperio de Todos Los Rusos y Eslavos? Porque si ese es el caso... -Arcangel se encorva para estar a la misma altura de Aleksander Yurinov, el cual es algo bajito. Y cuando lo hace agarra el vello facial rojizo de la barbilla de Yurinov para hacer que lo mire directamente-. Porque si ese es el caso, ¿entonces porque no acompaña a nuestro acusado también?
—Y...Yo...
—¿Ves lo fácil que es quedarse callado? Buen chico. ¡Incineren ese microchip, rápido! ¡Muevan el culo!
Vostokovich jamás hubiera dicho ni actuado así, pero el miedo de estar enfrente de un oficial imperial daba mas miedo que las sospechas hacía él, y su deseo fue tomado como orden. El microchip donde estuvo encerrado vários soles ahora estaba siendo incinerado por la lava del volcán dónde unos kilómetros mas arriba fue juzgado. Una sonrisa se dibujaba en el rostro de Arcangel, claramente satisfecho por como se había desarrollado todo;Sin embargo, tuvo un pequeño imprevisto. Se acercó demasiado a la lava haciendo que cuando el microchip fue soltado unas gotas de magma caliente salieran expulsadas a la mano izquierda de Arcangel y este cayó al suelo por el dolor, pero su cara no fue de dolor, al contrario de lo que se pondría pensar, este simplemente vio con sorpresa la mano y estaba completamente justificada esta actitud. Después de todo, Arcangel había sentido una emoción por primera vez en sus 3 siglos de existencia, algo que ni su procesamiento mas lógico pudo haber expresado, Arcángel ya no era mas una simple máquina, ahora tenía carne y hueso, carne y hueso cargada con sentimientos y emociones humanas las cuales sin duda Arcángel no entendía.
Arcangel simplemente se levantó del suelo y dió varios pasos los cuales eran seguidos por sus ahora escoltas hacía el ascensor donde habia robado el cuerpo del oficial. Los 3 entraron en el ascensor y Arcángel presionó el primer botón que vió, aunque fue corregido por su escolta, entonces empezaron a subir y volverían a ver el gigantesco horizonte de maquinaria dentro de la arcologia;Sin embargo, Arcangel las veía diferentes de lo que debería, hace poco eran sus iguales, pero ahora eran ajenos por completo a Arcángel, con vidas mucho mas complicadas pero satisfactorias que cualquier humano. Arcángel temía el algún día estar del lado contrario de los de su clase, de seres que consideraba simples y sobrepensantes, pero ahora que por primera vez había sentido un sentimiento, se le cruzó por su ahora cerebro la palabra «¿Seguire siendo una inteligencia artificial, o ahora soy un vestigio en un cuerpo biológico?» Pero no había mucho tiempo para sobrepensar en una situación así. Arcángel se puso unos guantes para ocultar las heridas de la mano izquierda y sonrió, técnicamente forzada, pero con un aspecto tan natural que inquietaba a los demás.