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Agente B4 (Michael)

—Cerebrito, me dispongo a llegar al punto de Reunión. —Informe a D4 a través del micropinganillo.

—Excelente, agente B4. Envía un cifrado cuando hayas llegado al puerto sur. —Contestó D4. —Me voy a ir a desayunar ahora que estoy hambrienta, vuelvo en 15 minutos. —Dijo de nuevo antes de abandonar la llamada

Haaaa... No hay nada como el olor a mar en una buena mañana de trabajo. 

Me encontraba en un puerto cercano a gibraltar un buena mañana de septiembre. 

Caminaba por las calles húmedas de la zona costera de Algeciras, ya cerca del puerto sur de la bahía.

Sinceramente, me molestó bastante tener que levantarme tan temprano teniendo en cuenta que me pase toda la noche bebiendo con mis amigos, o como deberia decirlo profesionalmente, mis compañeros de operación.

No iba a morir por ir a mi primer dia de academia universitaria sin dormir. Tampoco es que tuviese tantas responsabilidades, solo era un estudiante mas del monton en su primer dia.

Al menos eso es lo que quería que los demás se pensaran.

Lo que la panda de mentecatos, hijitos de papa y mama, desconocían era el hecho de que yo y mis dos compañeros de operación éramos agentes secretos juveniles del Centro de Inteligencia de Nuevo Occidente. 

A4 y C4, ¿me oís? No os veo por el perímetro. Reportad vuestra ubicación. —Dije serio a través de nuestro comunicador, viendo como ninguno de mis compañeros estaba por el perímetro acordado cuando la hora de encuentro llego.

—Te oigo alto y claro jefe —Me dijo C4, claramente con la boca llena.

—Para ti y todo el que me conozca seré Katarina Schmid, así que empieza a practicar. ¿Y desde cuando es nuestro queridísimo Michael Lenhard el jefe? Los tres sabemos que la jefa aquí soy yo. —Dijo de forma confiada y burlesca A4.

Michael Lenhard, ese es nombre que se me había asignado para la operación Novus Orbis.

—¿Se puede saber donde estais? Y tu cierra el pico A4. —Dije sonriente, ocultando un ligero enfado.

—Katarina. Ka-ta-ri-na. —me corrigio a A4 instantáneamente.

—Estamos en mhgmmhmm. —Intento decir C4

Sonaba como si algo le tapase el comunicador o la boca.

A4, ¿se puede saber donde narices estáis? Y hazme el favor de destaparle la boca a C4. —Dije con un tono tranquilo que emanaba una molestia notable.

—Choi Min-Kyung. La operación ya ha empezado así que empieza a usar nuestros nuevos nombres. Quiero que lo digas. —me ordenó A4.

Deje ir un suspiro, relajandome ligeramente. Aun asi queria respuestas.

—De acuerdo... Katarina, Min-kyung... ¿Se puede saber donde estais por favor? —Dije agotado.

—Mucho mejor, asi si que se puede hablar. Estamos desayunando en la cafetería del puerto sur. —Dijo despreocupada A4.

O debería decir Katarina? 

Da igual, fuese como fuese, en ese momento me hervía la sangre.

Me mordí el labio y conteste de nuevo, evitando no insultar a los que iban a ser mis queridísimos compañeros de misión.

—Que. Cojones. Estáis. Haciendo. EN. EL. ¿¡SUR?! ¡HABÍAMOS QUEDADO EN EL NORTE PAREJA DE IMBÉCILES! —Dije casi gritando al comunicador.

O creo que sí que grite. Beh, en ese momento no me importaba siquiera si me atrapaban como agente secreto, lo único que me apetecía en ese momento eran dos cosas: Echarme a dormir de la resaca que tenía de ayer y descuartizar a ese par de ineptos.

—Primero, relajate. Segundo, estamos en el sur por que a diferencia de ti nosotros no hemos dormido ni una mísera hora, así que hemos ido a una cafetería que está al lado del punto de recogida de la academia, el puerto sur. ¿Tengo que recordarte quien se quedó borracho durmiendo en el sofá del hotel anoche mientras yo planeaba todo? —Me dijo Katarina.

Ahi tenia razon. Anoche me bebimos los tres para celebrar el inicio de la misión y se podría decir que yo me pase de rosca. Es decir, acabé más borracho que una cuba.

—¿A caso esperabas que te esperásemos mientras nosotros dos no dormíamos y tu estabas durmiendo plácidamente? Hemos decidido dejarte dormir con la aprobación de D4 y irnos con tiempo para poder desayunar ligeramente antes de partir a la Academia Omnitecnica.

Aunque sabía que en parte tenía razón, eso no me quito la frustración. De hecho, no normal que yo me enfade, no soy irascible, sin embargo esa mañana se me acumulo el no haber dormido prácticamente nada, la resaca del alcohol, el no haber desayunado y estar más deshidratado que un desierto. 

Ni siquiera estaba enfadado con Katarina y Min-kyung, solo me apetecia poder desahogarme con alguien. Me apetecía estrangular a la primera persona que me encontrase para luego darle las gracias.

—Además, a Min-kyung le ha dado uno de sus brotes chocolateros y he decidido acompañarle para tomarme un cafecito a pie de playa para empezar bien el dia en esta cafetería maravillosa. —Dijo firme, a pesar de que claramente podía notar que quería darme envidia de forma infantil.

Pegdón pog no avisag... —Balbuceo Min-kyung con la boca llena de probablemente cualquier cosa con chocolate.

—Haaa.... esto no es tu culpa Min-kyung... —Suspire. —Olvidemos esta tontería, ahora mismo voy hacia ahí y nos vemos en 10 minutos.

—¡Vaya, que rápido cambias de tema! ¿Ya te has dado cuenta de que la culpa de estar solo la tienes tú, Michael? —Se burló Katarina. —Ven rápido que en 15 minutos llega el trasatlántico a recogernos, así que saldremos del café justo en 10 minutos para llegar a tiempo. Estamos en el café Palomares.

Saqué mi teléfono móvil y busque su ubicación. 

—Ugh, estoy a 13 minutos de vuestra ubicación. Si voy con vosotros y me esperáis no podremos llegar a tiempo. —Dije con mi frustración en aumento. 

—Pues iremos tirado cuando el tragón de Min-Kyung se acabe su pastel de chocolate. Quedamos en el puerto sur, en la zona donde se amarran los veleros, que está a 1 minuto de donde nos recoge el trasatlántico de la academia.

—Yo llegare en 9 minutos, os esperaré ahí. Como se os ocurra parar a comprar más comida os mato. —Les amenace antes de colgar.

No pgometo nada... —Dijo Min-kyung con la boca llena.

Colgué la llamada y reporte la situación a la directora obviando esta pequeña confusión.

La operación Novus Orbis había comenzado.

Novus Orbis es una operación ejecutada por un conjunto de agentes secretos de el CINO bajo órdenes del gobierno de Nuevo Occidente.

El CINO también llamado Centro de Inteligencia de Nuevo Occidente tiene a doce escuadrones de agentes secretos trabajando en esta operación, y cada grupo va numerado del 1 al 12.

La operación Novus Orbis es una operación compleja que tiene por objetivo controlar los avances, actividades y actitudes de Nuevo Oriente, nuestro gran enemigo en la Tercera Guerra Mundial.

La tregua que inició hace poco más de quince años, estaba ideada para que durase sólo un solo año, para que los países pudiesen reabastecerse, los ciudadanos protegerse y huir de sus países en conflicto y sobre todo, frenar la velocidad de la guerra para evitar una aniquilación nuclear global.

Sin embargo, aunque la tregua se haya alargado diez años más de lo previsto, no deja de ser una tregua.

Toda tregua acaba con el inicio de otra guerra. La Tercera Guerra Mundial no había acabado, y tanto Nuevo Oriente como Nuevo Occidente lo sabían.

Por eso, Nuevo Occidente ordenó a su centro de inteligencia que iniciase una operación para investigar que había estado haciendo Oriente todos estos años de paz y que tenían planeado para el fin de la tregua. 

Mi grupo y yo formamos el escuadrón número 4. Somos un escuadrón juvenil pequeño pero eficaz. Somos cuatro integrantes y a cada uno se le ha asignado una letra como identificador. 

Primero esta A4, 19 años, canadiense, que opera con el nombre falso de Katarina Schmid. Su identidad falsa es la de una descendiente de una familia suiza adinerada que viene a estudiar y demostrar sus habilidades de liderazgo aquí para conseguir la aprobación de su familia como heredera de un imperio bancario.

Después voy yo, B4, 18 años, estadounidense y opero con el nombre falso de Michael Lenhard. Mi identidad es la de un británico egocéntrico de alta alcurnia que viene para demostrar quien manda ya que aspira a un cargo político importante dentro de la unión europea. 

Luego está C4, 17 años, chino, que opera con el nombre falso de Choi Min-Kyung. Su identidad falsa es la de un genio coreano becado de familia humilde que, ésta, al huir de la guerra y mudarse a Austria, vieron como única opción de sobrevivir enviar a su hijo a la academia más prestigiosa del mundo totalmente gratis para que les sacara de la pobreza.

Y por último, D4, 18 años, mexicana, no forma parte del escuadrón en persona por lo que no tiene identidad falsa, sino hace de cerebrito y organizadora de la operación desde la base central en Estados Unidos, Nueva York. Ella recibe órdenes directas de la directora del CINO y nos las hace llegar, trazando el plan junto a nosotros y dándonos su apoyo desde Nueva York con la información que requerimos. 

Todos aportamos a cómo mejorar la ejecución de este plan ligeramente apresurado y improvisado, ya que es un entorno misterioso y volátil en el que nos adentramos.

Dentro de la operación Novus Orbis, el escuadrón número 4 tiene como misión infiltrarse como estudiantes europeos en la academia universitaria internacional más prestigiosa y exclusiva del mundo entero con el objetivo de comprobar las sospechas que el CINO tiene sobre las posibles operaciones que está ejecutando Nuevo Oriente. 

Hace poco más de 3 meses el Centro de Inteligencia de Nuevo Occidente descubrió por un chivatazo de unos infiltrados que Nuevo Oriente tiene como objetivo iniciar una operación desconocida en la Academia Omnitecnica Internacional del Nuevo Mundo.

¿Nuestro objetivo? Descubrir que tiene que ver Nuevo Oriente con esta academia, averiguar que planean y tomar las medidas necesarias para tener ventaja para la guerra que se avecina.

La Academia Omnitecnica Internacional del Nuevo Mundo, también llamada AOI, es una institución educativa la cual posee un archipiélago privado de islas en mitad del océano atlántico donde ha formado su propio ecosistema aislado del mundo entero.

Es un país con su propia moneda, sus propias leyes y costumbres. No está sujeta a la ley internacional y la Unión Europea permitió su existencia de forma misteriosa sin regular ninguna actividad que se llevaba acabo ahí.

Solo aceptan hasta 400 alumnos por año y el precio de matrícula es de 500.000 dólares al año, por lo que solo pueden permitirse ir hijos de multimillonarios o billonarios. Además, te piden un C1 mínimo o C2 preferible de español ya que el director y fundador de la academia era un psicólogo y pedagogo de España.

Sin embargo hay otras formas de entrar, y es que puedes entrar becado. Tienes la opción de pedir una beca y si tu expediente les interesa, te dan la oportunidad de tener una beca y no pagar absolutamente nada.

El problema es que si pides una beca y te la conceden, has de estar a la altura, por que si por algún motivo fallas, te cobraran el año entero con intereses inmediatamente y, de no poder pagarlo, quedas expulsado. 

Sin embargo solo becan a genios, así que realmente no hay muchos becados, y los pocos que hay están a la altura de la beca.

C4, o mejor dicho Choi Min-Kyung, se ha matriculado con solicitud de beca y, gracias al expediente falso que ha redactado D4, se la han aceptado. Estoy seguro que C4 estará a la altura, pero un solo fallo y está fuera, ya que según su identidad falsa, el no se puede permitir pagar el precio.

Al fin y al cabo es el único que no ha ingresado el medio millón de la cuota anual al pedir la beca.

—400 alumnos multiplicado medio millón... eso son doscientos millones. Y si tienen 4 años, restándole algunos becados, significa que este año han ingresado cerca de 800 millones... —Calculaba en voz baja para distraerme mientras llegaba al lugar de encuentro.

Había un grupito de estudiantes esparcidos por el puerto sur, yo me dirigi al final del puerto, donde se amarraban los veleros, que era donde había quedado con mis compañeros.

Me apoye en un pequeño muro de piedra que había para no caerse al mar y suspire. Ese suspiro dejó ir mucha tensión acumulada, a pesar de que no sentía ninguna clase de nerviosismo por la misión.

Es más, estaba emocionado por empezar y demostrar a estos ineptos de lo que es capaz un agente del CINO. 

Estaba en una esquina del puerto sur, mirando el mar y como se movían los barcos de vela, esperando a los inútiles de mis compañeros, cuando delante mio vi a un chico de una estatura parecida a la mía, posiblemente alrededor 180 centímetros.

Estaba mirando al mar, dándome la espalda. Vestía un traje verde y tenía un cabello rubio y ondulado. Se notaba su estatus económico solo por la ropa que llevaba.

Su postura erguida y serena indicaba confianza. Su ropa de marca resaltaba su origen de familia adinerada.

"Este chico es potencialmente un amigo muy util para empezar el año"—Pense.

En ese instante use una estrategia psicológica típica para hacer amigos, que es pedir ayuda a la persona de la que quieres hacerte amigo.

Pedir ayuda a menudo implica mostrar vulnerabilidad. Compartir tus necesidades o desafíos puede hacer que la otra persona se sienta más conectada contigo emocionalmente. La empatía que surge de entender y abordar las necesidades de alguien puede fortalecer el lazo entre tu persona y tu ayudante de forma sencilla y rápida.

—Perdona, ¿sabes cuánto queda para que llegue el trasatlántico? Voy bastante perdido y me he dejado el reloj en...—Intente decir. 

Antes de que pudiese acabar la frase, el muchacho contestó sin girarse, manteniendo su mirada al mar y dándome la espalda.

—Eso no es mi problema. —Dijo con una voz cortante y un ligero acento francés.

Definitivamente esto era lo último que necesitaba oír hoy. 

A pesar de que voy de incógnito y no he de llamar demasiado la atención... ¿por qué no me meto en mi papel y hago de inglés arrogante aspirante a político europeo?

Que me pisasen el ego de esa forma fue la gota que colmó el vaso, y en ese momento lo único que me apetecía era ponerle en su lugar.

Me apoye en el muro mirándole, con una sonrisa mientras me seguía dando la espalda y le empecé a soltar todo lo que salía de mi corazón.

—Un gabacho como tú pisa España y se cree el rey del mundo... ¡Hahahaha! ¿Y a ti quien te conoce principito? —Me burlé de él para que le doliese el ego de diez veces peor de lo que me dolio a mi.

El chico giró lentamente la cabeza, revelando como sus ojos verdes me echaban una mirada asesina.

—¿Que... me has llamado? —Dijo con una voz fría y amenazante.

Probablemente la haya cagado, pero no me arrepiento de nada. Así A4 y C4 aprenderán a no dejarme solo después de calentarme.