-Escúchame Hero, si sigo haciendo tonterías detenme, te lo pido, mi cuerpo ya esta recuperándose, pero mi cabeza aun se siente medio ida.
-Si descuida no estoy molesta por las cosas que pasaron Velaria... bueno la mordida si, aun duele, fuera de eso descuida... solo quiero hacer una pregunta, ¿Qué fue lo que vi?, cuando me besaste.
Velaria evito mirarme a la cara, se comenzó a frotar el cuello, y de la nada se preocupo por la tela que tenia amarrada al brazo agarrándola con cariño.
-No me siento cómoda hablando de eso... pero te puedo decir que nuestras mentes se conectaron por un segundo, yo vi algo de tu pasado y tu viste algo del mío, solo diré eso, no me pregunte más del asunto.
Era lo que pensaba, pero me dejas con mucha más dudas que respuestas.
Nos movimos muy cuidadosamente por el castillo, por suerte aun no se habian enterado de que habías escapados, quedaban pocos guardias dentro del castillo, ya que la mayoría debería estar con Argus en sus entrenamientos que le gustaba hacer, pero por desgracia al poco tiempo de estar caminando sonó la alarma, una maldita campanada que avisaba que habia sucedido algo, y ese algo éramos nosotras.
A los pocos segundo escuchábamos a los guardias buscándonos, venían tanto por detrás nuestro, como por el pasillo de enfrente, estábamos cerca del despacho de Argus.
-Ven se me ocurre algo.
Entramos al despacho del Duke, busque el librero y le pedí a Velaria que lo moviera, pero ella no respondió, su rostro estaba media ida, así que tuve que sacudirla para que volviera en si. Apenas lo logre ella movió el librero revelando el pequeño hueco para ocultarse.
Los guardia habian notado que alguien entre al despacho de Argus, porque deje la puerta abierta en el apuro.
Empuje a Velaria, nos metí al hueco, intentaba buscar la palanca que hacia que el librero se cerrara, pero no la encontraba, y Velaria atino de cerrarla ella misma.
-El despacho esta abierto...
-Entremos entonces hombre...
Los hombres entraron, el lugar tenia poco espacio, apenas cabíamos las dos aqui, para mi mala suerte a Velaria nuevamente le estaba afectando la droga.
Estaba sobando su rostro contra mi como si fuera un perrito que pedía mimos, tuve que taparle la boca, porque estaba haciendo ruido, aun así apenas lo hizo comenzó a lamerme la mano, como si fuera una niña pequeña, estaba demasiado fastidiada por la actitud que tenia Velaria.
-Tranquilízate, eres más fuerte que la droga mujer. - dije apenas en susurros.
-Vamos, quiero tu cariño Hero, no seas mala.
Velaria me beso en el cuello cosa que hizo que me recorriera un escalofrió por la espalda.
-Mujer ya basta, que me gusten tanto hombres como mujeres no significa que tu me gustes, además yo tengo a mi Gran.
-Gran... Granet, si podemos compartirlo, el es bueno, me hace acordar mucho a mi papa y a Hood, los extraño mucho Hero, yo solo quiero cariño de mi damus, eso es mucho pedir...
No se de que estaba hablando al final, pero sonaba triste, Velaria habia pasado del coqueteo al llanto, tuve que apretarla contra mi pecho para que no se escucharan sus lamentos.
-No se que dices, pero una cosa tenlo clara Gran es mío, no deseo compartirlo, siempre tuve que hacerlo y me odiaba por permitirlo.
-No mientas...snif...si no fuera correspondía en ese beso nunca... se hubiera...snif...activado el...
Cuando escuche que los guardias dejar de buscarnos en el despecho, nos saque de ese lugar, habia encontrado la maldita palanca que estaba en el suelo.
-Esto se complica... no me abraces, te necesito sin los efectos de la droga contrólate.
Le di una cachetada a Velaria, que por suerte la hizo entrar en si.
-Eso dolió idiota.
-Al menos sirvió para que entraras en razón, escúchame bien ya saben que nos escapamos, tenemos que buscar la manera de salir oh...
Me fije que sobre el escritorio estaban las cartas ya listas que solía mandar Argus, todas con el sello, lo que significa que solo estaba esperando a que uno de sus hombres las retirara para enviarlas.
Tome una hoja en blanco para escribí una carta, trate de hacerlo lo más rapido que podía, Velaria me preguntaba que estaba haciendo, pero no le preste atencion, una vez termine la carta, tome un sobre lo coloque adentro y me puse a buscar el sello de Argus que por suerte lo habia dejado en la mesa, pero no tenia fuego para derretir la cera.
-¿Supongo que no contaras con algo que pueda hacer fuego no Velaria?
-No, pero puedo hacer esto, ignis futus.
Unas luces verdosas aparecieron alrededor de la largoviviente, luego uno de los dedos de Velaria se prendió en fuego.
-No es nada del otro mundo, pero puedo hacer esto al menos.
-Tengo demasiadas preguntas que hacer, a esta alturas millones Velaria, pero por ahora derrite esto.
Deje caer la cera derretida sobre la carta, y la selle aplicándole el sello, deje que se secara, en el anverso del sobre escribí; Para Sir Gran Venture y coloque la carta en medio de todas para que no se notara.
-Tengo una idea Hero, pero necesito saber hay un bosque cerca que se pueda ver desde algún lugar alto aqui.
-Si hacia el oeste, el mismo en el que estábamos.
-¿A cuanto esta de este castillo?
-Unos doscientos metros.
Velaria comenzó a morderse la uña.
-Nunca lo he hecho desde tan lejos, pero creo que puedo hacerlo, llévame a un lugar donde se pueda ver muy bien el bosque Hero, confía en mi, si ves que vuelvo a medio irme te autorizo a que me vuelvas a golpear.
-Créeme que no esperaba a que me autorices Velaria.
-Dime Vel, pronuncias tan mal mi nombre como lo hace Granet, los odio a ambos.
-Que curioso, no decías lo mismo hace mucho. - dije de manera juguetona, pero en broma.
Me reí porque Vel me levanto el dedo del medio, algo que no habia visto en este época, y me hizo mucha gracia.
-¿Como pretendes que escapemos sobre lo alto de una torre?
-Confía en mi Hero, tengo una manera.
Decidí confiar en ella, me di cuenta que ella no me generaba dudas, como todas las demás personas que conocí a expresión de Gran y mi padre Ackerman.
Tratar de llegar a uno de las torres fue un dolor de cabeza, nos vieron a los pocos minutos de salir del despacho cuatro guardias nos perseguían, pero no nos atacaban, uno de ellos se fue a otro lado, así que lo perdí de vista.
-Vel esa es la puerta que lleva a la torre.
Intente abrirla, pero estaba con llave, trataba de forcejear, pero era inútil, entonces Vel me empujo, con un simple tirón saco la puerta de cuajo, y la lanzo contra nuestro perseguidores.
-Recuerda nunca hacerte enojar Vel.
Ella se rio mostrando que su hermoso rostro podía serlo aun más. Seguimos corriendo por las largas y malditas escaleras de la torre. Estaba seguro que Argus se habia sumado a la persecución porque escuchaba su envejecida voz, gritándome que no iba a ir por ningun lado por este camino, cosa que creía que tenia toda la razón.
Cuando llegamos arriba Vel ni siquiera intento abrir la puerta simplemente salto atravesándola haciéndola añicos, como si de un ariete se tratara.
-¿Te encuentras bien, no te lastimaste Vel?
-SI estoy bien Hero... necesito un poco de tiempo, consíguemelo, y no te separes de mi.
-¿Como carajos te consigo tiempo?, ellos casi están aqui.
-Carajo... Granet lo suele decir a menudo, creo que son parecidos... mi mente por el amor de Dagda, déjame concentrarme, toma mi mano eso si.
Le hice caso, ella se quedo mirando en dirección al bosque, yo mire hacia abajo de la torre buscando otras opciones, pero era una muerte segura.
-Vaya, vaya, si que me das trabajo Yume, enserio niña me alegraste mis día, descuida no estoy enojado por esto, de hecho lo contrario, mira hagamos esto...
Yo di un paso atrás cuando vi a Argus entrar por la trampilla, junto a sus hombres, lo que me dejo al borde del precipicio.
-Ten cuidado Yume, no quiero que tengas un accidente, ven acércate a mi y suelta a esa cosa.
Me di cuenta que Vel estaba hablando en susurros, pero no entendía nada de lo que decía.
-Argus, yo solo quería una cosa, volver con Gran.
-Y eso voy hacer Yume, te lo prometo, si te oculte cosas mujer, pero nunca mentí en ello, este es un plan mayor, una diosa nos escogió Yume, Morrigan...
-Ahí vas otra vez maldito loco, los dioses no existen es la manera en que la gente cree para poder explicar las cosas que no entienden. -dije molesta.
-No, Hero, créeme Morrigan si existe.- Dijo Vel que ahora me miraba.
-¿Espera qué?
Vel me levanto en brazos, lo que me asusto.
-Ya arreglaremos nuestros asunto orcus conocido como el viejo lobo, tu y yo tenemos cuentas pendientes... Que la luz guie mi camino, que los arboles me abracen, me den cobijo, nos transporten directo a su amor.
Vel recito algo en un idioma que no comprendí, era muy hermoso de escuchar, pero no entendida nada de lo que decía.
Volvio a salir luz verde del cuerpo de Vel, note que el rostro de Argus estaba lleno de pánico y de pronto estaba sobre los arboles, de un segundo a otro ya no estaba sobre la torre, si no que estaba sobre un árbol, con demasiadas ganas de vomitar mientras Vel me sostenía en brazos, y no pude evitar soltar todo sobre ella.
-Mierda...
-¿Señor que fue eso? - pregunto uno de los guardias de Argus.
-Tu muchacho ve a Dublín, el rey aun se encuentra ahí, disfrazado como un campesino, dile lo que paso acá, dile que queda una que aun puede ocupar eso, él lo entenderá.
-Si señor.