No podía conciliar el sueño, estaba ansioso y Hero me acompañaba en el mirador oculto de Felia, estuvimos varias horas ahí, después de que los dos consumáramos nuestro deseo de estar el uno con el otro.
Me alegraba de ver que los demás estaban bien, pero los nervios me tenían mal, desde la muerte de Helen, todo lo que podía ponernos en peligro me ponía mucho más tenso.
-Vamos relájate amor, todo estará bien, ya no estás solo, y puedo ayudarte con todo, deja de cargar con los problemas tu solo.
-¿Tanto se me nota Hero?
-Bastante Gran, reconozco esa cara de estrés tuya, la misma cuando llegabas a los exámenes y al final todo salía bien
Acurruque mi cabeza en el hombro de Hero, el estar con ella me reconfortaba, me podía sentir libre, podía mostrar mi debilidad si era necesario y ella estaría ahí para mantenerme en sus brazos y evitar que me desmoronara.
Había una hermosa luna llena, que decoraba el bello paisaje de lo que parecía una ciudad dormida, y pacífica, algo muy contraria a lo que mostraba ser de día.
-¿Mañana entonces nos iremos Gran?
-No, quiero encontrar Magnus, si no lo hayamos partiremos al día siguiente.
Hero asintió me tomo de la mano y empezó a tararear una canción de destripando la narrativa que tanto le gustaba, en concreto sobre Afrodita.
El crujir de la madera indicaba que alguien subía por las escaleras nos alertó, y yo saque mi daga que ahora mantenía cerca de mi todo el tiempo.
Por la puerta simplemente apareció Lay, que se sobre salto al verme con la daga empuñada.
-¿Estas bien Gran? - pregunto Lay, mirándome preocupado.
-Si son solo los nervios querida, ¿vienes por algo?
Lay noto que estaba con Hero aun, y la saludo.
-Si no interrumpo, ¿puedo hablar contigo Gran?
-Interrumpes y no pienso dejarte con mi prometido a solas Lay. - expreso de mala manera Hero.
-No es necesario que me dejes a solas con el, pero Gran podrías vestirte.
Por el susto no me di cuenta, pero claro aún estaba como dios me trajo al mundo, no hace mucho estaba con mi amada jugando a tener bebés.
Así que me puse los pantalones, el camisón e hice que Lay nos acompañará, pese a las protesta de Hero, pero esto podría ser bueno, tal vez lograría quitarle los celos innecesarios que tenía hacia ella.
-Hace tiempo no hablábamos como corresponde Lay.
-Si, supongo que as estado ocupado, han pasado muchas cosas en poco tiempo, Gran. Aún así, siento que el tiempo no pasa por nosotros. Es raro.
Lay me tomo una de mis manos lo que para mí fue bienvenido. Hero en un ademan hizo que me soltará.
-Bastante, y no le tomes las manos s mi novio, entiéndelo, no pienso compartirlo con nadie...
Sé porque Hero no había completado lo que quería decir, porque probablemente se me cruzó el mismo pensamiento que ella, Velaria, todo este asunto con ella era muy extraño, pero era inevitable de alguna manera. Pese a eso, no era tiempo de pensar en ello.
-Hero, te amo y lo sabes, pero amor necesito que pares con esto, además, creo que se de que quiere hablar Lay. Es sobre Roja, ¿no es así?
Lay sonrió, sin importar las protestas de Hero puso su cabeza en mi hombro, de hecho parecía que Lay la ignoraba un poco.
-Así es, ¿lo sentiste entonces? - pregunto mi amiga de cabellos plateados.
-Si, tuve que controlarme en medio de nuestra conversación con los Lancaster, para no haber cogido con Hero, pero si, sentí parte de tu placer y miedo.
-Discúlpame entonces Gran.
-No lo hagas Lay, yo no te pido disculpas por coger con Hero, es algo con lo que tenemos que vivir.
Hero se colocó sobre mi.
-Sigo aquí, por cierto, y me pueden contar más sobre ese vínculo, y la pregunta va para ti De Poart.
-Claro no hay problema señorita Alice, pero debo decirle que tampoco se mucho al respecto. Lo que siente Gran, yo lo siento también, pero como algo ajeno, no cómo si fuera un sentimiento propio mío. Si no me controlo podría provocar que me dejara llevar, es complicado, miedo, felicidad, alegría, irá, todo, no importa lo lejos que esté Gran lo siento y el también, eso es todo lo que se.
Hero chisto, estaba claro que no le gustaba que eso pasara entre Lay y yo, pero tampoco es que pudiera hacer mucho. Lo que se había hecho ya no se podía cambiar y no estaba arrepentido por haberlo conseguido, todo lo contrario.
-Quiero que hagas lo mismo conmigo Gran, así que no se cómo lo lograrás, pero comienza a contactarte con esa Diosa tuya.
Me burle un poco de Hero, le dije claro, por supuesto, déjame matar a un par de personas para convocarla. Obviamente no tenía idea de cómo ubicarla y necesitaba hablar con ella, pero todas las veces que me encontré con ella fue porque Morrigan me busco. Todas menos una vez y ni siquiera se cómo lo logré.
-Volviendo al tema dime Lay, cómo estuvo todo con Roja. - pregunte.
-Fue extraño, maravilloso y aterrador a la vez, logré tener sexo con ella Gran, y pude sentirme bien al menos por un rato luego me sentí sucia, humillada, los malditos recuerdos siguen ahí atormentándome. Pese a todo estaba feliz de al menos haber consumado mi amor con ella, solo que no se si pueda hacerlo siempre. Me aterra la idea, aunque, creo que di un paso, pero... ¿Entiendes lo que trato decir? Todo es muy confuso, tanto que me asusta.
Sin sacarme a Hero de encima me las arregle para que Lay apoyara su cabeza en mi pecho.
-Llora tranquila Lay, estás conmigo, puedes ser libre.
En efecto tuve razón, ella estaba angustiada, se puso a llorar sobre mi, Incluso ni Hero protesto por qué la acurrucara sobre mi, incluso puso su mano sobre uno de los hombros de Lay en forma de comprensión.
-Hiciste un avance enorme Lay si lograste hacer el amor con Roja y tuviste tus momentos en qué pudiste librarte de tus cadenas, entonces significa que puedes ser libre de tus fantasmas y no me mal entiendas se que todo es un trauma, pero se que puedes sobrellevarlo.
-Gran tiene razón Lay, yo sé de ti, a diferencia de Gran te conozco por la historia, tu nombre estaba en un antiguo diario de las posibles víctimas que Eduardo abuso, solo que me sorprende que al ser tan conocida no haya más información de ti, y si, mi amor me contó sobre que sabes de dónde venimos.
Lay estaba algo sorprendida y no era la única, yo también, no sabía que había un escrito de ella, bueno si era un nombre se me podría haber pasado, aparte que ese tipo de cosas a mi no me interesaban mucho, esa era más el área de Hero.
-Gracias, pero siento que soy más un estorbo para Ami, que ser una buena mujer para ella, yo...
-Detente ahí, ¿acaso ella te menciono algo sobre que eres una mala pareja? - protesto Hero
-No, nunca me a dicho algo parecido, solo a veces menciona que tiene un poco de celos de Gran, pero fuera de eso.
-Entiendo los celos, ustedes parecen un mal chiste de los que se aman, pero nunca están juntos. Con respecto a lo que piensas, si ella no te dice que eres una mala pareja, no tienes porque pensar de esa forma entonces, tienes que dejar de sobre pensar las cosas.
-Supongo que tiene razón señorita Alice.
-Claro que la tiene, ella es buena en esto, mucho mejor de lo que te pueda recomendar yo Lay, además tiene experiencia tratando con personas traumadas, las dos expareja de ella tenía bastante historia. - dije burlándome un poco lo que le hizo que le ganará un peñiscon que me dolió.
-Entonces que creen que debo hacer con Roja, quiero pasar más tiempo con ella, me gustaría volver hacerlo, pero el miedo es muy grande, además que ella quiso follar de nuevo en nuestra habitación y logré convencerla de que preferiría no hacerlo por ahora.
-Esto puedo contestarte lo yo Lay, se feliz has lo que quieras, vuelve a tener sexo con ella cuando creas que puedas, tu proceso será algo lento y eso Amelia debe respetarlo. - recomendé sinceramente a Lay
-Si, pero también compénsala con mimos, o cosas bonitas que se te ocurran, o cosas que a Roja le gusten. - Dijo Hero complementando lo que yo mencioné.
Lay se despegó un poco de mi, se froto los ojos para quitarse las lágrimas.
- Gracias señorita Alice y Gran, creo que al menos estoy un poco más tranquila, todo esto es nuevo para mí, es primera vez que dejó a rienda suelta mis sentimientos y no se cómo manejarlos.
-Sabes que siempre estaré para ti Lay, pese a que mi Hero se ponga celosita.
-Sabes Lay, deja de dirigirte a mí cómo señorita Alice, te permito que me digas Hero.
Eso era raro, nunca pensé que dejaría a Lay que la llamara por su apodo, solo deja a muy pocos que lo hicieran, lo que significaba al menos un avance también entre ellas.