Antes de irme de la forja le pedí un favor especial a Magnus por si llegaba a tener las espadas listas para mañana, eso fue lo ultimo que pude hacer, después Helen me arrastro directo a la casas de los placeres, me llamo la atención que cuando llegamos y pasamos por el pasillo de donde estaban las habitaciones de las prostitutas, de la de Iris se escuchaban gemidos muy fuertes, incluso casi gritaba.
-Eso cógeme más, más duro, si eso, muerde, así...
No tuve que ni preguntarle a Helen, que me respondió casi en el acto.
-Iris tiene un cliente especial hoy, aunque esta fingiendo más de la cuenta me da pena por su pareja... como puedes tener una ereccion con esto.
-Helen cariño tal vez tú estés acostumbrada a esto por tener que escucharlo a diario, pero para mi... ¿un momento ella esta fingiendo?
-Si, cuando ella realmente disfruta el sexo, no dice ninguna palabra solo gime y no fuerte.
Entonces realmente no me mintió cuando Iris me dijo que disfruto de tener sexo conmigo.
Los gemidos de Iris por muy falso que fueran me excitaban demasiado, que ni siquiera me habia dado cuenta que estaba jadeando.
-Gran eres un idiota, ven por acá.
Helen me tomo de la mano y en vez de llevarme a la parte que era la casa de Felia, me llevo a su cuarto donde atiende a los enfermos, ella cerro la puerta y le puso un pestillo que nunca habia notado que existía.
Helen se pego a mi haciendo que chocara con la mesa.
-Gran te equivocas en algo, nunca me he podido acostumbrar a los mar de gemidos de este local, yo también estoy... ya sabes excitada, siempre lo estoy, es tedioso y frustrante.
No pude evitar dar un pequeño sobresalto, Hel deslizo su mano por dentro de mi pantalón, cariñosamente me agarro mi pene que se encontraba erecto, ella comenzó a frotar su mano cosa que me estaba dando placer.
Helen estaba mucho mas lanzada que de costumbre, de hecho me habia llamado mucho la atención desde que dijo que era su pareja en la forja, pero no podía pensar con claridad, el éxtasis de que Hel me estuviera consintiendo dentro de mis placeres, hacia que solo pensara en eso y en Helen.
De un arrebato, la agarre y la tire contra la mesa haciendo bastante ruido porque cayeron varias botellitas de vidrios que se rompieron al estrellarse con el suelo, no tuve nada de delicadeza cuando hice esto, pero no escuchaba quejas de Hel, mi respiración estaba muy agitada, me acerque a ella brutamente, empecé besando su cuello hasta llegar a su boca, cuando lo iba a besar, ella me interrumpió.
-Saca tu lengua. - me pidió ella con mucho placer.
Yo le hice caso, al sacarla, ella comenzó a chuparla con su boca, era algo que nunca se me hubiera ocurrido, pero entre el roce de los labios y su lengua que se enroscaba con la mía comenzaba a nublarme el juicio, me estaba dejando llevar simplemente por el placer, termine dándole un beso bastante lascivo cosa que nunca habia hecho hasta ahora, nuestras bocas estaban llenas de nuestras propias salivas mezcladas, deje de besarla, agarre el vestido para rompérselo, pero Hel me detuvo.
-No, no lo hagas, es mi vestido favorito, y me gusta la manera que me miras cuando lo ocupo. - Dijo Hel jadeando.
Baje el vestido para dejar sus senos al descubiertos, dos pequeños duraznos, que se me hacían apetitosos.
-Es decepcionante no es así, parecen los pechos de una niña.
Helen habia dejado que su inseguridad hablara.
-Para mi son bastante bellos, Hel, tu eres hermosa, no hay nada más que decir.
Me arroje a uno de sus pechos, al principio comencé a lamer el peso, mientras con la otra mano manoseaba delicadamente el otro pecho.
-Sigue así, me gusta Gran.
Seguía jugando con mi lengua en su pezon, hasta que comencé a chupar su pecho, debes en cuando le daba una que otra mordidita a sus pezones haciendo que Hel soltara uno que otro gemido que me iba excitando más y más.
Le di más atención a su cuerpo y no centrarme tanto es sus pechos recordando el consejo que me dio Iris, entre caricas, besos y algunos apretones fui descubriendo que le gustaba que fuera algo rudo con ella, solo un poco, fui descubriendo que le gustaba que le apretara con un poco de fuerza la cintura, pero yo ya no podía más necesitaba empezar a sentir placer yo, casi ni podía pensar, simplemente era casi como una animal que solo quería liberarse.
Subí el vestido de Hel hasta la cintura, me acerque y le saque los calzones con la boca, algo que nunca en la vida me habia atrevido hacer, yo me quede contemplando la pradera negra que habia por bello publico.
-No mires tanto, no sabia que iba a suceder esto hoy, así que no puede atenderme ahí abajo. - dijo muy avergonzada tapándose la el rostro con sus manos.
-Y no lo hagas, me gusta mucho así Hel...
No pude evitar acercarme con mi boca, comencé a lamer su labios vaginales, mientras Hel comenzaba a soltar más gemidos de su boca, lamia como si fuera una dedicación religiosa, sentía en mis labios la humedad de los fluidos vaginales de Hel, su sabor llegaba a mi boca como néctar, con mis dedos apena tocándolos acariciaba los muslos de Hel delicadamente, lleve mi lengua a su cítoras, pero antes de lamerlo, se me ocurrió darle un pequeño soplido de viento con mi boca, cosa que Hel expreso que le daba cosquillas, bese su cítoras, luego comencé a lamérselo delicadamente, entre más lo hacia más me iba perdiendo en mi calentura, empecé a chuparlo cosa que hizo que Hel comenzara a gemir un poco más fuerte, mi boca estaba lleno de los fluidos de Hel cosa que me resultaba encantadoramente placentero, pare un segundo para admirar el rostro de placer de Hel, todo su cuerpo se estremecía por cada roce que le hacia. Admiraba nuevamente sus pezones rosados tan delicados como el pétalo de una flor, lleve mi mano a su bello pubico acariciándolo y tirando de ellos muy poquito, pero ahora si ya no podía más mi instinto estaba siendo mucho más fuerte que yo, me baje los pantalones.
-Vamos Gran, seamos uno. - Dijo Hel con un rostro lleno de placer, mientras me estiraba sus manos para que se las agarrara.
Ambos estábamos completamente sudados, comenzó a frotar mi pense sobre la vagina de Hel, cada ves que mi glande frotaba con su mojada vagina era una descarga que sentía en mi cabeza.
-Deja de jugar vamos, no me hagas esperar más.
Sin decir nada metí pene dentro de su vagina, yo ni siquiera tenia el control de mis propias caderas, embestía con fuerza mientras no podía evitar soltar uno que otro quejido de placer, que por lo visto a Helen le gustaba escuchar, ella me envolvió con sus piernas haciendo que llegara un poco más profundo dentro de ella, solté una de sus manos para agarrarla de la cintura y levantarla un poco, ambos plagiamos de placer, ella me beso, su lengua estaba descontrolada, la movía por toda mi boca y me gustaba, cuando pude, hice lo mismo que ella hizo con mi lengua al principio se la comencé a chupar, y lamer mientras ella la dejaba fuera de su boca, parecíamos dos animales en celo, estaba llegando al éxtasis de todo, pero de un momento a otro todo el placer que sentía se transformo en miedo y dolor, sentí que algo se libero muy al fondo de mi, algo parecido a lo que sucedió cuando vi a Lay apunto de morir, pero distinto no era odio lo que me envolvió sino placer y tranquilidad, pero al segundo sentí un golpe de corriente que me paralizo, sentí como si mi corazón por dentro de desgarraba, y grite.
Mi cuerpo se paralizo, luego mis piernas fallaron y caí al suelo revolcándome, sentía como mi pecho iba a explotar.
-Gran, Gran que sucede, que te pasa, Gran. - Helen gritaba muy preocupado por mi.
Lo ultimo que pude hacer fue sonreírle hasta que todo se volvio negro.
Al abrir los ojos me encontraba en la cama de Felia, alguien me habia vestido, comencé a moverme, pero fue extremadamente doloroso hacerlo.
-Helen, Gran despertó. - Dijo Felia que estaba de pie frente a la cama.
Hel estaba sentado al lado mío en una silla. Ella tenia ojeras de haber estado llorando mucho.
-¿Qué me sucedió?, lo ultimo que recuerdo fue... estaba con Hel...
No pude evitar sonrojarme.
-Fue mi culpa, tuve que haberme reprimido, tu fatiga es demasiado grande, como se me ocurre intentar tener sexo contigo cuando tú estabas mal.
-No Hel no te eches la culpa de eso, el responsable soy, yo y disfrute mucho todo.
-Gran tiene razón, tu no tienes la culpa de que la calentura de este hombre lo dejara llevar.
-No, yo fui la que lo arrastro a mi sala, yo fue la que comenzó a masturbarlo, yo...
Le estiro mi mano a Hel, cosa que ella agarro con fuerza.
-Solo espero que exista otra oportunidad, y termine mucho mejor que esta Hel, no te culpes te vuelvo insistir fue grandioso enserio, me hiciste muy feliz... disculpa por ser tan lamentable para ni siquiera haber podido termina como corresponde, te deje que pudieras acabar...
-Ara ara, al menos tenemos un hombre que se preocupa del placer de su compañera, conseguiste una buena pareja Hel.
Ella se puso roja.
-Si, pero no te disculpes Gran, me hiciste pasar un muy buen momento créelo, solo que después casi me das un infarto, no intentare nada contigo hasta que te recuperes, será mejor que me aleje un poco.
-Ni se te ocurra hacer esa estupidez, ahora es cuando más te necesito, a ti, y a Lay, mierda como se supone que voy a luchar mañana, no pense en eso.
-Claro que no, Hel tráele la comida a Gran, debe alimentarse.
-Enseguida madam, si tanto quieres que no me aleje, esta bien Gran no lo hare, pero si me contendré por un tiempo.
-Helen antes que te vayas te recuerdo que me debes una conversación, no es así mi pareja.
Ella sonrió un poco.
-Si tenemos que hablar de eso.
Hel salió de la habitación, en eso el carácter de Felia cambio, al de una madre preocupada, cosa que no me trajo muy buenos recuerdos.
-Serás joven y todo, pero igual de idiota, en que pensabas intentando follar cuando te dije que tenias que descansar.
Felia me pego fuertemente en el hombro.
-Escucha Gran el mayus no solo a flora con los sentimientos negativos, con los positivos también, pero por eso debes controlarlo, para no dejarlo salir cuando al señorito se caliente cada vez que quiere tener relaciones con Helen, probablemente lo as dejado salir todo este tiempo sin darte cuenta, pero el problema ahora es que tu mayus no tiene energía, estas consumiendo tu propia alma, idiota.
-¿Como quieres que sepa todo esto cuando no tengo ni idea de lo que es el mayus?
-Jovenes siempre tan tontos, ten ponte esto en los ojos.
Felia me paso una especie de venda, la mire y ella me insistió que lo hiciera rápido.
Me la coloque y no podía ver nada.
Felia me abrió el camisón y puso sus manos heladas sobre mi pecho.
-Que la naturaleza guie a este cuerpo moribundo en tus brazos, les des el confort y el descaso que merece.
Felia hablo en una lengua que no entendía, pero ya la habia escuchado una vez, de Velaria.
Mi cuerpo se sintió muy bien de inmediato, casi ya no tenia nada de cansancio encima.
-Felia lo que hiciste fue magia no es así. - Dije sacándome la venda de los ojos.
-No deberías saber eso Gran, no preguntes más, no debería haber hecho esto desde el principio, pero no puedo dejar a mi chica tan preocupada como esta, Hel ya a sufrido mucho, Gran escucha bien, te sientes bien, pero apenas le di un poco de energía a tu Mayus, no hagas ninguna estupidez hasta tu duelo, nada de sexo, nada de trabajo, nada de tonterías, escuchaste. - Dijo golpeándome el hombro.
-Comprendo, pero puedes decirme al menos quien eres en realidad.
-No Gran, no puedo y no insistas con el tema, no hice esto por ti, lo hice por Helen y ella tampoco sabe nada, que se mantenga así.