Fue una noche difícil, tuve pesadillas muy confusa, de la que solo recuerdos fragmentos. Se que soñé con Morrigan, pero ni recuerdo que sucedió, también me vi apuñalado por la espada de Arthur mientras el se reía, otro en el que Velaria me pedía ayuda llorando y el que más me marco el de Hero diciéndome que me necesitaba.
-¿Estas bien Gran?, sudaste mucho anoche.
-Lay... si un poco, tuve pesadillas, pero estoy bien, solo cansado.
Lay estaba un poco más cariñosa de lo habitual, o tal vez más preocupada, me mimaba casi como lo hacia Hero, solo que sin lo momentos que ella intentaba propasarse.
-Lay seria mucho pedirte si puedes masajearme los hombros, los tengo muy duros.
Lay se movió, me apretaba un poco los hombros con sus manos lo que era una sensación agradable, luego comenzó a ser mas suave lo que me ayudaba a relajar tanto los hombros como el cuello.
-Gran no tengo problemas con hacerte masajes, pero tus gemidos son algo incomodos.
Lo que decía era verdad, no me habia dado cuenta, pero soltaba pequeños gemidos de mi boca, sin que me hubiera dado cuenta.
-Lo lamento Lay, no es algo que pueda controlar, pero tienes unas manos maravillosas... discúlpame por hacer esto incomodo.
Ella siguió por un rato más, hasta que Helen entro por la puerta y me vio gimiendo un poco.
-Porque cada vez que tengo que entrar tengo que encontrarlos en situaciones...
Lay iba a escusarse, pero Helen dejo en claro que no era necesario, se sentó en la cama algo molesta, pero se contenía.
-Te traje el desayuno Gran, Lay también prepare para todos, pero les deje servido en la mesa.
Lay paro de darme masajes.
-Entonces, los dejo solos, Gran quiero que me digas que necesitas que haga hoy como tu escudera.
Me quede mirando a Lay sin saber que responderle.
-Descansa supongo, por ahora celebremos, que todos estamos a salvo, diles eso a los demás.
-Entendido Gran.
-A espera Lay, si hay algo quiero que hagas, ve ver a Roja, y me digas honestamente que piensas de ella como guerrera, y habla con ella, dile eso, es una sugerencia.
-Si Gran... pensare en eso ultimo, Helen cuídalo, si no quiere comportarse, golpéalo levemente en el mentó y caerá.
Lay se retiro dejándonos solos.
-¿Por qué el mentón?
-Mi mandíbula es débil, cuando me golpean ahí, aunque sea un golpe de mediana intensidad...
-Todo se te da vueltas, pierdes la conciencia... es por eso que llevas esa horrible mascara, es para protegerte de los golpes, tonto si recibes muchos golpes ahí, podrías terminar con seres daño en la cabeza, daños permanente.
-Que bueno que mi pareja sea una excelente curandera que puede evitar eso.
-No seas tonto, porque escoges un camino que te esta destrozando.
Me estire un poco, para luego abrazar a Helen.
-Porque... un día me surgió la idea en mi cabeza, y desde ese entonces simplemente camine hacia el... eso es raro, no lo habia planteado hasta ahora... creo que fue la manera de enfrentar este mundo hostil, yo quise matarme, estaba hundido, tenia miedo de mi mismo, eso surgió cuando tuve que matar por primera vez, eso fue muy duro para mi, gracias a Lay, Willfest y Roy pude seguir de pie, sobre todo Lay, ella vio a alguien roto en mi, creo que igual que ella, entonces de apoco se fue abriendo conmigo, era raro, nos llevamos muy bien desde el inicio, después la llegue a querer como una verdadera hermana, con el tiempo me entere de todo lo que tuvo que pasar, como la discriminaban y odiaban por ser una soldado, entonces ya con la idea de querer convertirme en el Justicar de Irlanda para tener una vida tranquila, decidí que podía cumplir el sueño de Lay, entonces me decidí hacerlo, y luego tu me enseñaste el Bar trébol verde, no me habia sentido tan libre nunca desde que entre a ese bar, pude ver a la gente feliz, algo muy distinto a lo que habia visto hasta ahora, entonces dije, puedo ser más que el Justicar, tal vez pueda liberar a Irlanda, no se como hacerlo, pero me gustaria que esa libertad que vi en el bar se expandiera por todo el país Hel.
-Eres un soñador Gran, aunque, seria bonito si pudieras hacerlo, me gustaria poder ver libre a mi gente, verdaderamente libre.
-Lo conseguiré, además necesito apoderarme del castillo de Leap, Hel, no puedo decirte el porque, pero busco respuestas, y creo que ahí las podre encontrar, querida.
Ella me miraba sin perderse ninguna palabra que decía, mientras debes en cuando hacia pausas para alimentarme con un poco de caldo de ternera que trajo para mi.
-No se que decirte Gran, después de que defendieras la torre, no creo que mi gente te mire con muy buenos ojos, menos Finley que es uno de las cabecillas de la rebelión, solo hay dos hombre más sobre él, y una especie de druida, aunque de druida no tiene nada, es una mujer con muy buena labia, y misticismo, dicen que puede hablar con los will-o'-the-wisp, pero tonterías.
Di vuelta a helen, votando la bandeja y la sopa que casi no quedaba nada de ella.
-¿Dices los will-o'-the-wisp?, esas llamas azules, Helen puedes hacer que la conozcas.
-Gran realmente crees que ella podría comunicarse con los espíritus que vagan en el limbo.
-Helen, créeme he visto cosas que no tienen mucho explicación, solo permite conocerla, es muy importante para mi, llevo buscando a los will-o'-the-wisp desde que llegue a este lugar, te lo imploro Hel, déjame hablar con ella.
-Yo no tengo contacto con ella, pero podría intentar que concreten una cita lejos de Dublin, pero no puedo decir que eres tú el que quiere hablar con ella, mi pueblo te mira con malos ojos Gran.
-Tengo una idea, diles que si me dejan hablar con ella a solas, yo me encargare de devolverle sus impuestos, será algo difícil de hacer, pero puedo arreglarlo, además cuento con un buen equipo ahora, aunque, tendrá que ser después de la batalla de la pradera, diles eso.
Helen me miraba con dudas, muchas de hecho.
-Esta bien, pero no prometo nada.
-A todo esto me asentare unos días en una semana, iré a ver a Fress, puede que después de eso ya no sea muy amable contigo, y se termine todo esto.
-Comprendo Hel... - dije con lastima.
-Hablando de lo nuestro Hel, porque decidiste apurar las cosas entre nosotros.
Ella se sonrojo bastante, pero no se dejo llevar por su vergüenza.
-Solo me nació, quiero estar contigo, estar junto a ti me hace feliz, yo quiero que esto no termine, y como se que tenemos lo de Fress pendiente, me dije a mi misma que quería disfrutar esto al máximo.
No pude contenerme, agarre a Lay con una mano su cara, mientras que con la otra por la cintura, la bese apasionadamente, ella de apoco se iba dejando llevar, jugábamos con nuestras lenguas cosa que para mi era muy agradable, comencé a subirle el vestido a Helen, metí mi mano por debajo de su calzón, acaricio lentamente su bello, esta que baje un poco más acariciando su cítoras, empecé a masturbarla, cosa que hizo que Helen soltara un lindo gemido, pero todo llego hasta ahí, ella me empujo muy poco para que me detuviera.
-Debes descansar... Gran... ya haremos esto... cuando estés mejor.
Ella me beso, pero cariñosamente, yo disfrute el beso y me volví a costar algo decepcionado, pero tenia razón, en ese poco tiempo que me calenté, senti pequeños calambres por mi cuerpo, tenia que empezar a ser más consiente, porque si no volvería hacer pasar a Helen por la misma situación cuando me dio el ataque cuando follábamos.
-Tienes razón, pero al menos me gustaria poder hacerlo antes de irme a la batalla por la pradera Hel.
Ella se quedo en silencio.
-Tendrás que enfrentarte a Finley, eso me da miedo, no quiero que ninguno de los dos se lastime.
-Intentare hablar con él, aunque supongo que vendrá furioso contra mi por lo de Fress.
-Tenlo por seguro, será lo primero que haga al verte... Gran, no lo mates, si es que le ganas, solo te pido eso, es egoísta, pero no quiero que lo mates, el a sido mucho más un padre para mi que mi propio padre.
-Descuida no voy a matarlo, le tengo mucho cariño también a Finley, aunque me preocupa más mi cuello cuando luche contra él, si es tan bueno con Willfest, como creo que es, será un gran problema.
-Solo vuelve con vida, no importa lo mucho que te llegue odiar, solo vuelve con vida, eso es lo que me importa y que no lo mates a él, no pediré otra cosa egoísta solo eso.
Me acerque a la boca de Hel.
-Descuida, veras que incluso arreglare las cosas con él.
Bese a Hel, fue un beso extraño húmedo, porque ella lloraba, aun así era algo que quería, hasta que escuche la voz de Hero en mi cabeza.
Te necesito.
-¿Qué sucede Gran? ¿Por qué te detuviste?
-Disculpa Hel, solo un calambre.
Estaba segura que esta vez no era una alucinación, era un hecho que habia escuchado la voz de Hero en mi cabeza.
Morrigan observaba a Gran atreves del reflejo de una fuente de sangre.
-No es una alucinación mi cuervo, ella te necesita tanto como tu a ella.
Morrigan comenzaba a reírse, mientras jugaba con un ojo humano en su ojos.
-Ahora ¿que haremos con el ojo del traidor?
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