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Los tres distintos colores

Al fin pude escaparme del castillo del Duke, como estuvieron ocupado planeando un ataque hacia el barón de Mons, Argus tuvo que mandar tropas a algún lugar que llamaban la pradera, con todo el caos y movimiento que habia en el castillo del Duke, pude fugarme con bastante facilidad.

El muy desgraciado llevaba mintiéndome sobre Gran todo este tiempo, ahora se que mi amor esta en Dublín, desde aqui debería ser una semana de viaje en caballo, pero ese era el problema, no tenia caballo, y tenia comida solo para tres día que fue lo que logre robar de la alacena del castillo.

Además no podía pasar por el pueblo, si esos hombres que nos topamos ese día con Arisa seguían ahí serian un problema, así que solo me quedaba una opción ir por el bosque, lo que seria el camino más corto, así que sin ir lento ni perezosa me dirigí hacia allí.

Al entrar me fije que habia niebla lo que me hizo que me diera un escalofrío, la niebla antes siempre me habia gustado, lo encontraba lleno de misticismo, pero desde lo que sucedió con Gran, que nos haya separado hizo que la odiara, me recordaba a que me separe de él.

No sabia cuanto habia pasado desde que entre al bosque, pero ya llevaba unas horas caminando, al menos de ves en cuando me topaba con algún que otro animal, incluso logre ver un ciervo, el me estaba mirando; a lo que yo me acerque con cuidado, estuve apunto de poder acariciarlo, pero un sonido metálico que se escucho a lo largo hizo que se asustara y huyera despavorido.

-No te vayas...

El sonido no paraba, pero estaba seguro que se trataba de dos armas de hierro chocando, así que me dirigí hacia el sonido siendo lo más silenciosa posible con mi daga en mano, el sonido no estaba muy lejos de donde estaba, así que no me tomo más de cinco minutos llegar hacia él.

Una chica de pelo rojo estaba enfrentándose contra siete soldados, pero me sorprendí que ya habia cuatro muertos en el suelo, todos muerto por flechas en la cabeza y habia un cadáver que tenia el rostro destrozado, cosa que me dio asco, pero la chica apenas lograba defenderse; me resultaba milagroso ver que siguiera con vida cuando todos lo atacaban a la vez.

-Mátenla de una maldita vez, ese engendro debe morir por ordenes de la corona, pongan de su parte idiotas.

El hombre que gritaba era el unico que no atacaba, de hecho note que tenia una cojera en el pie izquierdo y le faltaban dos dedos en una mano, aun así se las arreglaba para sujetar su espada con la ayuda de una venda con la que se apretaba el agarre.

La chica se movía con agilidad, ocupaba su arco como una espada, era extremadamente ágil, lograba mantenerse viva, pese a que la estuvieran atacando entre muchos, pero tenia demasiadas heridas y se veía muy cansada.

Sabia que no me convenia actuar, pero algo dentro de mi me decía que lo hiciera, la maldita voz de Gran diciéndome que debía hacer lo correcto, cuando el intentaba ayudar a gente que ni siquiera conocía.

-Maldita sea.

Saque mi cuchillo sin pensarlo mucho finalmente, entonces acudí en su ayuda, alcance evitar que la apuñalaran por la espalda, ella me miro muy fríamente, como si me tratara como un enemigo más.

Yo quede sorprendido por sus dos ojos de distinto color verde y azul, mi ayuda logro hacer que ella contratacara, reventándole la pierna a uno con el arco, acto seguido, muy veloz mente saco una flecha y la disparo matando a otro.

Ella me miraba a mi con furia.

-¿De donde sacaste esa daga? - Grito tanto el tipo que le faltaba dos dedos en la mano como la chica a la que defendía.

Habia caído en cuenta en dos cosas, la primera la chica tenia orejas larguísimas que terminaban en punta, igual que los elfos de historias como del libro señor de los anillos; lo segundo y más importante es que reconocía la daga.

-¿De donde conocen esta daga? - la levente para que pudieran verla, en eso dos de los hombres intentaron atacarme, pero el que le faltaba dedos, dio una orden de que se detuvieran.

-Esa daga, pertenece a Sir Gran, una mujer sucia y horrible como tú no debería tenerla.

-Como dijo el orcus, esa daga es de Granet.

Granet... conoce su nombre completo.

-Tú el hombre cojo, ¿Quién eres? - dije molesta por su comentario.

-Soy Sir Fregan, déjame decirte muchachita, o demonio... pero que ojos tan macabros... como sea, tú en este momento estas cometiendo dos crimines contra la corana, el primero ayudar a esa engendro y la segunda robarle a un Sir que defiende a la corona.

Sir Fregan... es el tipejo contra el que Gran tuvo que luchar en un duelo segun me conto ese borracho.

-Mujer orcus, tú no me as contestado, ¿por que tienes la daga de Granet?

No entendía lo que era orcus, pero su mirada me decía, no, no solamente su mirada, lo que habia visto ya de ella me decía que podría matarme sin mucha dificultades.

-Es una daga gemela que solamente el y yo tenemos, además soy la mujer más importante para Gran, y a diferencia de el no soy tan benevolente ni paciente, menos con el hombre que lastimo a Gran. - dije apuntando con la daga a ese tal Fregan.

La chica se acerco a mi olfateándome lo que fue algo extraño.

Esta no es la hembra a la que olía Granet esa vez... tal vez, recuerdo que cuando lo conocí en su desesperación nombro a una chica que perdió...

-¿Hero, o algo así te llamas?

-Conoces mi apodo.

La chica cambio su mirada hacia mi, a una más relajada.

-Si sabes ocupar eso, entonces comienza a moverte mujer más importante para Granet.

-Escuchar eso de otra persona es vergonzoso, mujer de orejas largas, además tengo una cuenta pendiente con el tipo que lastimo a Gran.

Las dos nos movimos al mismo tiempo, yo apuñale a uno de los hombres, matándolo en el acto, no sentí nada por haber hecho eso, lo que era mejor para mi, en cambio la de orejas largas partió a uno de los tipos con mucha facilidad, como estaba más de cerca en las puntas de los arcos tenia unas pieza de metal con filo, pero eso no significaba que pudiera partir personas.

Yo ignore al resto dirigiéndome a ese tal Fregan, mi sangre ardía al recordar la historia que luego me conto Argus sobre que Gran estuvo inconsciente varios días después...

Ataque con algo que no se espero, cundo me acerque a el salte haciendo una pirueta, que le costo prevenir a Fregan, pero el bastardo igualmente lo bloqueo con esfuerzo, aun así todo eso, me sirvió para darme cuenta que en el estado en que estaba, yo era muy superior.

-¿Gran te dejo así?

-No debería contestarle esto a un demonio, pero si, el me corto los dedos y me dejo cojo...

No pude evitar reírme.

-Así que mi niño creció... que emocionante, tengo más ganas verlo. - decía eufóricamente.

-Estas loca de la cabeza mujer...

-Loca, si talvez si estoy loca por el, pero tú no lo veras nunca más cerdo que oso tocarlo.

Con un simple ademen le abrí la garganta a ese hombre llamado Fregan, el se retorcía mientras intentaba detener el sangrado con su mano, pero la herida no se iba a detener por eso.

-No... puedo...

Dio un par de pasos hacia mi, y cayo al suelo.

-No...mi duelo...Gran...morir...debo...vivir...enfrentarme a él...

Esa fueron las ultimas palabras que escuche salir de él hasta que murió inevitablemente.

Cuando me di vuelta vi que la chica de orejas largas, tenia al ultimo soldado en el piso y le disparo una flecha a quemarropa a la cara matándolo en el acto, luego de eso me miro.

-Que miradas más fría tienes Hero.

-Por lo general siempre ignoro ese tipo de comentarios, pero no voy a dejarlo pasar de alguien que esta cubierta de sangre de pies a cabezas... ¿Qué eres?... perdón es que tu fuerza, esas orejas y eres increíblemente bella... ¿Cómo te puedo llamar?

-Velaria es mi nombre, es la segunda vez que me topo con un orcus que considera que tengo un bonito rostro y que no intenta abusar de mi.

-Eso es nuevo para ti supongo... que significa ¿Orcus?

Ojos rojos, son bonitos en verdad.

-Es como nos referimos a ustedes los humanos, y contestando a que soy, pues soy una orgullosa Largoviviente, su maldita raza nos llamo elfos de manera despectiva.

A Velaria le caía un poco de sangre que tenia en el pelo, y se limpio mientras comenzó a jugar con su cabello.

-Velaria entonces, me estas diciendo que ustedes realmente existen... ¿Cuántos años tienes?

Velaria me puso mala cara.

-Ahi va otra orcus que dice mal mi... como sea que importa, tengo casi trescientos años de edad.

-Trescientos... te mantienes muy bien la verdad para tener esa edad... perdón, me deje llevar, es que eres mi tipo de atractivo físicamente hablando. - Dije sin pensar.

La cara de Velaria era poco agradable, por lo que intuí que no se tomo bien mis palabras, pero no te que sus orejas estaban rojas... le pregunte porque la atacaban para cambiar de tema.

-Los orcus, ósea ustedes nos han cazados desde que pisamos esta isla, ellos no venían por mi precisamente, pero me encontraron y me atacaron, el resto es lo que presenciaste, bueno, eso es todo nuestros caminos se separan desde aqui... una cosa más el piensa que no estas aqui, no se a que se refería Granet con eso, dijo muchas cosas que no comprendí, pero estaba muy triste porque creyó que te perdió.

-Espera...