-Willfest se supone que no me ibas a entrenar hasta que Magnus tuviera mi pedido ¿No?
El Sir se veía extrañamente contento, casi como esperando con ansias lo que venia a continuación.
-Si eso dije, pero lo pense mejor, como quieres seguir con esto, ahora tendré que cambiar de enfoque nuevamente contigo, lo primero, tú asunto, no quiero que lo vuelvas hablar con nadie, eso es un orden, nadie más se puede enterar ¿de acuerdo?
-Si Sir, pero podríamos evitar hablar aquí en medio de la guarnición donde todos nos escuchas ¿no crees?
-Créeme ningún esta escuchando, ahora dame un segundo te voy a presentar a tu nueva amiga desde hoy.
Nueva amiga, ¿de que habla?, esto ya no me esta gustando, además es extraño ver sonreír a Willfest por tanto tiempo, ¿Qué esta tramando?
Willfest volvio con una especie de masa, o fierro grueso no sabia lo que era en realidad.
-Desnúdate Gran.
-No me digas que vas hacer lo mismo que me hacías con el palo, pero ahora con eso.
-Efectivamente Gran, como tienes ese pequeño problema, no nos queda que fortalecer muy bien tu cuerpo, hacer que se acostumbre al dolor, para que si te vuelva a pasar eso, puedas aguantar mucho más, pero tranquilo seré amable, como recién empezamos mi querido escudero, solo haremos 10.
-Will no pienso someterme a eso no...
Sin siquiera avisarme me dio un duro golpe en el estomago.
Por un demonio pense que me iba a partir en dos, incluso el acero en ves de deslizar se aferro a mi piel.
-Ese fue por todas las faltas de respeto a mi persona, ahora levántate y pon duro tu estomago o te golpeare a ahí en el suelo.
Sabia que si no le hacia caso, el iba hacer lo que dijo, ahora entiendo porque me dijo que dejara mis armas adentro, hijo de perra.
Me levante lleno de rabia, y me puse en posición para recibir el segundo golpe.
-Esto es por motivar a mi hija para que siga su camino.
Nuevamente sentí el golpe como un maldito infierno, no pude evitar caer al suelo, con solo dos golpes ya me había dejado marcas.
Willfest insistió en que volviera a levantarme, y eso hizo, mirándolo desafiantemente.
-Bueno mierda, ahora esto es por rechazar dos veces el casamiento con mi hija.
Ahora el golpe fue incluso más fuerte que los anteriores, no pude evitar vomitar.
-Willfest me vas a matar si sigues así.
-Tonterías muchacho a tu edad recibía 50 de estos golpes diarios y no estoy fanfarreando.
Por un demonio lo peor es que lo más probable era que decía la verdad.
-Te diré el truco, nunca me lo dijeron a mi, pero la idea es que cuando este apunto de recibir el golpe, vayas a el, te dolerá menos, y no miento cuando dije que esto ayudara a tu resistencia, pero tampoco voy a perder la oportunidad de desahogarme un poco.
-Eres... un hijo de perra Willfest. - Dije mientras me levante.
Willfest saco una sonrisa.
-Cuanta veces debo decirte que me digas Sir.
Ahí iba el cuarto golpe, sentí que casi pierdo la conciencia, veía muy borroso a Willfest, esta vez me costo el doble levantarme.
-Muy bien Sir...
Jadeaba sin poder evitarlo, al final proseguimos así hasta que me dio el decimo golpe, mi vientre ya estaba hinchado y morado, en el séptimo golpe había perdido la conciencia, pero Willfest me lanzo un balde de agua para despertarme, el dolor era tanto que ni siquiera me dejaba poder odiar a Sir.
-Felicitaciones, cuando hicieron esto cuando cumplí mis 18 años yo perdí la conciencia al tercer golpe... deberíamos hacer esto diario, pero por los dos siguientes meses haremos uno ronda por semana, pero cada semana le sumaremos un golpe más.
-Vete...vete...
Ni siquiera podía hablar así que finalmente solo le levante el dedo del medio, lo que hizo reír a Willfest.
-Créeme me lo agradecerás más adelante, confía en mi hijo, ahora levántate, pasaremos a cambiar tu guardia con la espada a una que proteja tu mentón.
-Ni siquiera podía enfocarlo, se que me hablaba, también lograba comprenderlo apenas, pero alguien se acercaba a nosotros, pero no lograba ver quien era.
-Capitán uno de los hombres de Lord Irish tiene un mensaje para usted, lo espera por la puerta norte.
-Entendido, Gran aprovecha de descansar un poco.
Willfest se marcho dejándome solo, bueno solo con la persona que no podía reconocer en este momento por mi muy mal estado.
-Gran vamos levántate. - me dijo una voz fría.
-¿Lay eres tú?
Ella me contesto afirmativamente de manera seca, yo intente levantarme, pero no pude, cada vez que intentaba moverme, el vientre como el abdominal no me lo permitía por el dolor, era horrible, incluso soltaba uno que otro grito ahogado de frustración.
-No puedo... no...
Sentí como me agarro, y me ayudo a caminar.
-Lay... ¿que... haces?, si...
-Cállate, no hables.
No puede evitar hacer una sonrisa que probablemente sea dolorosa de ver.
-Siempre... tan fría.
-Que te calles.
Lay me condujo por el patio de entrenamiento hacia un pequeño cuarto que servía para dejar las armas de entrañamiento, en el camino se que escuche mucho murmullos de los guardias, pero no lograba entender lo que decían.
En el cuarto habían otros 2 guardias más, Lay me dejo sentado en una caja de madera grande, los guardias hablaban entre susurros al verme a mi o a Lay o tal vez a los dos.
-Algún problema. - dijo Lay tan fría como siempre era con los demás.
No, ninguno dijo uno de mala gana, al final los dos hombres se retiraron, pero se que uno le escupió a Lay en el suelo, una vez se largaron de la sala, Lay cerro la puerta.
Ella agarro una cubeta de agua y me la hecho encima, eso hizo que al menos despertara un poco.
-Porque más agua... helada.
-Fue doloroso ver lo que hizo el capitán Gran.
-Créeme que sentirlo también fue igual de doloroso Lay, pero no creo que sea buena idea para ti, que te encierres en un cuarto a solas conmigo.
-Descuida, en este momento importa más tu condición de lo que dirán los demás de mi, además ya estoy acostumbrada.
La mire con ternura.
-¿Como le fue a Roja?
-Bien, gano, pero va a tener problemas, uno de los guardias intento matarla de verdad, ella se dio cuenta y le corto el brazo, dudo que ese guardia pueda volver a ser soldado, pero no te preocupes por ella ahora, piensa en ti, por una vez.
No pude evitar reírme por eso.
-Lay no sé que imagen tienes de mi, pero siempre pienso en mi, créeme.
-Gran las cosas que haces por mi ninguna te a beneficiado.
-Yo no lo veo de esa forma, pero tú eres un caso especial, eres como una hermana para mi, esta vez una hermana real, no como con Hero, que ya sabes.
Ella se puso en cuclillas, y me agarro las manos.
-Eso me alegra Gran... quiero darte un regalo, al inicio pense que tal vez te lo podía dar yo, pero solo fue una idea tonta, porque la verdad no hubiera podido hacerlo, ni siquiera se porque paso por mi mente, pero se me ocurrió llevarte donde mismo lleve a Roy cuando cumplió 16 años.
-Lay creo que no te entiendo ni un carajo, lo que me quieres decir.
-Si, me estoy explicando muy mal, quiero que me acompañes hoy a la noche, te quiero llevar a un lugar, te va a servir para votar el estrés... confía en mi, eso si tendremos que salir encapuchados.
Hacia el esfuerzo por entenderla, pero no sabia si era porque seguía afectado del golpe, que era muy probable, o Lay estaba siendo poco clara.
-Sigo sin entender Lay, pero claro, salgamos... si es que puedo moverme después de esto... debo volver antes de que Willfest regrese, gracias Lay.
-Tranquilo quédate ahí, le mentí nadie vino a buscarlo y llegar a la puerta norte son...
Lay comenzó a contar con su dedos.
-Medio día, no media hora, si eso es 30 minutos.
Ella me miro esperando como una alumna esperando una felicitación, que era algo que no me esperaba.
-Si correcto, muy bien vas aprendiendo rápido.
Estire mi brazo para darle una caricia en el cabello, pero fue un infierno, así que no pude hacerlo, pero Lay entendió el gesto.
-Tengo un buen maestro... a todo esto Mirian se me acerco el otro día le gusta mi trenza, ella quiere que le hagas una.
-Espera, espera, espera, hablamos de la misma mocosa que me odia, tu hermana, hija del desgraciado de tú padre, ¿de ella?
Probablemente Lay había olvidado donde nos encontrábamos, porque actuaba feliz.
-Aunque no lo creas, creo que fue la primera vez que hable tanto con ella, yo tuve que haberme acercado, sobre todo cuando ese cerdo intento hacer lo mismo que me hicieron a mi con ella, pero no pude, pero ahora gracias a ti, creo que puedo hacerlo al memos poco a poco.
Quería sonar confiable, y seguro, pero por desgracias el dolor no me lo permitía.
-Descuida, no permitiré que te vuelvan a tocar, ni a Mirian, incluso si debo acabar yo mismo con el Barón.
Lay sonrió, me dio un suave golpe en la pierna.
-Primero recupérate antes de buscar pelea primero.
-Lay... te voy a decir lo mismo que le dije a Willfest, aunque el no me cree capaz, porque desconoce cosas que tú si sabes de mi, pero ya que por lo visto no puedo encontrar más respuestas, y me veo atrapado aquí en esta época, con muy buena compañía e de decirlo, pienso ocupar todo mi conocimiento para volverme el Justicar de Irlanda y vivir tranquilo junto a ti y los demás.
-¿Crees poder ayudarme con eso hermana Lay?
Gran no me miente para nada con lo que dice, ver sus ojos es ver como un sanguinario que esta listo para la guerra, no es mucho peor, es como ver los ojos que pongo yo cuando asesino.