Al momento de entrar en la guardia cientos de miradas hostiles se dirigieron a mi, estaba segura que se debía a mi nombramiento como escudera, pero no me molestaba estaba acostumbrada a estas miradas, y no me iba a avergonzar ahora que al fin daba un paso en un sueño que creía inalcanzable, pero porque tengo ese sentimiento que no me lo merezco, era molesto, no quería pensar así, menos cuando tenia alguien que confiaba tanto en mi como Gran.
Busque un hueco detrás de unos pilares, para que Roja no me viera, cosa que logre con éxito, su duelo estaba por empezar, ella estaba radiada de 9 inútiles, solo consideraba que un solo soldado tenia experiencia entre ellos, pero hasta 9 inútiles te van a molestar si se enfrentan todo a la vez.
Roja saco sus dos armas una espada larga y una corta, lo que me llamo la atención porque cambio una de ellas, usualmente siempre la veía con espadas cortas, sin esperar ataco a uno de los novatos, ubicándose a sus espaldas sin que el rival pudiera hacer nada, ella pudo haberle quitado la vida sin problemas, pero debido al accidente donde ella le corto el brazo a un idiota que quiso matarla, le prohibieron atacar a matar, lo que era injusto cuando sus oponentes si intentaban matarla.
Dejo fuera de combate a uno, otros cuatros se movieron a atacarla, ella logro esquivar todos los espadazos que le lanzaron, pero recibió un par de cortes superficiales sin importancia. Normalmente ella hubiera esquivado todos, pero se veía cansada, sus movimientos eran algo torpes, pero era porque apenas se movía como corresponde. Sin dejar de intentarlo Roja arremetió contra los cuatro hombres, fue impresionante verla un simple zig zag entre ellos y los dejo en el suelo sin moverse, casi como ver un relámpago moverse, algo que solo habia visto ejecutar a mi padre y a Sir Arthur.
Ella quedo exhausta después de ese movimiento, el soldado experimentado se movió aprovechando la mala postura en la que quedo Amelia, por un momento casi me muevo por instinto al querer protegerla, Roja logro bloquear el ataque muy apenas, aunque, no logro evitar el golpe que le propino en la cara con el pomo de la espada, cosa que hizo que Amelia cayera al suelo.
-¿Te rindes? - dijo el soldado.
-Nunca.
Roja desde el suelo movió sus piernas girando en ella misma golpeando la pierna del soldado votándolo al suelo, ella dio una pequeña voltereta para ubicarse rápidamente cerca del rostro del soldado caído y le devolvió el golpe con el pomo en la cara dejándolo inconsciente.
-¿Quien sigue?
Roja se habia levantado del suelo, estaba cansada, su respiración se encontraba agitada, sudaba mucho y un pequeño hilito de sangre se le escapaba por la comisura del labio. Habia algo encantador en su imagen que encontraba... Me di cuenta que me sentimientos me estaban llevando para un lado que me era ajeno, se parecía un poco a lo que siento por Gran, pero distinto, yo por unos segundo habia quedado embobada, cosa que no me gusto, o tal vez, sí, mi mente se habia transformado en un lio, y no me estaba permitiendo pensar con claridad para hacer la tarea que mi Sir me encomendó.
Sacudí mi cabeza, cuando volví a mirar el combate, un grito de dolor hizo que volviera a centrarme en el, no me di cuenta que habia sucedido, pero tres de los cinco guardias que quedaban yacían en el piso inconscientes, el problema era que a Amelia le habian clavado un puñal en la pierna, lo que iba a limitar su movimiento.
-Mierda, no, esto va impedir que... mierda.
Ella se saco el puñal con coraje sin soltar su espada, miro al pendejo que lo apuñalo. Roja se lanzo como un jabali enfurecido, sus dos espadas parecían dos colmillos muy afilados que abrieron el pecho del novato, pense que lo habia matado, pero se controlo bastante bien, las heridas eran poco profundas, tal vez ni siquiera necesitarían suturas.
El novato que quedaba miraba con demasiado miedo a Amelia, el voto su espada, gritando me rindo dejando la pequeña arena.
Un Sir Fregan miraba el combate desde el otro lado enojado, de reojo miro a un guardia que también miraba el encuentro, el le asintió, y ataco por la espalda a Amelia que estaba cansada, sin darse cuanta de lo que le iba a suceder.
Rápidamente llegue al encuentro del ataque bloqueándola con la espada bastarda que Gran me habia regalado, era muy liviana lo que me asombraba, con una sola mano bloque fácilmente el ataque de este idiota.
-Ella ya gano el duelo Sir Fregan, debería adiestrar mejor a sus... quería decir perros, pero no saldría nada bueno de eso... guardias.
Fregan miraba sin impresionarse, le dio una orden para que se retirara el guardia.
-Felicidades Amelia, espero que la herida en tu pierna no dificulte tu duelo el día de mañana.
Amelia no quiso responder se veía frustrada, porque esa herida si iba a molestarle, eso sumado su fatiga iba a ser que perdiera mas pronto que tarde... Ayude a caminar a Amelia.
-Vamos a que Hel te sane, yo pago, no te preocupes.
-Lay, gracias, ¿pero que haces aqui?
-Gran me pidió que te vigilara.
-Ya veo tan patética soy que tengo que preocuparle una don nadie.
Mientras caminábamos, fuimos hablando amenamente.
Amelia estaba tanto físicamente como anímicamente cansada.
-No eres una don nadie, fuimos amigas no, hace mucho tiempo.
-Lo recuerdas, pense que te habías olvidado de mi.
-Al inicio no te recordé siendo honesta, lo hice más adelante. - le mentí ya que habia sido Gran el que me recordó quien era ella, pero no era necesario decirle eso.
Mi corazón estaba acelerado, me sentía algo avergonzada, sin saber el motivo, así que intente alejar esos pensamientos, pero cada vez que sentía su aroma o le miraba sus labios volvía a ponerme nerviosa.
-Deberías defenderte, tu ataque es excelente, incluso puede que seas más buena que yo en ello, pero eres muy mala en lo otro Roja.
-¿Enserio crees que soy mejor que tu atacando?
Amelia me miraba abriendo muchos sus ojos, era como ver un gatito impresionado por algo, lo que me resulto tierno, y tuve que mirar a otro lado.
-Si, pero no deberías quedarte solo con eso, mira tu cuerpo, incluso hasta Gran se intenta preocupar por el suyo, si no haces algo con eso un simple cuchillo en una pierna será de lo menos que tendrás que preocuparte.
-Es lindo que te preocupes por mi, me hace acordar un poco a cuando jugábamos de niña cerca de ese poso.
-Nunca dije que estuviera preocupada Roja. - dije avergonzada.
-Por lo que veo también sigues siendo poco honesta Lay, pero descuida pude moverme lo suficiente para que el puñal no dañara ningun punto vital, con un poco de sutura estará como nueva. - Dijo muy sonrientemente.
Seguir intentando convencer a Roja que empezara a entrenar su defensa, pero no habia caso, además me estaba costando mucho pensar con ella, cada vez que me descuidaba me perdía un poco en ella, eso era algo que tenia que evitar que sucediera.
Apenas llegue lo primero que hice fue llevarla donde Helen, algo que normalmente debería ser normal, pero cuando abrí su puerta de su lugar de trabajo sin tocar, me tope con una escena no muy vergonzosa, Helen estaba echándole una especie de enguanto a la vagina de una de las chicas del local, cosa que fue incomodo tanto para mi como para Amelia. Helen, y la otra mujer ni se inmutaron por interrumpirlas, Hel miro a Amelia, despacho a su compañera de trabajo y nos atendió, limpio la mesa donde estaba la mujer, y le dio paso a que Amelia se recostara, comenzó a limpiarles las heridas, donde me pedía que tocara la puerta antes de entrar, cosa con la que me disculpe.
-Te ves algo extraña Lay, tu comportamiento es algo distinto, diría que estas nerviosa.
-Yo nerviosa, no Hel no te equivoques.
Si lo estaba, por alguna razón quería quedarme con Amelia a conversar, pasar más tiempo con ella, pero no debía hacerlo, alejarme de ella seria lo mejor para dejar sentir este sentimiento que me molestaba.
-Tengo que reportarle algo a Gran, la dejo en tus manos Helen.
-Si no hay problema... Gran esta en el mirador escondido que esta en el techo, habla con Felia para que te lleve con él, si no mal recuerdo estaba conversando con tu padre.
Agradecí a Helen, y me fui a ver a Gran.
El lugar en el que llevábamos con Willfest un rato era bastante hermoso, se lograba apreciar toda la ciudad desde este punto, habian construido una pérgola que estaba adornada con varias plantas que me asombraban que pudieran vivir aqui.
-¿Entonces quedas conforme con mis respuestas Gran?
-A medias Will, pero al menos puedo comprender un poco la situación, pero me molesta que no me cuentes sobre mi propio apellido.
-A mi me llama mucho más la atención que no sepas de tu propia historia Gran, pero ya te lo dije no puedo hablarlo por juramente, si quieres saber de eso tendrás que hablar con él.
-Tendré que hacer eso entonces Will, eso hare.
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