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Conflicto interno

Abrí los ojos por un segundo no sabia donde estaba, pero el olor a incienso de la habitación y el dulce olor del perfume de mi compañera me hizo recordar, me sentía bien, de hecho, el cuerpo estaba muy relajado, pero a la vez me sentía muy conflictuado por dentro, todo fue muy agradable, no que mierda digo, ella sabia muy bien lo que hacia, todo fue muy placenteramente fantástico, pero mi conflicto era que ni siquiera con mis parejas pude a llegar a sentir este placer, pero no acabo de hacerlo con una persona que no es Hero, aunque pense en ella toda la noche mientras estaba vendado.

-Tranquilo, relájate, descansa, no digas nada, shhh. - Dijo muy dulcemente

Me compañera que no me sabia su nombre me estaba acariciando el pelo desde que me desperté, mientras con su otra mano me daba pequeños masajes en la frente.

Me levante un poco, lo suficiente para quedar sentado sobre la cama, ella me abrazo en el acto, cosa que seguía siendo muy agradable, ella hacia sonidos con la garganta, como pequeñas explosiones de aire, o tal vez unos pequeños gemido, en realidad no sabia lo que era, o como explicarlo.

-Sabes Gran, anoche me asustaste cuando te viniste dentro de mi casi de inmediato, pero supiste recuperarte bien, pocos hombres me han hecho sentir bien en el sexo, felicidades. - me dijo susurrándome al oído.

Esta chica sabia muy bien como ponerme nervioso.

-Perdona que dude de tu palabra, se que no soy muy bueno en ello, y me dejo llevar fácilmente, pero supongo que es parte de tu trabajo hacerme sentir bien.

Ella me mordió fuertemente el cuello.

-Tú no sabes tratar a las mujeres, pero aunque te cueste trabajo creer, quitando tu primera venida en mi, dejaste que yo tomara el control, y me hiciste caso en lo que te decía, siete de diez Gran, es enserio, aunque espero que si existe otra vez, me gustaria verte tomando la iniciativa.

Ella ahora me tocaba la espalda con sus dedos.

-Creo que me deje llevar un poco. - dijo ella.

-Perdón entonces, anoche te llame Hero, pero ¿Cuál es tu nombre de verdad?

-Si quieres puedo ser tu Hero para siempre. - Dijo con una pequeña risita.

-¡¡No!!, lo lamento no quise ser tan directo, pero no puedes ser ella lo lamento, nadie puede ser ella.

Me sentía hipócrita por decir esto cuando anoche estuve follando con la compañera que tengo acariciándome la espalda.

-Chico enamorado, solo bromeo, me llamo Iris, ninguna mujer podrá quitarte el sentimiento que sientes por esa persona, nosotras solo entregamos placer, pero ten cuidado Gran, el placer suele ser atrapante y muy adictivo.

Ella me dijo todo al oído con un tono sensual, mientras se acercaba a mi boca, y me beso muy lascivamente.

Me quede observándola, incluso me preguntaba cuantos matrimonios tuvo que haber roto esta hermosa mujer que tenia enfrente, físicamente era tal vez sin lugar a dudas la mujer más hermosa que allá conocida, casi rivalizando con la hermosura siniestras de esa mujer que nos ataco hace un tiempo.

-No me mires tanto, tal vez me enamore. - me dijo riendo.

-Perdón, estuve absorto por un segundo.

-Absorto que refinado, y deja de disculparte a cada rato, eres muy tímido, a un consejo, que te sirviera en el futuro, a mi me agrada mucho que me manoseen y chupen las tetas, pero te excediste un poco anoche, me dejaste sensibles los pesones, debes ser un poco más considerado, con quien sea tu compañera de baile.

Esta vez estaba avergonzado, si tenia razón tal vez, me centre mucho en su pecho, además ella me dijo todo mientras se manoseaba un pecho, y termino de darse un ligero peñiscon en su peson.

-Entonces disculpa... quiero ser honesto, no que digo, no es ningún misterio que no se como actuar en esta situación, pero si debo disculparme por si fui muy rudo con tu pecho, anoche solo pensaba en las cosas que quería hacer con Hero, como me dijiste que te llamara por su nombre, me deje llevar.

Ella nuevamente se reía de mi, lo que hacia que me doliera un poco el ego, aunque no sabia porque.

-Chica con suerte supongo, tienes un bonito dibujo en la espalda, dice "ero", supongo que la H la pronuncias como J, entonces tienes escrito el nombre de tu amada, Hero, que romántico resultaste ser Gran.

Me impresione que supiera leer, no es algo muy común de la época, menos en una prostituta, pero su habitación tenia clase, y las cosas que la adornan, no creo que fuera barata, pero no pensaba decírselo, ya que tal vez podría ser un insulto.

-Gran es hora de separarnos, quiero que pases a que te atienda nuestra curandera, yo también me deje llevar anoche y te deje varios rasguños, suelo ocupar maquillaje así que ve a que te sane o podría infectarse.

-Así que por eso sentía un poco de ardor, si claro por supuesto... gracias por todo... es enserio, es la primera vez que logro disfrutar el sexo de esta manera y fuiste una grata compañera Iris.

De alguna manera se sorprendió incluso se ruborizo un poco, y quito su mirada de rostro, luego sonrió pícaramente.

-Dos cosas antes de que te vallas, la primera es un cumplido, nunca pierdas esa habilidad con la lengua, eso te dio puntos extras, disfrute mucho ahí abajo con ella.

Me puse colorado en el acto, no espere que me digiera algo tan directo, menos que fuera bueno en ello.

-¿Y lo segundo?

-Espero que te hagas responsable, al final te corriste tres veces dentro de mi anoche, así que si me embarazaste no huyas.

Carajo, ni siquiera había pensado en eso, soy un maldito estúpido, que mierda hice, me deje llevar como un tonto, pedazo de mierda, aquí ni siquiera existen los anticonceptivos.

-Descuida por supuesto que me hare responsable si el hijo es mío, yo...

Ella se rio muy fuerte, incluso se agarro el estomago por la risa.

-Te estoy jodiendo Gran, llevo años donde los hombres se vienen dentro mío y nunca me embarazo, creo que los dioses no me quisieron bendecir con la fertilidad de mi útero, así que descuida, tuviste que ver tu cara fui grandiosa, y no me espere que me digieras que te harías responsable del hijo que podrías tener con una simple prostituta... a que divertido, ya vete, enserio la pase muy bien contigo, espero que vuelvas a mi un día de estos.

Me sentí muy aliviado cuando dijo que todo era una broma, aun así tengo que tener cuidado si vuelvo hacer una estupidez como esta, y si de algo estoy seguro, es que estoy extremadamente molesto con Lay.

-No prometo nada, pero gracias fue una gran noche...

Me di cuenta que colgando del cuello tenia aun el pedazo de seda con el que me vendo los ojos, pero estaba segura que me lo quite anoche... no importa.

-Te devuelvo tu... ¿ropa?

-Tranquilo es un regalo con mi perfume para que me recuerdes.

-Gra...cias- dije con algo de calentura.

Me vestí rápidamente, y me fui de su habitación.

-Dobla a la izquierda por el pasilla la habitación de al fondo es donde tratamos heridas y enfermedades Gran, y enserio espero que vuelvas.

-Te lo agradezco, ten un buen día,,,

Lo ultimo que escuche fue que nuevamente se hecho a reír.

Seguí por el camino que me dijo, me quede pensando en algo que me dijo sobre la tela, lo deje con mi perfume, pero debería sentirlo hasta acá, decidí acercarme a la cara para olerlo... esto huele...

Me altere un poco, y lo guarde automáticamente en el bolsillo de mi pantalón.

Llegue a la puerta que Iris me dijo estaba cerrada, así que decidí golpear mientras me arreglaba la ropa que me puse apresurado.

-¿Quien es?

Esa voz me es conocida.

-Iris me envía para que sanen los rasguillos en mi espalda.

-No de nuevo, esa ninfomana nunca se controla, siempre le digo que intente... Ahhh.

Ahora estaba muy seguro de que si reconocía esa voz, pero aun no me venia a cabeza la persona.

-Que me haga trabajar tan temprano esa miserable, voy a empezar a cobrarle por cada paciente que llegue por culpa de ella... Dame un momento estoy cambiándome de ropa.

Se escucho uno que otro ruido, parase que también estaba ordenando el lugar, me era algo extraño estar hablando detrás de una puerta con alguien que estoy seguro que conozco.

-¿Donde deje esa cosa?, el vinagre esta ahí.

Ahora la situación me parecía hasta cómica.

-Disculpa voy enseguida, espera un poco más.

-No hay problema, espero con calma. - dije de tras de la puerta.

Ahora ella había comenzado a tararear un melodía... una melodía que conocía muy bien.

-Esa voz, con esa canción no me digas que es...

Justo como había pensado, me abrió la puerta, y la mujer se quedo helada viéndome, yo no pude evitar hacer los mismo.

-Puedes pasar... Gran...

-Helen...

Sus ojos pasaron del desconcierto, a uno de pena, y por algún motivo ahora me sentía mucho peor con mi conflicto interior.