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Abatido

-Como que mi papito y mi hermano fueron sentenciado a morir, no eso no puede ser, papi y Roy siempre han servido al rey correctamente debe ser una mentira, no todo lo debe a ver planeado ese hombre asqueroso, el que me toco... Gran debes decirle eso al rey.

Las palabras de Mirian eran dolorosas de escuchar, sumado que desde que me senté un mundo de cansancio se vino encima mío de golpe.

-Mirian tranquilízate, no permitiré que les suceda algo, y eso es lo otro desafié al Rey Eduardo a un duelo...

Ni siquiera me dejaron continuar cuando dije eso, Roja me comenzó a decir que era un estúpido por haber hecho eso, Helen también dijo lo mismo preocupado por mi, Lay también expreso su desacuerdo, pero Mirian me miraba con mucha atención, intentando no llorar.

-Dejen que termine de hablar, adema salió bien, si gano el duelo no van a ejecutar ni a Willfest ni a Roy.

-Gran eso es ¿encerio?, dime que no mientes para no preocuparme.

-No te miento Mirian, pasado mañana tengo que enfrentar a Sir Arthur, descuiden...

A excepción de Mirian que me miraban con ilusión, tanto Roja, como Helen me miraban mucho más preocupadas que antes.

-Gran de todos los que tenia que enfrentarte, idiota, incluso Finley le a hecho el quite de enfrentarse a Arthur porque sabe que no puede derrotarlo, y se que lo que digo ahora esta mal, pero ni siquiera te veo derrotando a mi cuñado.

-Si Hel esas palabras no me ayudan en nada, de hecho me duelen, pero se que hay un mundo de distancia entre él y yo, yo mismo lo vi luchar, lo que no me esperaba que Lay me digiera que es incluso mejor que Willfest.

-Eso es por qué lo es en el torneo de hace 3 años Sir Arthur le gano sin mucho problemas en la final a Sir Willfest, aunque claro el esta más viejo, pero aun así debió haber durado mucho más con él, pero no fue así, le tomo tres movimientos derrotarlo. - Dijo Roja mirándome con lastima.

Tal vez si estoy en más problemas de lo que creía.

-Ya cambiemos este ambiente, Mirian descuida traeré a tú padre y a Roy intactos... aunque, debes saber algo, si yo gano, tanto tu hermano como Willfest perderán todo su honor, básicamente su apellido caerá en desgracia, ellos dos deberán servirme a mi, ese es el trato, además tendremos que participar en la guerra de la pradera. - Dije girándome hacia Helen con eso ultimo.

Ella me miraba sufriendo, algo que no quería provocarle.

-Tranquila Hel, te aseguro que no tengo ni la más mínima intención de luchar con Finley...

Mirian se lanzo a abrazarme.

-Prométeme que los traeres devuelta, te juro que te tratare bien, seré mejor educada con todos, yo no quiero perderlos como perdí a mi madre.

Mirian se largo a llorar, y eso que me dijo, por desgracia me hizo recordar cuando perdí a mi madre cunado era niño, lo que hizo me cayeran un par de lagrimas. Abrase a la pequeña Mirian porque comprendía por lo que estaba pasando, además ella necesitaba un abrazo y yo también lo necesitaba.

-Descuida los traeré de vuelta, al final también son mi familia ¿no es así Mirian y Lay?

Lay nos abrazo a los dos.

-Por su puesto que eres de nuestra familia Gran, sobre todo mía. - Dijo Lay.

-No es que quiera interrumpir su momento, pero Gran no te ves muy bien, te noto mala cara.

Solo estoy algo cansado Hel... muy cansado en realidad. Dije mientras aun estaba abrazado con las chicas.

-Gran tú no as descansado desde la torre ¿cierto?. - Pregunto Lay.

-Creo que no. - dije mientras sentía pesado los parpados.

Helen se levanto, me agarro de la mano.

-Dejen lo llevare a la cama para que descanse, luego podemos seguir hablando con él.

Le dije a Hel que no encontraba buena idea de ocupar la cama de Felia para que duerma, pero ella básicamente quería estar a solas conmigo, así que ella se sentó el cabecera de la cama, y yo me recosté sobre sus piernas, estuvimos un buen rato en silencio, hasta que entre sus caricias logre quedar dormido.

Volví abrir los ojos, yo seguía sobre las piernas de Hel, eso creía.

-Ya despiertas cuervito.

Esa voz me hizo levantarme de golpe, estaba en medio de un extraño bosque.

-Morrigan... ¿Cómo?

-Shhh, silencio, esta muriendo Gran. - Dijo Morrigan con una sonrisa macabra.

-¿De que hablas? - dije asustado.

-No as descansado Granet, revivir a Lay consume mucho energía, y ocupamos la tuya, tienes que descansar, pero creo que no vas a poder hacerlo, veo muchos conflictos en tu futuro, así que te traje aquí... aunque, veo que no as perdido el tiempo, se ve una mujercita muy amable, pero lastima que tu corazón no le pertenece, le vas a romper el corazón en pedazos Gran, como una amante que pierde la cabeza.

-¿Eso es lo que le pasara a Hel? - pregunte preocupado.

-No puedo creer que de todo lo que te dije solo pensaste en ella, debes tenerte a ti mismo más encuneta Gran, pero no es mi opinan solamente, puedo equivocarme... pero más importante, dime que piensas hacer contra Arthur el traidor.

-¿Traidor?

-Ups... hable de más, solo olvida eso, ¿Qué piensas hacer?

-Enfrentarlo, tal vez hacer alguna que otro artimaña, para tener algo que me de la ventaja, y rogar a que me menosprecie.

Morrigan se reía muy complacida, ella paso uno de sus dedos por encima de mi nariz.

-Me agradan mucho mis cuervitos que aun les falta experiencia, pero no creo que resulte eso esta vez, pero deja darte un consejo envuélvete en tu odio, eso te dará una ventaja, abre tus alas, abandona tus miedos... tienes algo que ya muy pocos tienen, aprende a ocuparlo Granet.

Me intente sentar, pero el cuerpo apenas lo movía, me sentía tan duro como una piedra, el solo hecho de pensar era algo muy cansador.

-¿A qué te refieres con que tengo algo que los demás no tienen?

Morrigan acaricio mis orejas que terminaban en punta por una rara condición genética, aunque se veían casi normales a expresión de eso.

-Eso debes descubrirlo tú querido, no puedo darte todas las respuestas, pero tengo mucha fe en ti, tanto que me molesto en ver como estas, además preparo un regalo muy especial para ti, así que no mueras con Arthur, cumple eso, unas cositas más y te aseguro que te encantara mi sorpresa.

-Lo qué tu digas Diosa loca... disculpa no quise insultarte.

-Insultarme... no querido para mi fue un cumplido, loca por el amor, loca por los amante, loca por una buena guerra, solo pensar en esas cosas siento un placer que recorre todo mi cuerpo, y tú potencial Granet, tu puedes cumplir el mayor de mis deseos, así que vive.

Morrigan se acerco a mi, ella me beso, sin que pudiera moverme, sin parar de comerme la boca, rajo mis ropas descubriendo mi pecho, yo quería oponerme, pero no pude, y cada segundo sentía como el placer iba tomando mi mente,

Recuerda, tengo un muy buen regalo para ti, solo vive, por esta vez el odio es la clave, mi cuervo.

Ella volvio a besarme, mientras jugueteaba con su lengua con la mía, pero este pseudo placer, se convirtió en miedo, la mano de Morrigan se envolvió en unas llamas azules y moradas con ello atravesó mi pecho cosa que fue extremadamente doloroso, sentí como agarro mi corazón mientras el fuego me quemaba desde adentro.

-Descansa hasta tu duelo...

Desperté como si me hubiera estado ahogándome por mucho tiempo, deje que el aire llenara en mis pulmones, por alguna razón escuchaba a Helen llorar, y alguien me aparataba muy fuertemente la mano.

Bruscamente lleve ambas manos a mi pecho descubriéndome la ropa para ver si tenia alguna herida por donde Morrigan me habia atravesado en el sueño, peor no tenia nada.

-Gran dime que estas bien, no estabas respirando, pensábamos que estabas muerto, yo.. idiota no vuelvas hacer esto.

-Mi señor... ¿Gran, te encuentras bien?, ¿dime que estas bien?

La iluminada habitación, ahora estaba cubierta en sombras, era de noche, lo que significaba que habia estado durmiendo todo este rato.

-Disculpen no entiendo nada, que sucedió, por que lloran, ¿Hel, y Lay?

-Habías dejado de respirar hace horas, pensábamos que estabas muerto tonto, no me preocupes así cuando nosotros... perdón yo... - Dijo Helen desesperada

El cuerpo me dolía demasiado como si me estuvieran desgarrando por dentro.

Lay quería decirme cosas, eso se notaba en su cara, pero por algún motivo no lo hacia.

Agarre la mano de Hel para darle un beso.

-Tranquilas estoy bien... eso creo, solo muy cansado... Hel puedo pedir un té si no es mucha la molestia, tengo mi garganta muy seca...

Hel me besaba, y lo hubiera disfrutado, pero en ese momento aun tenia el recuerdo del beso de Morrigan cosa, que hizo que no pudiera concentrarme en Helen.

-Si, yo te traigo algo... solo... Lay dime si sucede algo, luego de que tomes el té voy a examinarte Gran, lo que sucedió no es normal.

-Gracias Hel te lo agradecería mucho, perdón por hacerte sufrir... yo no tengo idea en realidad que sucedió.

-Descuida, iré hacerte el té, cuídamelo.

Lay asiento, espero que se retirara de la habitación.

-¿Ahora cuéntame que paso Gran?

-Me esta asustando un poco lo perceptiva que estas siendo conmigo Lay...

-Cuando estabas digamos que inconsciente, sentí una presencia sobre mi, algo... como describirlo muy bellamente siniestro.

-Era ella... Morrigan, yo estaba muriendo, o lo estoy, me dijo que no he descansado desde que te reviví, y eso por el desgate que significo traerte de vuelta, me esta destrozando.

Mi ligada amiga me miraba con mucha preocupación.