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Capitulo 38: Puerto Muerto

Poco a poco, el color verde amarillento ceroso de su piel se fue lavando.

Su mandíbula lucía como si se le hubiera quitado una capa de carne al tiempo que despegaba algo que Wen Kexing nunca había visto antes, y así fue que se reveló un perfil afilado, que parecía haber cincelado por un cuchillo.

Wen Kexing contuvo el aliento inconscientemente, observando cómo con sus hábiles dedos se quitaba el disfraz de la cara.

A diferencia del joven maestro en la ciudad de Luoyang que tenía una cara sonriente tan bonita como una flor, o la popular belleza del burdel en Dong Ting, esta era la cara de un hombre, donde no había color sino blanco y negro: sus mejillas pálidas y demacradas, sus labios tan delgados como una línea y sin sangre, los huecos debajo de sus cejas profundos y sus gruesas pestañas cubriendo a medias sus pesados y sorprendentes ojos; ojos profundos ricos en tinta.

Sí, en ese instante, Wen Kexing sólo pudo pensar en tal descripción: ojos profundos ricos en tinta.

En esos ojos parecía haber un negro unificado que no se desvanecería; sólo cuando el ángulo cambiaba, un reservado brillo apenas fluía sobre ellos.

De repente descubrió que incluso si la otra persona había mantenido su disfraz durante toda su vida, en su propia mente, siempre estaba imaginando que Zhou Zishu debía verse así.

Al ver ahora que era realmente idéntico a lo que había imaginado, era como si... lo hubiera conocido por mucho, mucho tiempo.

Wen Kexing tragó involuntariamente, abriendo la boca para decir: —A-Xu...

Zhou Zishu hizo un distraído "Mn" de reconocimiento, limpiando el último trozo restante del disfraz en su rostro.

Después de usar esa cosa durante tanto tiempo, casi había pensado en ella como su propia cara, y limpiarse todo tan repentinamente lo puso un poco en su lugar.

Originalmente, tenía la intención de vivir con esta cara, pero ¿Quién hubiera sabido que esta cosa llamada problema lo seguiría como una sombra? ¿Esto significaba que tendría que cambiar las máscaras cada dos o tres días a partir de ahora?

Al instante volvió a estar de mal humor.

Mojando sus labios, Wen Kexing murmuró: —¿Alguna vez mencioné… que realmente me gustan los hombres?

Zhou Zishu lo miró brevemente con una expresión que transmitía "Mierda,¿Realmente crees que no lo sé?".

Luego, como si hubiera pensado en algo, sacó una máscara de piel humana de su túnica y se la lanzó a Wen Kexing, instruyendo,

—Si no quieres seguir teniendo problemas, póntela.

Esa máscara de piel humana era de gran artesanía, y si hubiera sido en cualquier otro momento, Wen Kexing aún la habría examinado con gran interés.

Ahora, sin embargo, ni siquiera la miró, sólo observó con insistencia a Zhou Zishu.

Su tono fue severo y serio mientras decía: —¿Es éste tu intento de seducirme?

Después de haber vivido tanto tiempo, Zhou Zishu se percibía a sí mismo como un hombre de pies a cabeza, y nunca había experimentado a otro hombre coqueteando con él con una mirada tan lujuriosa y un tono tan serio.

Era de la opinión constante de que si Wen Kexing no tenía ningún problema con su vista, entonces debía ser un problema con su corazón, ya sea que tuviera un par de agujeros o simplemente que estuviera demasiado abierto.

De lo contrario, ¿Por qué renunciaría a molestar a esas lindas muchachas y muchachos que andan por las calles, a favor de acosarlo específicamente para disgustarlo como parte de su entretenimiento?

Por lo tanto, lo ignoró, extrayendo otra máscara de piel humana para ponérsela mientras seguía caminando.

Al ser testigo de la transformación de un hombre guapo en un hombre de mediana edad de aspecto desordenado y ojos oblicuos como el gran cambio del cielo y la tierra, Wen Kexing sintió que sus entrañas daban un salto mortal y anhelaba desesperadamente hundir su cara en el agua y limpiarse los ojos.

La vista frente a él fue catastróficamente trágica, y gritó: —¡Lastima demasiado los ojos, cámbiala por otra!

Mientras hablaba, extendió una mano para hacerlo por él, ayudándolo a arrancarla.

Pensando que estaba haciendo un escándalo a propósito, Zhou Zishu inclinó la cara hacia un lado y evitó su mano.

Pero Wen Kexing, terco, lo persiguió persistentemente, y así, bajo la condición de una amenaza externa eliminada temporalmente, los dos que acababan de unirse contra fuerzas enemigas, reanudaron su lucha y comenzaron a intercambiar golpes aquí y allá.

Zhou Zishu lanzó un puño hacia la clavícula de Wen Kexing, pero Wen Kexing no lo evitó ni lo esquivó.

Sin tener la intención de paralizarlo realmente, Zhou Zishu movió bruscamente su puño dos pulgadas hacia un lado, rozando el hombro de Wen Kexing, así que éste aprovechó la oportunidad para agarrar su brazo y decir con una amplia sonrisa: —Hey, discutamos algo. Veo que también eres soltero, así que ¿Qué tal si nos juntamos tú y yo?

Cuando hablaba, siempre tenía esa sonrisa descarada; sus ojos siempre se curvaban, como si estuviera evitando a propósito que otros leyeran la mirada en sus ojos, o como si estuviera evitando deliberadamente que otros supieran si realmente lo decía en serio o no.

Entonces Zhou Zishu preguntó, molesto: —¿Para qué te querría?

Wen Kexing se acercó a él, levantó la mano de Zhou Zishu hasta la altura de su propia mandíbula y la acarició suavemente con la punta de la barbilla.

Luego esperó a que Zhou Zishu le arrebatara la mano, mientras la piel de gallina se levantaba por todo su cuerpo.

Le quitó la máscara de la cara a Zhou Zishu y la tiró hacia un lado, bajando la voz para preguntar: —¿Qué piensas?

Zhou Zishu puso los ojos en blanco y miró inexpresivamente a Wen Kexing por un momento antes de comenzar a reír.

Las regiones pálidas de su rostro eran demasiado blancas, las regiones llamativas demasiado profundas, siempre dando una impresión de corazón frío.

Fue sólo cuando se rió que su ceño se relajó, aparecieron líneas en las comisuras de su boca y un color tenue apareció en sus pálidos labios; por alguna razón desconocida, se mostró un poco adorable.

Siguiendo el ejemplo, este hombre adorable también bajó la voz y le preguntó en respuesta con una pausa después de cada palabra: —¿Quedarme contigo para poder matarte por algo de carne cuando llegue una hambruna?

Cuando su voz tan baja como un murmullo sonó en su oído, el cabello de Wen Kexing se erizó; incluso antes de que pudiera saborear finamente lo que Zhou Zishu había dicho, sufrió una fuerte patada, su rodilla debilitada casi lo arrojó de bruces al suelo.

Zhou Zishu se alejó de él, tomando otra máscara de piel humana para ponerse; ésta, más fea que la anterior, era lo suficientemente desagradable como para enfadar a los cielos.

Se alejó con aire de suficiencia.

Mientras estos dos viejos maestros coqueteaban despreocupadamente, Zhang Chengling estaba sentado solo en los escalones, contemplando la vida.

No sabía lo que había pasado; cuando finalmente recuperó el sentido, Gu Xiang lo agarró y lo arrastró a un lado.

Inmediatamente después, sangre tibia le salpicó la cara y los gritos explotaron a su alrededor.

En la cara bonita de Gu Xiang había una expresión asesina, la daga en su mano goteaba sangre.

A sus pies estaba la mano del músico vestido de negro que había estado caminando y tocando su instrumento... y las dos mitades de una serpiente venenosa pequeña, con diseños brillantes.

Con una cara pálida y espantosa, el músico saltó por la ventana y huyó.

Sabiendo que ya no era seguro permanecer en este lugar por mucho tiempo, Gu Xiang arrastró a Zhang Chengling y le dijo a Cao Weining: —¡Vamos, salgamos de aquí!

Justo cuando terminó de hablar, unos diez hombres vestidos de negro surgieron de la nada, cada uno de ellos armado con un gancho: ¡Había llegado el segundo escuadrón suicida de los Escorpiones Venenosos!

Todos en la taberna, incluido el camarero, se retiraron antes de que la situación empeorara, sus comidas no fueron pagadas por la prisa.

Cao Weining preguntó en un solo suspiro: —¿Qué está pasando? ¿Por qué aparecieron estas personas de repente? ¿Qué van a hacer?

Agarrando la daga en su mano, Gu Xiang inspeccionó lentamente a los Escorpiones Venenosos.

Sintiendo que sus palmas sudaban un poco, giró su daga en un ligero arco, lamentando internamente la situación.

Se habían encontrado con el escuadrón suicida de Escorpiones Venenosos ahora, de todos los tiempos posibles; era fácil matarlos, pero ¿Y si algo malo le sucedía a este pequeño cachorro mientras lo cuidaba? Con el estilo de su Maestro de hacer las cosas, ¿No la desollaría viva?

Los Escorpiones Venenosos también parecían ser cautelosos con Gu Xiang, acercándose lentamente desde todas las direcciones.

Por el rabillo del ojo, Gu Xiang vio a Cao Weining con una expresión aturdida, y a Zhang Chengling, que visiblemente no tenía capacidad de lucha, y se sintió irremediablemente cerca de la muerte.

Este era el momento más desafortunado de toda su vida.

Entonces le dijo a Cao Weining: —¿Lo olvidaste? Los guerreros suicidas de los Escorpiones Venenosos quieren matar a este niño.

Cao Weining dijo "Ah", mientras recordaba que los asesinos que habían atacado el Monte de la familia Gao también estaban vestidos así.

Al instante levantó la guardia.

Blandiendo su espada, le dijo a Zhang Chengling: —No te alejes de mi lado.

Las finas cejas de Gu Xiang estaban fruncidas. Decidiendo atacar primero para controlar mejor la situación, reunió un montón de armas ocultas en su mano y las arrojó como si no le costaran nada.

El encuentro comenzó... Zhou Zishu sospechaba que Gu Xiang era "Peligro Púrpura del Valle Fantasma"; esta doncella era joven, pero tenía muchas tácticas, y su habilidad marcial era indudablemente fuerte.

Por otro lado, aunque el talento de Cao Weining en poesía y canciones hacía que le dolieran un poco las pelotas, era, después de todo, el discípulo más sobresaliente de esta generación en la secta de la Espada Qingfeng, aunque nunca se había comprometido con el entrenamiento de kungfu sólo porque escatimaba en la lectura.

Formando equipo, su destreza combinada era realmente fuera de lo común; incluso si los oponentes fueran los guerreros suicidas de los Escorpiones Venenosos, aún podrían pelear dando todo de sí.

Sin embargo, estaban condenados, porque aún tenían que proteger a un pequeño peso muerto llamado Zhang Chengling.

En toda su vida, Gu Xiang nunca había tenido una desventaja semejante mientras cometía un asesinato; ocupado por un guerrero suicida, Cao Weining, con la guardia baja, dejó que otro guerrero pasara por su lado y se lanzara sobre Zhang Chengling.

Bajo presión, Cao Weining agarró a Zhang Chengling y lo arrojó contra Gu Xiang.

Con un "Aiyo", Gu Xiang lo atrapó, pero aún así era una persona que pesaba poco menos de 50 kilos; el impulso la aturdió durante tres o cuatro pasos, y le costó un poco de esfuerzo mantenerse firme.

Al mismo tiempo, apuñaló a muerte a un Escorpión Venenoso que casi había atrapado su cabello con un gancho, y un arma oculta brotó de la punta de su zapato hacia el estómago de otro.

Este último no murió instantáneamente, aún persistente; con otra puñalada suplementaria de ella, finalmente fue a encontrarse con el Dios de la muerte.

El resplandor de las cuchillas y el destello de las espadas zumbaron sobre la cabeza de Zhang Chengling y más allá de sus orejas; de vez en cuando, sospechaba que parte de su cuerpo había sido cortado, y tenía que extender una mano para sentir si todavía estaba allí, para después tener que sufrir que Gu Xiang y Cao Weining lo arrojaran como un saco de yute.

Girando por el aire, estaba mareado sin medida.

Para cuando se detuvo temporalmente el caótico encuentro, el dobladillo de los pantalones de Gu Xiang ya estaba teñido de rojo por la sangre de sus oponentes, y la herida de un gancho sangraba en su cintura.

Afortunadamente, ella había esquivado lo suficientemente rápido, de lo contrario la pequeña belleza se habría convertido en dos mitades.

Su cara bonita había perdido todo color, y Cao Weining, extremadamente desaliñado, no estaba mejor.

Era como si fueran las únicas tres criaturas vivientes que quedaron en este lugar.

Gu Xiang ordenó decisivamente: —¡Vámonos ahora! De lo contrario, habrá más problemas, ¡Rápido!

Cao Weining y Zhang Chengling se miraron.

Aunque el problema había pasado, se estremecieron al pensar en lo que acababan de experimentar y se fueron con ella.

En ese momento, un gemido vino desde la esquina de la pared; Zhang Chengling giró la cabeza para ver a ese viejo mendigo saliendo del montón de cadáveres, que casi se había orinado en los pantalones por el miedo.

El cuenco astillado que contenía las monedas de cobre cayó al suelo, y estas se dispersaron, empapándose de sangre.

El viejo mendigo ni siquiera podía ponerse de pie, su voz cambió de tono mientras gruñía, temblando: —¡A-asesinato!

Cao Weining era, después de todo, de una secta ortodoxa influyente, y había sido educado con las cuatro virtudes cardinales desde que era un niño.

Frunciendo el seño, sintió que era terrible de su parte haberle causado problemas a esta persona mayor debido a su negligencia.

Entonces fue a preguntar: —Mayor, ¿Está herido?

Ese viejo mendigo levantó la cabeza para mirarlo con ojos desenfocados.

Medio segundo después, pronunció: "Ah...", como si sus palabras le hubieran asustado.

Zhang Chengling también se acercó a él y le dijo en voz baja: —Abuelo, debería huir rápidamente, los malos vendrán pronto.

Recientemente le había dado al viejo mendigo una moneda de cobre, y el otro todavía lo reconocía, dijo: —¡Aiyo, aiyo, alguien ha muerto! —mientras agarraba el codo de Zhang Chengling.

Con la vista fría, la mirada de Gu Xiang se endureció de repente y, como un rayo, se abalanzó y su daga se deslizó hacia abajo para cortar el brazo del viejo mendigo.

Horrorizado, Cao Weining gritó: —¡A-Xiang, no!

Pero fue demasiado tarde.

La daga en la mano de Gu Xiang se dirigió hacia ese anciano con un poder explosivo; como si estuviera asustado, el viejo retiró su mano.

Él fue lo suficientemente rápido, pero Gu Xiang no le dio esa oportunidad, cambiando bruscamente los movimientos, y enviando su daga hacia arriba con un revés, se la hundió en el cuello y la clavó en la aorta.

La sangre brotó a dos pies de altura.

Cao Weining y Zhang Chengling miraron con los ojos muy abiertos a esta chica bañada en sangre "Una Asura¹ en vida" completamente atónitos.

Sin expresión, Gu Xiang arrancó la daga del cadáver del anciano y, casualmente, levantó una manga para limpiar la sangre de su rostro.

Levantando la mirada, vio las expresiones ligeramente temerosas, horrorizadas e incluso inescrutables en los rostros de ambos, y preguntó: —¿Qué?

Cao Weining señaló el cadáver del anciano, con la lengua en nudos mientras tartamudeaba: —Él... él era sólo... sólo un viejo mendigo, tú... lo mataste...

La mirada en los ojos de Gu Xiang se enfrió en un instante. Sin explicarse, se volvió para envainar su daga, levantó a Zhang Chengling y se fue.

Sin embargo, Cao Weining la alcanzó con cautela.

Un momento más tarde, murmuró, refunfuñando con sus palabras: —No quise decir eso... A-Xiang, no estoy diciendo que estés equivocada, Yo... tampoco creo que tú asesines al azar. Es sólo que, ¿Y si te equivocas? ¿Qué pasa si es un viejo mendigo ordinario? ¿Qué pasa si... te das cuenta de esto en el futuro? Me preocupa que te sientas triste por esto.

Gu Xiang detuvo sus pasos casi imperceptiblemente.

Estuvo en silencio por un momento, antes de decir bruscamente: —Tonterías, ¿De qué tengo que estar triste?

Cao Weining suspiró ligeramente, diciendo: —Siempre es triste, es sólo que no estás consciente... —suspiró— Vámonos rápido, no sabemos a dónde fueron Zhou-xiong y Wen-xiong, y si otro grupo de Escorpiones Venenosos llega, ¡Serán otros los que se sientan tristes por nosotros!

Gu Xiang hizo un puchero y permaneció en silencio, pensando: este Cao Weining... a pesar de que es un poco tonto, en realidad es una persona decente.

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[1] En el hinduismo, las "Asuras" son un grupo de deidades sedientas de poder y en constante guerra, consideradas a veces demoníacas o pecaminosas.