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Capítulo 8: Primera Cita

Capítulo 8: Primera Cita

Narra Mía

La ceremonia había terminado y aunque había felicidad en el ambiente, yo me sentía triste al ver a los padres abrazando a sus hijos. Sin embargo, mi ánimo mejoró cuando Axel se acercó a mí.

- ¿Cómo estás? – me preguntó.

- Bien – respondí cortante.

- Sé que es un momento difícil para ti... pero aunque no estén físicamente, tus padres viven en tu corazón – dijo Axel tratando de reconfortarme.

No pude evitar sonreír.

- Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre logras sacarme una sonrisa – le dije.

Pasamos horas conversando y sin darme cuenta, pasó una semana. Estaba en casa jugando con mi hermano Manuel cuando recibí un mensaje de Axel. ¡Qué sorpresa!

"Mi querida alumna, me gustaría que saliéramos a una cita, solo nosotros, tú y yo disfrutando de una noche magnífica. ¡Te amo! Con cariño, tu querido director"

¿Querido director? Fue inevitable no sonreír. ¿Qué ocurrencias tendrá este hombre? ¿Qué tendrá que me atrae hacia él como si fuera un imán irresistible? No lo pensé dos veces y le contesté.

Narra Axel

Recibí una respuesta emocionada de mi alumna de ojos luminosos.

"Acepto ir a esa linda cita con usted, será hermoso, y no me importa que sea de noche. ¡Estoy emocionada! Me gusta tanto. Con cariño, su querida alumna."

Esperé su respuesta ansioso, deseando que todo saliera bien para nuestra cita.

Esta chica lograba hacerme sonreír con solo pensar en ella. Estaba a punto de escribirle de nuevo cuando recibí otro mensaje.

"Tengo que encontrar a alguien que pueda cuidar a Manuel", decía el mensaje.

Narra Mía

Estaba preocupada por quién podría cuidar a mi hermano cuando recibí un mensaje de Axel.

"Tengo una idea de quién puede cuidar a tu hermanito", decía el mensaje.

"¿De verdad? ¿Quién?", pregunté ansiosa.

"Mi hermana, lo cuidará bien... tráelo a mi casa", respondió.

"¿Tu hermana? ¿Y ella sabe que tendremos una cita?", pregunté preocupada.

"No... pero le inventaré algo", dijo Axel con seguridad.

"Está bien, confío en ti", respondí.

"Eso es lo que quiero escuchar", dijo Axel con una sonrisa.

"Te veo esta noche... mi querido director", dije.

"Estoy ansioso, mi querida alumna", respondió.

Llegó la noche y yo estaba lista, pero también muy nerviosa. No podía evitar sentir mariposas en el estómago al pensar en mi cita con Axel. Esperaba que todo saliera bien y que mi hermano estuviera en buenas manos.

Me puse un vestido rosado pastel que llegaba hasta mis rodillas, con una cinta alrededor de mi cintura y unos tacones bajos. Dejé mi cabello largo y ondulado castaño suelto y usé sombras al tono de mis ojos grises.

Llegó la hora de irme y tomé una mochila para guardar algunos juguetes de Manuel. Estaba nerviosa porque hoy sería mi primera cita con Axel y solo esperaba que todo saliera bien.

"Tranquila, Mía, respira", me dije a mí misma mientras respiraba profundamente para calmar mis nervios. En ese momento, Axel me envió un mensaje diciendo que ya estaba listo para nuestra cita. Sentía que mi corazón latía con fuerza.

"Tía, me voy", dije tomando la pequeña mano de Manuel.

"¿A dónde vas?", preguntó mi tía.

"A cenar con un amigo", respondí.

"Haz lo que quieras, pero no vuelvas tarde", dijo ella.

"No lo haré", dije antes de salir.

No tardé mucho en llegar a la casa de Axel y él me estaba esperando en la puerta.

"Hola", dije entusiasmada.

"Hola... pensé que no vendrías", dijo dándome un beso en la mejilla. "Hola, campeón", dijo alborotando el cabello de Manuel.

Se apartó de la puerta y me hizo un gesto para que entrara.

- ¿Y tu hermana? – pregunté.

- Ya está viniendo – respondió.

Nos sentamos en el sofá y minutos después tocaron la puerta de la casa de Axel. Él se dirigió a abrir.

- Hola, hermanita, te estaba esperando – dijo Axel dándole un beso en la mejilla.

- Hola, hermanito. ¿Para qué me llamaste? – preguntó ella.

- Necesito que me hagas un favor – dijo Axel haciendo un gesto para que entrara.

Ella entró y yo me puse de pie inmediatamente, sonriendo.

- ¿Y ella quién es? – preguntó sorprendida.

Axel se acercó a mí.

- Jessica, ella es Mía, una amiga – dijo sonriendo – y él es Manuel, su hermanito – dijo cargando a Manuel.

- Mucho gusto – dije extendiendo mi mano.

- Un placer conocerte – respondió ella agarrando mi mano.

- Entonces... ¿para qué me llamaste? – preguntó de nuevo la hermana de Axel.

"Tengo un asunto que resolver con Mía y necesito que por favor...", dijo Axel.

"Cuide a Manuel", interrumpió ella.

"Me conoces bien, hermanita", dijo Axel sonriendo.

"Está bien, pero me debes una", dijo ella acercándose a Manuel con dulzura. "Hola".

"Hola", respondió Manuel.

"Manuel", dije poniéndome en cuclillas, "tengo que salir. Te vas a quedar un rato con Jessica".

"¿Vas a volver?", preguntó él con inocencia.

- Claro que voy a volver... y tú mientras tanto puedes mostrarles los juguetes que tienes en tu mochila – dije sonriendo.

- Está bien, te quiero – dijo Manuel con dulzura.

- Yo también te quiero, hermanito – respondí abrazándolo – Gracias – dije mirando a Jessica.

- No hay problema – dijo ella acercándose a Manuel – Diviértanse que nosotros también nos divertiremos... ¿No es cierto, campeón? – dijo haciéndole cosquillas y provocando que Manuel riera a carcajadas.

Salimos afuera y cuando llegamos a su auto, Axel me abrió la puerta del copiloto y él se sentó en el asiento del piloto. Una vez dentro del coche, me dijo:

- Te ves hermosa, amor - y me besó en la frente.

- Gracias, tú también te ves elegante como siempre - lo miré de arriba abajo.

- Te amo - dijo y me besó de nuevo.

Axel llevaba puesto un esmoquin negro con una corbata de moño, su hermoso cabello castaño peinado hacia atrás y sus ojos verdes resaltaban.

- ¿Nos vamos? - preguntó entusiasmado.

- Sí - dije sonriendo como una tonta.

Axel arrancó el coche y comenzó a conducir. Durante el trayecto, le pregunté:

- ¿Se puede saber a dónde iremos?

Axel frenó en el semáforo en rojo, me miró sonriendo y se acercó a mi oído para susurrar:

- ¡Es una sorpresa! - se apartó y me guiñó el ojo. Fue inevitable no sonrojarme.

Después de 20 minutos, llegamos a uno de los cinco mejores restaurantes del país.

- ¡Llegamos! - anunció Axel.

- ¡WOW! ¡No puedo creerlo! - dije sonrojada - Pero no deberíamos comer en un restaurante tan caro.

- No te preocupes, todo esto es para ti, así que no lo rechaces - sonrió.

Estuvimos platicando, riendo y contándonos anécdotas. ¿Quién diría que sucedería un amor tan hermoso y clandestino como el nuestro? Cada segundo que pasaba con él, me enamoraba más y más.

- Me gustaría llevarte a otro lugar - dijo Axel.

- ¿Otro lugar? - pregunté.

- Ven... - tomó mi mano y me llevó a una terraza en el último piso del mismo restaurante. La terraza estaba llena de rosas y en el cielo estrellado apareció un mensaje que decía "Quiero que seas mi novia" y otro que decía "Te amo".

Me quedé completamente muda, solo podía sonreír.

- ¿Qué dices? - preguntó Axel, tomando mi cara con sus manos y provocando que nuestras miradas se conectaran.

- Acepto ser tu novia - dije llorando de la emoción - Te amo.

Axel sonrió mientras secaba mis lágrimas con delicadeza.

- Esperé mucho tiempo para que un "te amo" saliera de tu boca. Yo también te amo - dijo y luego se acercó a mí para besarme.

- Te amo, mi querido director - dije sonriendo.

- Te amo, mi querida alumna - respondió Axel, besándome de nuevo.