—Lo único que podemos hacer ahora es seguir luchando —la voz de Dietrich vino desde atrás de Shawn—. Debía haberme seguido hasta aquí cuando me lancé al campo y tras mi compañera.
—Tiene razón —añadió Landon—. No podemos ir tras ella, pero podemos terminar la batalla aquí fuera. Vamos a darlo todo
—Estoy de acuerdo, necesitamos mostrar a todos estos hijos de puta de los Fae oscuros que vamos en serio —dijo Trevor—. Vamos a aniquilarlos y enviar sus traseros al infierno. Así cuando Trinidad salga de allí, se alegrará de encontrar que la batalla ha terminado.
—Voy a volver a la batalla —me giré lejos del peñasco y hacia los monstruos y Fae que aún estaban luchando en el campo.
—No es tu turno —me recordó Vicente.
—No me importa un carajo. Tomaré el turno de Trinidad en el campo ya que ella no está aquí. Y como vuestro Rey os ordeno luchar conmigo. ¿Se ha entendido? —Podía decir que estaba pasando un poco de mi frustración a él y eso no estaba bien, pero no me importaba.
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