Sin mirar atrás ni una sola vez, Lin Fan siguió avanzando. Una vez que estuvo seguro de que estaba lo suficientemente lejos del resto de ellos, se detuvo.
Instantáneamente, esa solemne expresión suya se convirtió en alegría y regocijo.
Recordando lo que sucedió, Lin Fan no pudo evitar sino estallar en carcajadas continuamente.
Desde esa arrogante entrada que hizo, hasta cómo aplastó a Xin Feng de forma espectacular, especialmente la parte en la que rompió la espada de Xin Feng sin ningún esfuerzo, llevó la atmósfera a un nuevo nivel. Y justo en ese punto culminante, derribó a Xin Feng con un solo golpecito. Oh, se estaba avergonzando solo de recordar estos recuerdos.
Solo había dos palabras que podrían describir esto: Joder, sí.
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