—En realidad lo puedes aguantar hasta ahora. Tienes buenos riñones —mientras Nian Xiaomu dejaba de silbar, ella enarcó sus cejas y observó al caballero que estaba gateando en el piso.
Justo cuando ella estaba a punto de decir algo, se dio cuenta de que Yu Yuehan aún se veía aturdido, a pesar de que sus ojos estaban abiertos.
Él parecía alguien que recién se levantaba y estaba en desconocimiento de todo lo ocurrido anteriormente.
Nian Xiaomu lo observó y pudo detectar si estaba fingiéndolo.
Después, ella recordó que él pareció haber tenido una mala caída justo ahora.
Un ser humano normal no se permitiría colapsar de una manera tan terrible si estuviese consciente.
¿Entonces esto significaba que él de verdad estaba ebrio?
Mientras Nian Xiaomu estaba inmersa en sus dudas, Yu Yuehan se abalanzó hacia ella y la abrazó, en vez de dirigirse al baño.
Él mostró una expresión de confusión como si no supiera quién era ella.
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