Los párpados de Neveah se tornaron pesados, ya le era imposible sostener su mano y así la mano de Neveah cayó de la mejilla de Xenon a su lado.
Lentamente, los ojos de Neveah parpadearon cerrándose y fue en ese momento que el agarre de Xenon en su garganta se aflojó.
Neveah se desplomó en el suelo y una súbita ráfaga de aire invadió su vía respiratoria, Neveah jadeó, tosiendo violentamente mientras sus pulmones inhalaban forzosamente tanto aire como fuera posible.
Neveah jadeaba por aire mientras se sujetaba la garganta, su pecho se elevaba y bajaba visiblemente mientras.
Todo el tiempo, Xenon observaba horrorizado, su mano aún suspendida en el aire y la sangre de Neveah goteando de sus garras que habían perforado los costados de su cuello.
La mirada horrorizada en su rostro reflejaba su incredulidad ante sus propias acciones.
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