La mente de Simyón ya había superado el punto de ruptura; sentía como si su cabeza se estuviera derritiendo, e incluso frente a él, solo podía ver un área de colores moviéndose. Podía escuchar las palabras y más o menos distinguir que alguien había entrado, pero ¿qué tan lejos estaban o incluso dónde estaba él?
No estaba seguro de si ya había muerto, pero solo sabía una cosa: tenía que mantenerse despierto. Sin importar qué, necesitaba asegurarse de que sus ojos permanecieran abiertos; de lo contrario, todo por lo que estaba pasando ahora no tendría sentido.
Recuerdos inundaron su mente de cuando estaba con su hermana. El sentimiento que experimentó en ese momento, donde pensó que la muerte estaba en cada esquina. El sentimiento que tenía ahora mismo.
Fue entonces cuando una voz se escuchó en su cabeza. «Simyón... Te prometo, no importa qué, vas a salir de esto, ¡vas a sobrevivir!»
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