capitulo 1
Narrador
Caminaron un rato, y llegaron a un lugar donde habían muchas casas, pero estás de veian abandonadas, todas estas rodeaban a una mucho más grande.
El Omega olió un poco el aire, y supo que de dentro de esa casa venia el olor a tristeza y miedo que sentía desde hace un rato. Ya sabía lo que había dentro, eran los lobos que sucumbian ante su parte animal, y al estar perdiendo la lucha, soltaban su miedo y desesperación a través de su aroma.
El beta a su lado se quedó totalmente petrificado al olfatear el aire, quedandose a unos metros de la entrada.
El Omega sonrió y empezó a soltar un poco de sus feromonas para empezar a caminar dentro de la casa. Ya dentro de esta, se dió cuenta que todo estaba a oscuras, habían muebles tirados, otros rotos y todo era un desastre en general. Escucho un par de ruidos, y pudo ver a muchas personas amontonarse frente a el. Todas estas personas se veían jóvenes, los identificaba algunos como betas, alfas, gamma y delta, le captó la atención un chico que parecía más jóven, este estaba en una esquina acurrucado, tenía su cabello partido por la mitad en dos colores diferentes, este resultó ser un alfa recesivo. Su mirada estaba totalmente perdida, mientras luchaba contra su lobo interno por mantener el control. El joven, al captar el aroma dulce proveniente de el, lo miro con desesperación, como si le pidiera ayuda para el y su manada.
Le dió un poco de pena, pero quería ver bien el perímetro. Volvio su mirada dónde antes y vio a las personas que se amontonaron en frente suyo, Todos estaban estáticos viendolo, como si estuvieran luchando por no saltar sobre el. Detras de ellos, vio a dos alfas que lo miraban con más detenimiento que los demás, estos tenían los ojos muy rojos, demostrando que estaban por perder el control, pero algo los mantenía anclados al suelo. El Omega sonrió con diversión, pues no esperaba tal sorpresa.
Soltó su aroma fuertemente sobre todos ellos, y estos cayeron al suelo totalmente relajados, respirando agitadamente. Estaban descansando después de haber luchado por tanto tiempo con su parte ánimal.
Por la puerta de la casa entro el chico de lentes, Juan, como le había dicho que se llamaba. Lo vio correr hasta una castaña que identifico como otra Beta.
El chico albino se quedó parado en su lugar y despues de un par de minutos, en los que el se concentro en expandir su aroma por la sala, vio como todos se levantaban lentamente. Cuando todos estuvieron de pie, voltearon inmediatamente hacia el único Omega en la sala.
El beta sonrió nervioso y le hizo una seña para que saliera de la casa en lo que le explicaba a la manada lo que pasaba.
El primero en hablar fue un azabache que tenía un pequeño mechón rubio en su cabello.
- Juan, ¿Quien es ese omega?- pregunto intentando sonar calmado.
- y-yo.
El castaño hiba a hablar, pero no pudo por los nervios.
- ¿Acaso es un enviado de otra manada?- pregunto ahora el otro alfa del lugar, siendo el castaño.
- no lo sé...- dijo con los ojos abiertos de par en par, no se lo había preguntado.
- ¿Eso que importa? Gracias a el estamos a salvo- dijo el chico de cabellos bicolor.
- ¿Sabes los que significa si ese omega es de otra manada?- pregunto nervioso un beta azabache de tatuajes.
- 8cho tiene razón, no importa si nos ha salvado, si es de las manadas que intentan tomar nuestro territorio, estamos perdidos, ya lo metiste aquí, sabe de nuestra situación- dijo un hombre azabache.
- lo se Focus, pero entiendeme, estaba desesperado- hablo rápidamente el castaño.
- primeramente...- hablo una castaña, justo la que estaba al lado del castaño-, ¿Cómo es que te liberaste de tu lobo en primer lugar?.
- el me ayudo- dijo sin dar muchos detalles.
Los demás lo miraron con duda.
- está bien, tal vez yo en el momento lo haya atacado.
- ¿Y aun así nos quiso ayudar? Esto es malo, de seguro es de otra manada. ¿Por qué más nos ayudaria un Omega que fue atacado por uno de los nuestros?- dijo otro chico rubio.
Todos empezaron a murmurar, pero todo quedó en silencio cuando el alfa de mechón rubio hablo.
- por hospedaje... Se aserca el invierno- dijo, volteando a ver al castaño.
- ¡Si!- exlamo como si recordara algo- me dijo que si le permitía quedarse por el invierno nos ayudaría. ¡No es de otra manada!.
Eso pareció relajar a los demás, pero igualmente sospechaban.
- espera, ¿Por qué alguien andaría cerca de nuestro territorio igualmente?- pregunto con el ceño fruncido una delta rubia.
- tal vez el nos pueda responder, es obvio que no podemos sacar especulaciones solamente- dijo lo obvio otra chica beta.
- Nia tiene razon- dijo un castaño al lado de Focus.
- ¡TN!- exlamo el castaño de lentes, pues es el único que se sabía el nombre del Omega por su pequeña charla en el bosque.
Se escucho la puerta abrirse, y por esta entro un albino.
- ¿Me llamaron?- pregunto relajado y con una sonrisa.
Todos se quedaron en silencio para apreciarlo detalladamente. No era incómodo para el albino, pues no eran miradas asquerosas como le dedicaban dónde vivía anteriormente, si no que eran de curiosidad, y hasta una que otra de admiración.
"Se ve como un ángel" pensaron, pues ese pelo blanco y ojos azules le daba aires de un ser puro.
- si, teníamos un par de dudas... Sobre ti- dijo un poco nervioso el beta castaño, pero serio al mismo tiempo.
-¿Ha si?, Entoces preguntén- dijo con una sonrisa.
Los dos alfas de la manada veían con más detenimiento al Omega, estaban más que sorprendidos, no lo podían creer.