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capitulo 15

Narrador.

- ¡Que vergüenza!- exlamo en soledad.

Había entrado en celo frente a la manada. Se sentía apenado por terminar la noche de manera tan dramática y repentina. Suspiro suavemente, inyectando otra vez esa jeringa en su brazo. El efecto del celo no tardaría en desaparecer con su magia y los medicamentos.

Podía desaparecer su celo temporalmente, justo como lo estaba haciendo en ese momento. No le gustaría incómodar al resto de la casa, por lo que queria terminar eso momentáneamente.

Suspiro incómodo, remobiendose en la cama por cuarta vez. Estaba abrazando un gran oso de peluche, el cual le había traído Axozer como regalo. Hundió su cabeza en el peluche, dando un pequeño grito.

Después de unas cuantas horas, el aroma ya no podría afectar a nadie, por lo que salió de la habitación en busca de compartir su tiempo con alguien.

Llegó a la sala y vio a 8cho en el sillón, parecía relajado, hasta que lo vio, a lo cual se mostró sorprendido.

- TN, ¿No deberías estar en tu habitación?- pregunto extrañado, tapando levemente su nariz.

- no te preocupes, los supresores ya hicieron efecto- hablo relajado, sonriendole con tranquilidad.

El beta dominante se mostro dudoso, pero al ver que no mentia, asintio.

El albino se sentó a su lado y miro donde estaba dirigiendo su vista el contrario, notando que se trataba de una película de zombies.

- oh, que buena película- dijo el menor, sonriendo al ver cómo uno de los muertos vivientes le arrancaba la cara a una chica.

El azabache lo miro por un segundo, suspirando poco después. En verdad era alguien curioso ese omega.

- ¿Te imaginas que pasara en nuestro mundo?- pregunto ahora el azabache, buscando plática.

- sería divertido... Aunque no creo que hubiera mucho problema, estamos en medio de la nada, además de la huerta y los frutos que crecen por aquí... no tendríamos tanta dificultad- dijo simple.

El contrario sonrió levemente, le gustaba que cuando hablaba sobre la manada, el albino empezará a incluirse en las palabras que usaba, aunque la mayoría de veces se corrigiera poco despues.

- seguramente también se les dificulta pasar por los árboles, si es que no pasan, lo harían con mucha dificultad- dijo relajado, viendo la película intensificarse-. Pero la verdad es que no me gustaría, en esos escenarios, no importa cuánto te preocupes, cuánto prevengas, cuánto te esfuerces... Siempre alguien cercano saldrá herido, y probablemente convertido o muerto... No podría con ese sentimiento de devastación, de impotencia y de tristeza profunda- hablo con un tono triste, viendo como la familia del protagonista moría uno por uno.

- si, debe ser duro vivir así, lo dejan bastante claro hasta en las películas.- se cruzo de brazos, pensando en varios escenarios tristes.

- bueno, pero no hay que pensar en cosas así, si lo que importa es que podemos vivir en una realidad tan linda como esta- hablo tierno.

- tal vez para nosotros, pero tú no pareces heberla pasado muy bien- dijo algo mas serio.

El albino miro por un momento sus marcas descubiertas... ¿Acaso ese era el único tema de conversación últimamente?.

- ¿Sabes?... Yo- empezó suavemente-, yo no necesito que estén todo el tiempo preguntándome sobre eso. Les dejé bien en claro que es algo que ya pasó-. Termino con un tono de voz algo mas frío, pero sin dejar ese cariño que tenía.

- TN... lo que tú hayas pasado, es horrible, se nota en tus marcas, en la forma en la que actúas con miedo aveces... en todo... solo quiero que sepas que puedes confiar en nosotros si tienes ese deseo de hablar... oh si quieres un abrazo- dijo suavemente, buscando persuadir al menor, extendiendo levemente sus brazos hacia el chico, el cual miro por un segundo el gesto.

Asintio levemente, suspirando ante lo dicho. Se acercó a el y dejo que el azabache lo atrapará en sus grandes brazos. Tal vez no se sentía tan bien como si fueran sus alfas, pero se sentía bien sentirse querido por la manada.

Los abrazos siempre fueron complicados para el... oh por lo menos después de su martirio, pero ahora recordaba lo bien que se sentian... tal vez, empezaria a repartir abrazos ahora, le gustaba, era una mejor manera para demostrar afecto que con palabras... que tampoco se dignaba a decir.

- ¿Está bien?- pregunto algo confundido el bicolor.

- ¿Por qué lo dices?- pregunto en un tono meloso.

- porque no me has soltado en los últimos dieciocho minutos- dijo con una sonrisa.

El albino se encontraba apapachando al menor con una sonrisa tierna, ahora que recordaba los abrazos como algo lindo, su mente ya no recordaba cosas feas relacionado a eso, por lo que aprovecharía para dar abrazos hasta que se le cayeran sus extremidades.

- ¿Te molesta?- pregunto algo burlón, pero igualmente soltando un poco el agarre, cosa que noto el contrario.

- n-no, no... tu sigue- hablo ahora avergonzado.

Le encantaba que su ahora madre (proclamado por su lobo), le diera tanto cariño. Se sentía bien con eso. Aunque le causaba risa que cada vez que pasaran cerca de la escena, mirarán al menor de la manada con envidia, pues se encontraban en el sillón de la sala de estar. Se encontraban leyendo un libro, bueno, el bicolor lo hacía, pero despues llego el albino y lo hizo recostarse en su pecho, para después recostarse levemente en el sillón para abrazarlo, mientras tomaba su libro y lo leía con voz alta para el.

- "y es por eso, que la tan famosa leyenda de la manada "luna de sangre" se hizo tan popular durante estos siglos. Pues su enseñanza y final, dejan maravillados al lector fuera de la edad que fuese."- cerró el libro, acariciando el cabello algo despeinado del menor-, ¿Te gustó como leí?- pregunto suave.

- si, lees bastante fluido, fue lindo escucharte- dijo con una linda sonrisa, acurrucandose un poco mas en sus brazos.

Ese sentimiento tan lindo de figura maternal que sentía por el albino solo se incrementaba cada día, y el que le dedicara tanta atención, amor y cariño lo hacía muy feliz en muchos sentidos.