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capitulo 11

Narrador

El Omega se empezo a levantar lentamente, sus manos ensagrentadas aún temblaban levemente, pero recordó a la manada y volteo a una velocidad espeluznante para verlos. Noto de inmediato al beta al lado de la manada, por lo que agrando las tijeras y empezó a caminar hacia el con su mirada oscurecida.

El beta se mostró asustado por un momento, pero el alfa castaño se puso en frente de el.

- es amigo, TN. Relájate un poco- levantó las manos nervioso, viendo como el Omega guardaba por fin las tijeras.

El de menor altura miro a la manada y vio como estos lo miraban con sorpresa, inclusive algo de temor. El que el chico acabará con los alfas y betas en menos de cinco minutos totalmente solo... era aterrador.

- ¿estás bien?- pregunto con un tono dulce, contrastando un poco con su ropa y cara llena de sangre.

- si, si- dijo rápidamente el mayor.

El chico camino y se arrodillo al lado de su hijo adoptivo, el cual lo miraba sorprendido, aunque más que nada adolorido.

Su mano fue rodeada con un color morado, apunto al estómago del chico y la bala salió disparada de el. El joven soltó un grito desgarrador, poniendo alerta a los que miraban atentamente lo que hacía el Omega, acercándose un poco. El albino colocó su mano en el estómago del joven y una luz verde rodeo el área de su mano. Cuando levantó la mano, no había herida o algo que se le pareciese. La mueca de dolor en el mitad albino desapareció por completo.

- creo que me asusté un poco- dijo el albino con la cabeza gacha.

- ¿He? Yo te veo bastante relajado- dijo en un tono de burla el menor, aunque tenía una mueca de sorpresa por la magia que mostró el albino.

El omega levantó la cabeza y las lágrimas salieron de sus ojos.

- creo que no- dijo con la voz rota, abrazando al menor con fuerza.

El Omega lloro por unos segundos, pero se paro abruptamente a socorrer al resto de ellos. Se acercó a Juan e hizo lo mismo que con el menor. Curo a todos, exepto al rubio, el cual estaba en sus brazos lloriqueando por el dolor.

- ¿Que pasa?- pregunto Nia preocupada.

- no se si viva...- dijo de repente, Causando la mirada de horror de todos los presentes.

- ¡¿Que dices?! ¡Todavía estoy aquí!- exclamó el rubio.

- es que la bala está muy cerca del corazón, por no decir que casi lo atraviesa... No puedo moverlo con mi magia sin casi matarte en el intento... Además, creo que las balas son de plata por lo que tú regeneración no te mantendrá vivo, a lo sumo solo prolongará tu vida por unos quince minutos más- dijo rápidamente, mientras sus ojos se humedecian y su voz se rompía un poco.

Todos los presentes se quedaron totalmente estáticos, no podía ser cierto... ¡Enserio habían usado balas de plata!.

- cómo pudieron haber caído tan bajo.- escupió con asco el menor de la manada, las lágrimas caían por sus ojos con rapidez-. Balas de plata... Que lobos miserables.

El mitad albino pateó una piedra con fuerza, se sentía impotente ante la situación.

- házlo entonces- hablo el rubio con dificultad.

El albino iba a hablar pero se callo al escuchar su voz otra vez.

- si dices que igual voy a morir, por lo menos quiero que lo intentes- dijo con sus ojos brillosos.

- eres muy valiente Deqiuv- dijo con una sonrisa triste.

Con suma delicadeza, el albino empezó a mover la bala con su magia, cada pequeño movimiento causaba un grito en el rubio. No le gustaban para nada esos gritos. No le causaban satisfacción como los del alfa que acababa de matar, por lo que apenas vio que la bala estaba fuera de peligro, tiro de ella con fuerza, colocando sus manos en el pecho de este para curarlo lo más rápido posible, pues el rubio cayó desmayado mientras se desangraba.

Cuando la herida sano por completo, miro lentamente hacia arriba, viendo la mirada de miedo de los presentes.

- ¿sigue vivo?- pregunto con miedo el gamma azabache.

El menor soltó un suspiro de alivio y asintio, pues volvió a sentir el pulso del beta.

Todos se relajaron de inmediato, inclusive la beta de pelo rosa se desmayo por la tensión rápidamente liberada.

Todos se encontraban en la mesa, habían entrado hace poco y los dos dormidos despertaron poco después. Aún tenian un problema, Destt.

- se que no nos conocemos, pero quiero que sepas que lamento haberte casi matado hace un rato. Soy TN, un gusto- dijo mientras le extendia su mano al chico.

- el gusto es mío, TN. Soy Destt.

-bien, a lo que íbamos.- interrumpió la interacción rápidamente el alfa castaño, Siendo notado por todos-, pero antes... TN, ¿No deberías cambiarte la ropa?- pregunto al ver al menor aún bañado en sangre, por lo menos en la ropa, ya que había lavado un poco su piel.

- ho, si.

El menor dio un chasquido con los dedos y su vestimenta cambio a una camisa blanca con unos pantalones negros sueltos.

- bien, Destt, no queremos problemas y lo sabes, entendemos que tu mision sea informar sobre todo esto per-

- está bien. Mi manada entendera lo que pasa. No diré nada, solo mecionare lo necesario y lo justo para que no sigan mandando gente a hacer estos ataques tontos.

- tal vez pueda saltarte la parte de...

- ¿El Omega con magia que mató a un grupo de diez betas y alfas, solo? Si, creo que puedo obviar eso- dijo con una pequeña sonrisa.

- te lo agradecemos Destt, en verdad esperamos que podamos volver ha vernos en circunstancias más calmadas.

- si, eso es seguro. Tenía una misión programada de venir a investigar la semana que viene, me alegra haber podido saber que estaban mejor antes. Me quita una preocupación de encima.- tomo un sorbo del café que le había servido el omega-. Cuando mi manada se entere, es probable que los visitemos, tal vez podamos hacer un pequeño festejo o algo- dijo con una sonrisa alegre.