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capitulo 10

Narrador

-TN- llamo el azabache, acercándose un poco de más de lo normal a el albino por su nerviosismo.-el lobo que te atacó ayer es parte de un grupo que viene para acá, seguramente vienen para tomar el territorio al pensar que ya nos volvimos locos- dijo un poco rápido, acorralando al albino contra la pared sin percatarse-. Se que puede ser difícil de pedir, pero por favor, quédate dentro de la casa- termino en un tono de suplica.

El albino simplemente sonrió, nunca había visto a Auron hablar con el con tanto nerviosismo. El Omega río un poco y sorpresivamente colocó sus manos en los hombros del mayor, masajeando un poco el area con sus manos algo temblorosas.

- me alegra que te preocupes por mi, pero si llegan a herirlos, no dudaré en salir, aún si eso involucre que ellos sepan el por quién se curaron de repente... Además, esa información no puede salir de aquí si mueren todos ¿O si?- pregunto lo último en el oído del alfa.

El menor le dejo un beso en la mejilla y se separó de el para ir a su cuarto. El alfa se quedó en el pasillo en shock por un momento, un sonrojó se poso en sus mejillas y escucho la leve risa del castaño que se paró a su lado.

-¿No es bonito?- pregunto coqueto, buscando la forma de hacer que Auron se avergonzara un poco más.

El azabache asintio un poco inconscientemente, haciendo reír al otro alfa. Le empujó levemente hacia las escaleras, mirandolo un poco más serio ante la situación que se les presentaba.

- vamos Auron, los demás nos esperan abajo- dijo.

El grupo se veía a la lejania y se acercaban al centro del territorio, justo en frente de la gran casa.

Cuando bajaron, todos salieron afuera para recibir al grupo que venía en su dirección, se podía ver que traían armas de fuego, mientras que ellos contaban con algunos arcos, pues era mas normal pelear en su forma de lobo, por lo que lo único que tenian eran unos cuantos para pelear a distancia. Sin duda venían a lo seguro, aunque su desventaja era que si lograban acercarse, ellos no podrían transformarse a tiempo.

Cuando estuvieron frente a frente, todos giraron de inmediato a ver a un beta al lado del alfa del grupo.

- beta Desst, no pensé volver a verlo en estás circunstancias- dijo el azabache.

- cuánto tiempo, manada de tortilland.- saludo con una pequeña sonrisa-. No estoy aquí por lo que piensas alfa, se me otorgó la misión de acompañar ha este grupo, no tenía idea que nos dirigiamos hacia aquí- dijo directo y simple.

- ¿Seguro que solo esa es tu misión?- pregunto el beta al lado de lo dos alfas.

- no tengo que intervenir a menos que yo quiera, y como son ustedes, me haré a un lado. no quisiera traicionarlos ni mucho menos, no tengo el motivo para querer o tener que hacerlo, siempre estaré en deuda por lo que hicieron por mi manada hace tiempo, de eso no duden nunca.- les sonrió con calidez y se alejo un poco de los dos grupos.

La manada de relajo levemente, el beta pertenecia a una manada peligrosa la cual vivía de hacer misiones clandestinas, la mayoría de asesinato. Por lo que el sigilo y la letalidad estaba en la sangre de ese beta. Agradecieron aquella vez que ayudaron a esa manada cuando pasaban una crisis de la cual ninguna otra manada quiso ser participe de ayuda, ganándoselos como aliados y amigos.

- bien a lo que veníamos- empezó el alfa del grupo invasor-. Vinimos a tomar este territorio por qué ya saben, deberían estar locos y toda esa mierda.

- bueno, como puedes ver, no lo estamos, Por lo que agradecería que se retiraran del lugar- dijo seriamente Auron.

- no he terminado- dijo el otro alfa-. Tal vez no puedan estar locos, pero aún pueden estar muertos.

Y antes de que pudieran reaccionar, Axozer había caído con una bala en el estómago, seguido de Juan, Fargan, Deqiuv y Nia. Habían herido a la mayoría de los suyos en un segundo, casi sin la posibilidad de reaccionar.

Los que estaban en pie, gruñeron con rabia, viendo como el alfa reía y apuntaba hacia el mitad albino otra vez.

Una bala se dirigía a la cabeza del más joven de la manada, el cual se encontraba en el suelo con dolor, pero bajo todo pronóstico, el chico nunca la recibio, pues está rebotó en el aire.

Se escucho un chirrido en el techo de la casa, a lo que voltearon y vieron a un peliblanco con una mirada oscura, no sabían en que momento había aparecido, pero lo que si vieron fue cuando esté salto del techo y cayó en picada encima de uno de los betas de la manada, siendo degollado por sus tijeras, las cuales había echo crecer enormemente, pudiendo tomarla como una especie de espada.

Al notar como su compañero callo muerto, los otros nueve restantes empezaron a intentar atacar al Omega, pero este estaba preparado.

El primero que se le acerco fue un alfa el cual le disparó, lo esquivo rápidamente y se acercó a el apuñalandolo en el pecho con sus ahora gigantes tijeras. tomo el arma rápidamente y disparo a un beta que se le acercaba abriendo fuego. Salto a los hombros del alfa al cual aún tenia empalado con sus tijeras y pego un gran salto. Cayó en frente de un beta, tomo los dos extremos de las tijera con sus dos manos en cada uno y las abrió para despues cerrarlas con rapidez en el cuello de este, separando su cabeza de su cuerpo. Tomo la cabeza que caía del aire y se la tiró a un chico cerca de el. Este soltó el arma para agarrar la cabeza de su compañero, no viendo cuando el Omega lo corto por la mitad. Dos betas se le acercaron y lo golpearon por detrás, pero el albino reaccionó rápido y se agachó para esquivar el golpe, ya abajo, hizo un corte rápido, abriendo el estómago de los dos, haciendo que sus tripas cayeran al suelo. El chico se acercó a los últimos dos que estaban en shock y los degolló con rapidez.

El alfa que habia disparado a Axozer intento escapar, pero no pudo al sentir como algo se incrustraba en su pie. Cayó al suelo y el Omega tomo la tijera que le había lanzado al alfa, la tijera se encogió y el albino, hsciendo caso omiso a los gritos y suplicas, empezó a apuñalar al alfa hasta que sus gritos pararon de escucharse. Fueron tres minutos enteros de tortura en su totalidad, pues se cuido de apuñalar áreas poco dañinas, terminando por clavar las tijeras en el ojo del alfa, terminando con su sufrimiento.