Esto estaba lejos de ser todo.
El Santuario de la Tierra estaba construido con piedras macizas y adornado con una vegetación exuberante. Esta fortaleza parecía ser una extensión de la misma Tierra. Sus fundamentos estaban arraigados en lo profundo de las nubes, con árboles poderosos creciendo desde sus muros y enredaderas trepando por sus senderos. Exudaba estabilidad y fuerza.
El Santuario de la Luz era una estructura radiante que brillaba con una luminosidad cegadora, construida con materiales cristalinos y puros que refractaban la luz en deslumbrantes arcoíris. Parecía un palacio de luz, con paredes transparentes y torres que resplandecían con una luminiscencia interna, proyectando un aura serena y sagrada.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com