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Durante estas 3 semanas, Atticus había estado constantemente grabando runas y recuperando su voluntad, repitiendo este ciclo una y otra vez.
Y hoy, Atticus podía sentirlo; ¡finalmente había superado el hito!
Atticus inicialmente se había preguntado cómo exactamente se convertiría en un maestro de runas de grado dos. Y de sus investigaciones, aprendió que no era que, al superar el hito, uno experimentaría o sufriría cambios obvios.
Por el contrario, sería como si no pasara nada en absoluto.
El único cambio que Atticus sentiría sería solo en la manera en que grababa las runas.
Cada vez que Atticus quería grabar runas, siempre tenía cuidado con su intención, asegurándose siempre de pensar cosas simples.
Pero esto no significaba que no hubiera intentado añadir sus propias variaciones o incluso hacer runas más complejas. De hecho, Atticus lo había intentado múltiples veces en el pasado, pero siempre había fallado cada vez.
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