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La expresión de Seraphin cambió de repente, transformándose en una mirada helada tan fría que podría congelar el fuego mientras escupía
—Te mataré.
La expresión de Atticus no cambió en absoluto durante esta transición. De hecho, ni siquiera estaba un poco sorprendido por este desarrollo.
En términos más simples, a Atticus no le importaba por qué el chico sonriente e hiperactivo de repente mostraba tanto odio hacia él.
Ahora que se había destapado la verdad, solo había una cosa que Atticus quería hacer, lo mismo que siempre hacía cuando se enfrentaba a situaciones como esta.
—Ya veo, está bien entonces —la tranquila voz de Atticus de repente resonó, haciendo que la mirada de Seraphin se estrechara en puntos diminutos.
Él había esperado que Atticus estuviera al menos un poco sorprendido por este repentino desarrollo, pero Atticus parecía totalmente impasible, como si lo hubiera esperado desde el principio.
Las frías palabras de Atticus continuaron,
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