Alvis sintió el agarre de la muerte apretándose alrededor de todo su ser. ¡La velocidad de Atticus, su poder—todo había aumentado repentinamente al rango de gran maestro!
¿De dónde venía todo este poder?
Alvis necesitaba respuestas, pero parecía que no las obtendría hoy.
El corte creciente carmesí alcanzó su marca, el sonido crepitante de la carne quemada resonó mientras partía la nariz de Alvis.
Justo cuando estaba a punto de dividir a Alvis en dos, una fuerza abrumadora de repente golpeó el costado de Alvis, desplazando su cuerpo fuera del camino. Sin embargo, el corte no se detuvo.
Como un cuchillo caliente cortando mantequilla, el corte creciente atravesó el hombro derecho de Alvis, su movimiento tan suave y sin esfuerzo que parecía casi irreal.
Por un breve momento, surrealista, el mundo pareció congelarse. El corte creciente continuó su trayectoria, desapareciendo en la distancia, su energía grabando una línea limpia a través del horizonte.
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